Un reciente estudio publicado en Biological Psychiatry arroja luz sobre las diferencias neurológicas entre los distintos tipos de insomnio. La investigación sugiere que la conectividad cerebral estructural –la manera en que diferentes regiones del cerebro están interconectadas– varía entre cuatro de los cinco subtipos de insomnio identificados. Este hallazgo podría conducir a enfoques terapéuticos más específicos para las personas que padecen insomnio, ofreciendo la esperanza de tratamientos personalizados según las características cerebrales individuales.
Descifrando las Conexiones Cerebrales
El insomnio afecta a una gran parte de la población; aproximadamente el 10% de los adultos en Europa lo sufren. Las personas con insomnio experimentan dificultades para conciliar el sueño, mantenerse dormidos o se despiertan demasiado temprano. Estas alteraciones a menudo conllevan problemas para funcionar adecuadamente durante el día.
Además del malestar inmediato, el insomnio se asocia con un mayor riesgo de otros problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares, obesidad y trastornos mentales como la depresión y la ansiedad. Si bien la terapia cognitivo-conductual (TCC) se utiliza comúnmente para tratar el insomnio, no es efectiva para todos, incluso cuando se combina con medicamentos.
Para mejorar los resultados del tratamiento, los científicos consideran necesaria una mejor comprensión de los mecanismos cerebrales que subyacen al insomnio. Estudios previos de neuroimagen han aportado cierta información, sugiriendo que el insomnio puede implicar alteraciones en redes cerebrales a gran escala, como la red de modo por defecto (DMN) y la red de saliencia.
Sin embargo, los hallazgos han sido inconsistentes. Una razón podría ser la considerable variación entre individuos con insomnio, un trastorno que puede no tener una causa o tratamiento único para todos.
Una nueva perspectiva sobre los subtipos del insomnio
Recientemente, los investigadores descubrieron cinco subtipos distintos de insomnio, cada uno con su propio perfil de niveles de malestar y rasgos de personalidad. Estos subtipos se identificaron mediante un enfoque basado en datos, en lugar de basarse únicamente en los patrones de sueño, lo que hace que la clasificación sea más robusta.
El objetivo del estudio actual fue examinar si estos subtipos también difieren en su estructura cerebral. La identificación de estas diferencias estructurales podría abrir nuevas posibilidades para enfoques terapéuticos más personalizados.
El profesor Eus van Someren, del Instituto Holandés de Neurociencia, explica que el estudio se basó en una amplia recopilación de datos de miles de participantes a través de la plataforma slaapregister.nl. Se recogieron datos sobre la historia vital, el estado de ánimo y los rasgos de personalidad de los participantes, utilizando cuestionarios asociados con diferencias individuales en los circuitos cerebrales. A través de análisis de conglomerados, se identificaron perfiles específicos en personas con insomnio. Posteriormente, se analizaron diferencias estructurales cerebrales entre los subtipos identificados y un grupo control.
Se utilizaron datos de 204 personas con insomnio y 73 individuos sin quejas de sueño, centrándose en tres regiones cerebrales clave: las áreas frontal, orbitofrontal y temporal. Estas regiones se seleccionaron por su vínculo con el estado de ánimo y los rasgos de personalidad que distinguen a los diferentes subtipos de insomnio.
Para evaluar la conectividad cerebral, se empleó la imagen por difusión con tensor de difusión (DTI), que mide las conexiones estructurales entre diferentes partes del cerebro. Se analizaron medidas como la anisotropía fraccional, la densidad del volumen de líneas de flujo y la difusividad media para capturar la integridad de estas conexiones. Se realizaron pruebas de permutación para confirmar que las diferencias observadas eran específicas de los subtipos de insomnio y no variaciones aleatorias.
Patrones únicos para cada subtipo
El estudio encontró que cuatro de los cinco subtipos de insomnio tenían perfiles distintos de desviaciones en la conectividad cerebral en comparación con las personas sin insomnio.
- Subtipo con alto malestar: Presentó las desviaciones más pronunciadas, particularmente en la red de modo por defecto (DMN). Esta hiperactividad en la DMN, responsable de la autorreflexión y el pensamiento divagante, podría contribuir a la rumia y la angustia emocional.
- Subtipo con malestar moderado y sensibilidad a la recompensa: Mostró menos desviaciones, especialmente en la red de atención ventral, sugiriendo que su insomnio podría no estar impulsado por una mayor sensibilidad a los estímulos externos.
- Subtipo con bajo malestar y baja reactividad: Presentó desviaciones significativas en la red de atención ventral, indicando una posible mayor sensibilidad a los cambios ambientales.
- Subtipo con bajo malestar y alta reactividad: Mostró desviaciones más generalizadas en varias redes, incluyendo las redes somatomotoras y límbicas, sugiriendo disrupciones más amplias en la conectividad cerebral.
- Subtipo con malestar moderado e insensibilidad a la recompensa: No mostró desviaciones significativas en la conectividad cerebral.
Curiosamente, algunos subtipos exhibieron patrones de conectividad opuestos, sugiriendo que los mismos síntomas de insomnio pueden surgir de mecanismos cerebrales subyacentes muy diferentes dependiendo del subtipo.
Hacia un futuro de tratamientos personalizados para el insomnio
Una limitación del estudio es que, aunque se identificaron cinco subtipos, no se puede descartar la existencia de más subtipos. Además, el estudio reveló que los subtipos de insomnio difieren en su riesgo de por vida de padecer trastornos del estado de ánimo y la ansiedad. Esta información abre nuevas vías para la prevención y el tratamiento de estos trastornos, enfatizando la importancia de un enfoque individualizado.
Este estudio destaca la necesidad de enfoques personalizados en el tratamiento del insomnio, considerando las características únicas de la conectividad cerebral de cada subtipo. La comprensión de estas diferencias neurobiológicas es crucial para desarrollar estrategias terapéuticas más efectivas y mejorar la calidad de vida de las personas que sufren de insomnio. El futuro del tratamiento del insomnio parece apuntar hacia una medicina de precisión, donde las intervenciones se adaptan a las necesidades específicas del cerebro de cada paciente.
Fuentes y recursos de información
Bresser, T., Blanken, et al. (2024). Insomnia Subtypes Have Differentiating Deviations in Brain Structural Connectivity. Biological Psychiatry. DOI: 10.1016/j.biopsych.2024.06.014