El duelo: definición y abordaje terapéutico

El duelo es un proceso que abarca etapas desde la negación hasta la aceptación.

Míriam Sánchez González

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El duelo: definición y abordaje terapéutico.
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El duelo es un proceso psicológico que describe la evolución de la reacción que tenemos ante una pérdida importante; pero ¿qué se entiende por pérdida? ¿solo hablamos de duelo si hablamos de la superación de una muerte cercana?

El duelo no solo se experimenta ante el fallecimiento de un ser querido, también puede darse ante algún otro proceso que implique una sensación de vacío, de ausencia o abandono; como, por ejemplo, puede ser una ruptura de pareja, un despido en un trabajo importante o el distanciamiento en una relación de amistad. Por tanto, se puede decir que el duelo aparece siempre que experimentamos una interrupción o pérdida definitiva, y en la mayoría de las veces irreversible, de algo.

Como toda situación novedosa, este proceso supone una necesidad de adaptación y de ajuste cognitivo-emocional a la experiencia de esa pérdida. Y como todo proceso, compromete una serie de fases que se irán superando hasta llegar al estadio final: la aceptación de lo sucedido.

A pesar de la descripción en las revisiones bibliográficas de las fases mencionadas, cabe resaltar que no siempre se pasa por todas y no necesariamente se dan en el mismo orden que se exponen, pues la resolución del duelo va a depender de múltiples factores que variarán de una persona a otra y de una situación a otra.

Por tanto, ¿cuáles son las fases del duelo?

Fases o etapas del duelo

Negación

Durante esta primera fase la persona trata de negar o de no querer creer la realidad a la que se enfrenta para tratar de reducir el impacto emocional de la pérdida. Es la forma que tenemos, desde nuestro sistema de defensa psicológica, de decirle a la vida que espere porque todavía no estamos preparados para una despedida. En esta fase también es relevante el shock o choque emocional y, con ello, el bloqueo; es decir, la sensación de embotamiento o de no poder sentir nada ante la falta. En este sentido y tras numerosas investigaciones, se ha observado que esta negación puede darse de dos formas: negación de la pérdida (“no es verdad”, “no puede ser”, “esto no ha pasado”, etc.) o negación del dolor (a través de la aceptación incondicional inmediata o de la “congelación emocional”).

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Ira o enfado

Estos sentimientos surgen ante la toma de conciencia y ante la incapacidad para modificar lo sucedido, lo que a su vez genera frustración. En esta fase, la persona trata de buscar culpables como forma de mitigar su dolor o como forma de negación.

Negociación

Como intento de crear una historia alternativa a la realidad. En este estadio se guarda la esperanza de que lo sucedido puede modificarse y de que hay cierta influencia personal o contextual sobre la situación. Por ejemplo, se puede pensar que la pérdida sufrida es reversible.

Depresión

En este periodo del duelo, la persona asume de forma definitiva la realidad de la pérdida y se genera una sensación de vacío tras darse cuenta de que las soluciones planteadas en la fase anterior no pueden darse y que las circunstancias son, por tanto, irreversibles. Todo esto genera alteraciones del ánimo en forma de sentimientos de tristeza, apatía o pérdida de interés por las actividades agradables, anhedonia o pérdida de la capacidad de disfrute, desesperanza, aislamiento social o pérdida de motivación por el día a día.

Aceptación

Aceptación de la pérdida y estado de calma consecuente a la comprensión de lo sucedido. En esta fase se deberá recolocar la emoción que genera la ausencia y se aprenderá a vivir con la falta. Se deberá comprender que la pérdida será vivida en el recuerdo y no en la realidad presente.

¿Cómo superar el duelo?

El duelo es un proceso natural y necesario que experimentamos cuando perdemos a alguien o algo significativo en nuestras vidas. Aunque cada persona vive el duelo de manera única, existen algunas estrategias que pueden ayudar a superarlo de manera saludable y constructiva.

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En primer lugar, es importante permitirse sentir y expresar las emociones que surgen durante el duelo; ya sea tristeza, ira, culpa o confusión. No reprimir estos sentimientos, sino aceptarlos y procesarlos de manera gradual.

Además, buscar apoyo emocional es fundamental en el proceso de duelo. Hablar con amigos, familiares, o incluso con un terapeuta puede ayudar a la persona a sentirse comprendida y acompañada en este momento difícil. Compartir recuerdos y emociones con otros puede aliviar la carga emocional y facilitar la aceptación de la pérdida.

Otra estrategia importante para superar el duelo es cuidar de uno mismo física y emocionalmente. Mantener hábitos saludables, como una alimentación equilibrada, ejercicio regular y descanso adecuado, puede contribuir a fortalecer la salud mental y emocional durante el proceso de duelo.

Encontrar formas de honrar y recordar a la persona o cosa perdida puede ser reconfortante. Crear un espacio de memoria, realizar actividades que solían disfrutar juntos o participar en rituales de despedida pueden ayudar a mantener viva la conexión emocional y a procesar la pérdida de manera significativa.

Finalmente, es importante recordar que el duelo es un proceso gradual y que cada persona lo vive a su propio ritmo. No hay un tiempo definido para superarlo, y es normal experimentar altibajos emocionales a lo largo del camino. Ser paciente con uno mismo, permitirse sentir y buscar apoyo son claves para superar el duelo de manera saludable y constructiva.

Fuentes y recursos de información

  1. Fernández-Alcántara, M., Cruz-Quintana, F., Pérez-Marfil, N. y Robles-Ortega, H. (2012). Factores psicológicos implicados en el duelo. Index de Enfermería, 21(1-2), 48-52.
  2. Gil-Juliá, B., Bellver, A., y Ballester-Arnal, R. (2008). Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento. Revista Electrónica Psyconex, 8(12), 1-9.
  3. Stroebe, M., Schut, H., y Boerner, K. (2017). Modelos de afrontamiento en duelo: Un resumen actualizado. Estudios de Psicología= Studies in Psychology38(3), 593-607.
Míriam Sánchez González
Míriam Sánchez es psicóloga general sanitaria (núm. Col. CL05880) y experta en neuropsicología clínica. Graduada en psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca, continúa su formación especializándose en la rama sanitaria y en neuropsicología clínica.
Apasionada de su profesión y de las artes literarias, decide unir ambas modalidades y dar el salto a la publicación de artículos divulgativos. Ella describe el proceso como una “catarsis divulgativa”, explicado con sus palabras como “la necesidad de contar al mundo lo bonita y sorprendente que puede llegar a ser la psicología”.
Actualmente escribe periódicamente en redes sociales (vía instagram en su cuenta “la psicología hoy”: @la.psicologia.hoy) y en sitios web (“actualidad en psicología”) sobre temas variados de psicología.