¿Qué son las distorsiones cognitivas?

Distorsiones Cognitivas Los pensamientos automáticos son aquellos que llegan inmediata e involuntariamente a nuestra mente y que hacen que no podamos procesar racionalmente una determinada información. Esto hace que en muchas ocasiones evaluemos un determinado hecho o situación a través de esquemas erróneos; es entonces cuando aparecen las distorsiones cognitivas. El hecho de que nuestra ... Leer más

Iris Rico de Frutos

Imagen de Yatheesh Gowda en Pixabay

Distorsiones Cognitivas

Los pensamientos automáticos son aquellos que llegan inmediata e involuntariamente a nuestra mente y que hacen que no podamos procesar racionalmente una determinada información.

Esto hace que en muchas ocasiones evaluemos un determinado hecho o situación a través de esquemas erróneos; es entonces cuando aparecen las distorsiones cognitivas.

El hecho de que nuestra mente presente determinados sesgos cognitivos, hace que seamos más vulnerables a la hora de sufrir algunas alteraciones emocionales, negativismo y problemas en las relaciones sociales, ya que, en este caso, nuestra interpretación
se basa en premisas falsas.

La tríada cognitiva de Beck parte de estos pensamientos de cara a explicar el principio central de su teoría de la depresión. Según este autor, los pacientes que padecen esta enfermedad, presentan una visión negativa de sí mismos, del mundo y del futuro.

En la Terapia Cognitiva de Beck, destaca la relación entre el pensamiento, la emoción y la conducta. Por lo tanto, si el pensamiento que tenemos en un principio está basado en
esquemas erróneos, es muy probable que la emoción y la conducta terminen siendo negativas.

A continuación, se exponen algunas de las distorsiones cognitivas más comunes:

La abstracción selectiva

En este sesgo, se filtran solo los aspectos negativos de una persona o situación, ignorando las cosas positivas que la componen. Esto hace que, aunque las personas que lo aplican tiendan a definirse como objetivas, adquieran una visión pesimista de aquello que les rodea. Un ejemplo de este sesgo sería pensar, al ver que tu pareja llega tarde del trabajo, que ha tenido un accidente.

El pensamiento polarizado

Es aquel en el que la persona no acepta que haya grises, solo blancos o negros. Un ejemplo sería el de alguien que, tras suspender un examen, piensa que es un inútil. Podría pensar que no se le da bien la asignatura, que era un examen complicado, que apenas ha estudiado, etc. pero su mente hace una valoración en términos absolutos sin aceptar matices.

La inferencia arbitraria

Consiste en anticiparse y llegar a una conclusión determinada, sin que existan evidencias de que algo vaya o no a ocurrir. Un ejemplo de este sesgo sería pensar que el jefe nos quiere despedir cuando solo nos ha llamado a su despacho.

La lectura de pensamiento

La persona cree saber lo que los demás piensan de él y el porqué de su comportamiento. En este caso, el ejemplo consistiría en pensar que alguien quiere hacerle daño, que cree que es un inmaduro, etc.

La personalización

Consiste en pensar que aquello que hacen o piensan los demás está relacionado directamente con nosotros. En este caso, cuando un grupo de trabajo obtiene una baja calificación, la persona piensa que es solo por su culpa.

La sobre generalización

Consiste en hacer de un hecho puntual algo universal. La persona tiende a generalizar hechos negativos y extenderlos a otras situaciones. Un ejemplo sería pensar, tras jugar un mal partido de baloncesto, que siempre obtendrá malos resultados.

El catastrofismo

Este sesgo se caracteriza por anticipar situaciones negativas que puedan ocurrir en algún momento.  Suelen ser una fuente de ansiedad y preocupación. Es fácil identificarlas porque suelen empezar con “y si”. Un ejemplo sería pensar, de cara a hacer un viaje, “¿y si el avión se estrella?”.

Magnificación y minimización

Consiste en acentuar los eventos o rasgos negativos y/o minimizar los positivos. Un ejemplo sería pensar que no somos inteligentes por suspender una asignatura, pasando por alto que en el resto hemos sacado buenas notas.

Para combatir este tipo de pensamientos, es necesario llevar a cabo un registro de pensamientos con el que podamos identificar las situaciones que suelen desencadenar un determinado pensamiento, cómo este influye en la manera en la que nos sentimos y por qué esto hace que actuemos de un modo u otro. En este sentido, destaca también la reestructuración cognitiva, técnica consiste en identificar aquellos sesgos cognitivos que presentemos habitualmente y corregirlos. Para hacerlo, se ayuda de algunas herramientas como el cuestionamiento socrático, mediante el cual la persona cuestiona sus propios pensamientos, tanto en contenido como en veracidad.

Existe una relación entre la presencia de determinados sesgos o distorsiones cognitivas y determinados trastornos anímicos. Por ello, las terapias dirigidas a este tipo de enfermedades, entre las que destacan la Terapia Cognitiva de Beck y la Terapia Cognitivo Conductual, emplean, dentro de su programa, técnicas como la reestructuración cognitiva.

Bibliografía

  • Acevedo Rodríguez, M. Y. y Gélvez Gafaro, L. M. (septiembrediciembre, 2018). Estrategias de intervención cognitivo conductual en un caso de depresión persistente. Revista Virtual
    Universidad Católica del Norte, (55), 156 - 158.
  • Alford, B. y Beck, A. (1997). The integrative power of cognitive therapy. New York: Guilford Press.
  • Beck, A. (1996). Terapia Cognitiva de la Depresión. 8º Edición. España: Desclée de Brouwer.
  • Beck, J. (2000). Terapia cognitiva; conceptos básicos y profundización. Barcelona, España: Gedisa Mexicana.
  • Bas Ramallo, F. (1987). Distorsiones Cognitivas en Adolescentes Deprimidos. II Congreso de Evaluación Psicológica. Madrid.  Publicado en el Giornale Italiano di Scienzia e Terapia del Comportamiento, 22-23, 109-114, 1989.
  • Fullana, M., Fernández, L., Bulbena, A y Toro, J. (marzo, 2012). Eficacia de la terapia cognitivo-conductual para los trastornos mentales. Medicina Clínica, 138(5), 215-219.
Iris Rico de Frutos

Iris Rico de Frutos. Graduada en psicología por la UNED y realizando el Máster de psicología General sanitario en la Universidad Internacional de Valencia. He realizado diversos cursos para ampliar la formación en el ámbito de la depresión, mindfulness y los trastornos de la conducta alimentaria

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