La difusión masiva de información a través de las herramientas digitales cambió nuestra vida, no necesitamos más que el movimiento de un dedo para conocer de primera mano y en tiempo real hechos que están ocurriendo a miles de kilómetros, además de poder buscar y disfrutar de todo el contenido que se adapte mejor a nuestros gustos y preferencias sin importar el idioma o el lugar en el que nos encontremos.
Los niños no han estado aislados del uso de estas herramientas y cada vez son más los contenidos que están siendo creados específicamente para el consumo de los más pequeños del hogar, hecho que ha generado un aumento del tiempo de uso de herramientas digitales por estos, una realidad en la que deberíamos profundizar y analizar con mayor detalle, pues se ha vuelto tan común, que hemos dejado de pensarlo más allá del suceso cotidiano de ver a todos quienes nos rodean frente a una pantalla.
Infancia digital
Para nadie es un secreto que la infancia que actualmente se experimenta en el mundo dista mucho de aquella que los jóvenes recordamos, y más aún de lo que las personas de mayor edad recuerdan, la infancia contemporánea se ve directamente influenciada por las herramientas digitales, el fácil acceso a la información, la producción y consumo masivo de productos y la globalización, esto genera cambios radicales en los modos de vida de las familias y en como el niño experimenta e interactúa con su entorno.
Todos hemos visto a niños no mayores a los dos o tres años, manejar aparatos electrónicos complejos, como celulares y tablets, como auténticos profesionales, algunos podrían creer que incluso en la actualidad los niños nacen con una especie de chip que les permite manipular dichos objetos con facilidad, pero es el entorno lo que los lleva a aprender y mecanizar, en el momento de mayor plasticidad cerebral, el uso de dichas herramientas.
Desde la educación hasta el ocio, todos los ambientes se están viendo constantemente permeados por lo digital y este acceso masivo a herramientas e información sin duda ha facilitado muchos procesos de aprendizaje, de adquisición de habilidades, pero al mismo tiempo es una de las principales causas de problemáticas escolares y del desarrollo cognitivo.
Uso desmedido de herramientas digitales
El tiempo de uso estimado para las múltiples herramientas digitales ha sobrepasado con creces lo esperado, la sociedad se ha hiperconectado y la utilización de dichos medios ha sobrepasado en muchos casos el tiempo establecido para actividades importantes como dormir, los jóvenes suelen ser quienes pasan mayor tiempo utilizando principalmente el teléfono móvil, sin embargo, adultos y niños comienzan a acercarse a la tendencia de uso de estos.
Preocupa principalmente el uso de dichas herramientas en los niños, pues a pesar de que dichas herramientas pueden constituir un escenario interactivo de mucho aprendizaje para ellos, se empezaron a reemplazar actividades vitales para el desarrollo, un claro ejemplo de ello es el juego con los padres.
El constante estrés, la necesidad de conseguir la mayor capacidad económica posible, la disminución del tiempo libre y el trabajo en casa están generando serios cambios en la interacción padres – hijos y es allí donde las herramientas digitales están jugando un papel que debemos revisar detenidamente.
En medio del caos del día a día, los niños esperan que luego de un largo día de trabajo los padres puedan compartir con ellos un poco de juego, los llamados de atención varían de múltiples formas, algunas que incluso pueden llegar a pasar desapercibidas para nosotros, con el cansancio y el estrés cotidiano, los adultos buscan entretener a sus hijos utilizando la menor energía y concentración posible, es allí cuando el celular, los juegos y los videos se convierten en un aliado (siendo en realidad un enemigo).
La atención de los niños es constantemente alimentada con herramientas digitales, se dejan solos bajo su entretenimiento y así los adultos pueden seguir divagando en sus problemas diarios, evadiendo incluso su responsabilidad afectiva como padres.
Esta desvinculación y falta de interacción entre padres e hijos puede generar serios problemas en su desarrollo, pues el juego es uno de los mejores medios de interacción, conocimiento y generación de confianza entre padres e hijos.
Esta no es la única dificultad que surge con el reemplazo de afecto por entretenimiento, si bien los medios digitales son amplios campos de aprendizaje y posibilidades de educación para los niños, la mayoría de los contenidos, generalmente los más virales, son en realidad meras entretenciones y preconstrucciones que no estimulan las capacidades del niño, peor aún, puede anularlas.
Contenidos preconstruidos
Si revisamos los contenidos más virales apreciados en YouTube por los niños en el mundo nos damos cuenta de que los canales que encabezan las listas son, curiosamente, videos de adultos jugando como niños, con juguetes e historias de su imaginación, que el niño aprecie esto, bajo su propio deseo de jugar y crear, no le constituye más que un entretenimiento, distando mucho del juego real.
Cuando el niño deja de tomar elementos de su entorno para darles significado y construir historias desde su propia imaginación, reemplazando ello por el apreciar historias imaginadas y significados preconstruidos, se pierde de una de las capacidades más estimulantes y necesarias de la infancia, la creatividad.
La ausencia de imaginación y creatividad en la infancia puede crear individuos que vana depender siempre de las ideas externas para la resolución de problemas, la búsqueda de alternativas y la creación de elementos nuevos, factores indispensables para el trabajo, la socialización y la formulación de un plan de vida.
La imaginación y la creatividad son sin duda, más allá de cualquier otra habilidad escolar, los elementos más importantes de la infancia, es donde el niño utiliza toda su plasticidad neuronal para crear conexiones que pasan de imaginar que una caja vacía es un auto de carreras a en su adultez pensar nuevas formas de abordar una epidemia.
La estimulación de la imaginación es indispensable en los niños y como adultos hemos permitido que las herramientas digitales, que generan niveles de entretenimiento muy altas, incluso dependencia, nos reemplacen, sumiendo a los pequeños a un mundo de estímulos y respuestas que poco aporta a su desarrollo.
¿Podemos cambiar?
¡Por supuesto! El primer paso es dar el ejemplo en el hogar, no tiene mucho sentido que restrinjamos constantemente las herramientas digitales a nuestros hijos si nosotros mismos no podemos salir de ellas.
El primer paso es el más importante, identificar los errores de manejo de dichas herramientas que estamos teniendo y el acceso deliberado que estamos dando a nuestros hijos para su uso.
El segundo paso es crear planes de uso de dichas herramientas, delimitación de contenidos para menores y restricciones a dichas herramientas en momentos puntuales.
El tercer paso es muy importante, al limitarse el uso de las herramientas digitales, que en muchos casos se ha convertido en el único medio de interacción de los niños, se deben proveer herramientas con las que ellos puedan estimular su imaginación y creatividad, hay que evitar que el tiempo se convierta en vacío o lapsos muertos llenos de inactividad; los deportes, las pinturas, conseguir algunos juguetes extra, poner páginas de periódico en las paredes las cuales se puedan rayar, salidas al bosque, todo esto es útil cuando de estimular la imaginación y la curiosidad se trata.
El cuarto paso es el acompañamiento, si el celular se ha coinvertido en la forma principal que utilizas para que la atención de tu hijo se vea satisfecha, seguro habrá un vinculo de confianza muy pobre por lo que es muy importante empezara reconstruirlo, al inicio puedes acompañar los momentos en los que el menor se encuentra utilizando el celular, ver que hace, preguntarle sobre sus gustos y el por qué disfruta lo que este visualizando.
Cuando se retome la confianza será mucho más fácil para los padres pasar al juego, al contar las historias, a escuchar sus miedos, la confianza y la interacción permiten una verdadera relación entre padres e hijos y es indispensable que, a pesar de las múltiples dificultades de esta sociedad hiperacelerada e hiperconectada, podamos construir vínculos sanos y cercanos con nuestros hijos, quienes son el futuro del mundo.