¿Qué relación tiene la vigorexia con otros trastornos?

Los sujetos que padecen vigorexia poseen una autoimagen corporal distorsionada, viéndose menos fuertes y musculosos de lo que en realidad son.

Por: Mario Arrimada Fernández

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La vigorexia y otras psicopatologías

La vigorexia inicialmente fue clasificada como un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) porque tiene en común con ellos la preocupación por la propia imagen corporal y la práctica de una alimentación estricta.

En el año 1993, cuando el doctor Harrison G. Pope y sus colaboradores investigaron acerca de esta psicopatología, comenzaron llamándola ‘anorexia inversa’. El motivo por el que pusieron ese nombre a este trastorno fue porque los 108 participantes en dicha investigación, todos ellos hombres fisicoculturistas, mostraron síntomas opuestos a los que presentan las personas que padecen anorexia nerviosa.

En el 2001, tras otras investigaciones que realizaron, cambiaron su perspectiva inicial en la que habían clasificado a la vigorexia como un TCA debido a que descubrieron que era más adecuado clasificar este trastorno dentro de los psicosomáticos. Fue entonces cuando comenzó a llamarse indistintamente con los nombres de ‘vigorexia’, ‘dismorfia muscular’ o ‘complejo de Adonis’.

La vigorexia podría encajar mejor dentro de los trastornos somáticos y, más en concreto, como una dismorfia muscular debido a que el problema principal de esta psicopatología no son los problemas de alimentación (p. ej., dieta estricta y muy pautada que se compone de comida principalmente alta en carbohidratos y proteínas; baja en grasas) sino que es la obsesión continua por aumentar la masa muscular para alcanzar eso físico ideal que nunca llega porque siempre se perciben menos musculosos de lo que realmente son; por tanto, la dieta que llevan a cabo es un medio para conseguir su principal objetivo.

Con todo ello, la vigorexia es un trastorno que presenta alguna parte de su sintomatología en común con otros trastornos y cabe resaltar que en el DSM-5 aparece con el nombre de dismorfia muscular en un subapartado de los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC).

Vigorexia vs. Anorexia nerviosa

El factor común principal de estas dos psicopatologías es la percepción distorsionada de la propia imagen corporal. Esta distorsión somática provoca que ambos casos una gran preocupación por la autoimagen y propicia la búsqueda constante de alcanzar el físico ideal al que desean aspirar. Para buscar ese físico toman todo tipo de medidas como la dieta estricta y el ejercicio físico de forma compulsiva. En relación con esto último, cabe señalar que el ejercicio físico que practican las personas con vigorexia suele ser anaeróbico (p. ej., entrenamiento de fuerza-hipertrofia con pesas); mientras que las personas con anorexia nerviosa suelen realizar ejercicio cardiovascular (p. ej., correr, andar en bicicleta, etc).

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Hay otros factores comunes importantes como la baja autoestima y el tener una vida social escasa o muy limitada, pudiendo llegar al punto de que sólo se relacionen con otras personas que padecen la misma psicopatología; lo cual actúa como un refuerzo social en el mantenimiento de la misma. A medida que avanzan estos trastornos la persona que los padece sale menos con los amigos y evita situaciones en las que tenga que exponer su cuerpo en público; es por ello por lo que es frecuente que vistan ropa amplia.

En cuanto a las diferencias cabe destacar que, pese a que ambos buscan un tipo de físico ideal, en el caso de las personas con anorexia se busca un cuerpo lo más delgado posible mientras que las que padecen vigorexia buscan tener un cuerpo grande y musculado. Es por este motivo por el que no recurren a las mismas medidas de alimentación ni tampoco realizan el mismo tipo de ejercicio físico.

En ambos trastornos hay una alta comorbilidad con la depresión.

Vigorexia vs. Bulimia nerviosa

El factor común principal a destacar entre ambos trastornos es la preocupación por el aspecto físico; al igual que ocurría con la anorexia nerviosa. Es por ello por lo que las personas con bulimia llevan a cabo también una alimentación estricta en la que restringen todo tipo de alimentos que consideren que les podría hacer ganar peso. Entones es a raíz del hambre sufren por llevar a cabo una dieta tan restringida por la cual se llegan a obsesionar con la comida y esto los lleva a comer grandes cantidades de comida en un periodo inferior a 2 horas; lo que más comúnmente se conoce como ‘darse un atracón’. Tras el atracón se sienten mal y como medida compensatoria se provocan vómitos con el objetivo de expulsar toda la cantidad de comida ingerida durante el atracón.

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En el caso de la bulimia nerviosa también hay un alto porcentaje de depresión (en torno al 80%).

Vigorexia vs. Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

Como hemos mencionado anteriormente la vigorexia aparece en el manual DSM-5 dentro de los TOC debido a que hasta la fecha la vigorexia o dismorfia muscular no se encuentra en un apartado propio. Por ese motivo es frecuente ver la vigorexia clasificada como un TCA, como un TOC o como un trastorno somático.

En las personas con vigorexia es muy frecuente que haya pensamientos obsesivos que propician la aparición de rituales y compulsiones relacionados con el cuidado del físico. Estas personas suelen tener pensamientos rumiantes en relación a su autoimagen corporal y con las medidas que deben llevar a cabo con el fin de aumentar su masa muscular (p. ej., qué deben comer y en qué cantidades, qué músculos deben entrenar más debido a que son los menos desarrollados, etc).

En consecuencia, de sus pensamientos obsesivos realizan ejercicio anaeróbico de forma compulsiva; llegando a pasarse horas en el gimnasio todos los días.

Otro comportamiento obsesivo-compulsivo frecuente en las personas con vigorexia son las comprobaciones diarias de su estado físico frente al espejo sin camiseta (body checking) con el objetivo de analizar los progresos de su estado físico en el camino hacia el cuerpo ideal que ansían conseguir.

Fuentes y recursos de información

  1. American Psychiatric Association. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM - 5. Madrid: Panamericana.
  2. Baile, J. I. (2005). Vigorexia. Cómo reconocerla y evitarla. Madrid: Síntesis.
  3. Fanjul, C. (2008). Vigorexia: una mirada desde la publicidad. Madrid: Fragua.
  4. García, A. (2011). Vigorexia. La prisión corporal. Madrid: Pirámide.
  5. Gómez, M. A. (2007). Bulimia. Madrid: Síntesis.
  6. Morandé, G., Graell, M. y Blanco, M. A. (2014). Trastornos de la conducta alimentaria y obesidad: un enfoque integral. Madrid: Panamericana.
  7. Pope, H. G. et al. (2001). Adonis Complex: How to Identify, Treat and Prevent Body Obsession in Men and Boys. Boston: Touchstone Books.
  8. Pope, H. G., Katz, D., L. y Hudson, J. L. (1993). Anorexia nerviosa and reverse anorexia among 108 male bodybuilders. Compr. Psychiatry, noviembre-diciembre, 34(6), 406-9.
  9. Roffé, M (2019). Dismorfia muscular/vigorexia y su relación con el trastorno obsesivo-compulsivo. EFDeportes.com, Revista Digital. 17(172). Recuperado de https://www.efdeportes.com/efd172/dismorfia-muscular-vigorexia.htm.
Mario Arrimada Fernández

Graduado en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) y con un Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX). También cuenta con formación especializada en diversas áreas de la salud mental, cabiendo destacar el Máster en Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental (UDIMA), y varios cursos como el de Experto Universitario en Trastornos de la Conducta Alimentaria (UEMC), Experto en Mindfulness para profesionales de la salud (UDIMA), Experto en CIE-11 y DSM-5 (UDIMA) o Experto en Trastornos de la Personalidad (AEFDP), entre otros.