Oniomanía: ¡No puedo parar de comprar!

Si no puedes parar de comprar quizas padezcas de Oniomanía o adicción a las compras, la cual es una necesidad irrefrenable.

Por: Laura Torres García

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Oniomanía: adicción a las compras
Alexas_Fotos / Pixabay

La adicción a las compras, conocido con el nombre de oniomanía, se define como una necesidad irrefrenable de comprar para sentirse tranquilo.

La persona siente un alivio inmediato, pero los problemas surgen a largo plazo, cuando aparece la incapacidad para frenar los impulsos de comprar.

Desde que nos despertamos por la mañana, somos bombardeados con información publicitaria de todo tipo. La publicidad, a través de objetos materiales nos vende ideales que todos anhelamos; felicidad, tranquilidad, amor, éxito.

A través del consumo de objetos, se intenta alcanzar estos ideales. Cada día se crean nuevas necesidades -innecesarias- que hace que una vez que las adquirimos, no podamos volver a vivir sin ellas. El consumismo, por lo tanto, forma parte de nuestro día a día en una sociedad que nos incita continuamente a ello.

¿Qué diferencia hay entre el consumismo y la adicción a las compras?

Las adicciones en general, y la adicción a las compras en particular, son una vía de escape que utiliza la persona para huir de unas determinadas emociones; estrés, ansiedad, aburrimiento, tristeza.

Esta vía de escape genera una satisfacción inmediata en la persona, hace que se sienta aliviada y tranquila después de haber comprado. Sin embargo, el alivio es efímero, rápidamente llega la culpabilidad y los pensamientos ansiógenos.

Se genera un círculo vicioso de deseo – compra – alivio – culpabilidad sobre el que la persona tiene cada vez menos control.

Círculo vicioso de la Oniomanía
El bucle de la Oniomanía empieza con 1) Deseo “necesito comprar esos zapatos”, luego 2) Compra; ir al lugar, buscar los zapatos, elegirlos, comprarlos, 3) Alivio, tranquilidad (sensación efímera) y por ultimo 4) Culpabilidad.

¿Cómo saber si eres adicto a las compras?

  • Tener la sensación de pérdida de control “no quiero comprar, pero no puedo parar”
  • Sentir ansiedad si no compras “necesito comprar cuando salgo para estar tranquilo”
  • Sentimiento de culpa tras haber comprado “no debería haberlo hecho, he gastado demasiado dinero”
  • Comprar cosas poco útiles, que después te arrepientes de haber adquirido
  • Tener la casa llena de artículos que no se han usado, o que son inservibles
  • Precipitarse a la hora de comprar, sin poder reprimir los impulsos
  • Comenzar a recibir mensajes críticos de familiares y amigos sobre el problema
  • No sentir satisfacción aún después de haber comprado
  • Dedicar el tiempo libre, principalmente, a visitar centros comerciales e ir de compras
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En una adicción, la persona siente que ha perdido el control de sus acciones. Sabe que continuar consumiendo y comprando le hace mal, pero no puede parar de hacerlo. Está inmerso en un bucle del que le es imposible salir y pararlo, de ahí que se caiga una y otra vez en la misma dinámica.

La tolerancia hace que la persona tenga que consumir cada vez más para lograr la misma emoción, y que si no consume, sufra el conocido síndrome de abstinencia.

El sentimiento de culpabilidad y malestar que se genera después no ayuda a salir del círculo vicioso, pues hace que se incremente la sensación de malestar y ansiedad.

Los psicólogos declaran que es difícil detectar a los compradores compulsivos, pues se trata de una adicción encubierta, ya que muchas personas no tienen conciencia del problema y ven normal su comportamiento, justificado por vivir en una sociedad consumista.

Esta adicción afecta en mayor parte a mujeres de entre 30 y 40 años. La digitalización está incrementando esta problemática, ya que hoy en día podemos comprar cualquier cosa, desde cualquier lugar y a cualquier hora del día vía internet.

¿Cómo terminar con la adicción a las compras?

La creencias irracionales y la falta de autocontrol

son las principales características. La necesidad de llenar un vacío y la evitación emocional hace que sea imprescindible adquirir una serie de estrategias emocionales y fomentar nuevos hábitos para dejar de lado la adicción.

La ayuda profesional es necesaria cuando la persona está inmersa en este círculo vicioso.

La terapia cognitivo -conductual ha demostrado su eficacia al tratar adicciones por su trabajo con:

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Pensamientos: se realiza un trabajo con las creencias irracionales (“necesito comprar para sentirme bien”), sustituyéndolas por otras más saludables.

Emociones:  ayuda a fomentar el autocontrol frente a los impulsos de consumir. Adquirir autocontrol genera un aumento en la autoestima y satisfacción personal.

Conductas: a través de un plan de acción, la persona enriquece su vida a través de actividades placenteras y saludables.

Laura Torres García

Psicóloga de profesión, escritora, y humanista por encima de las dos anteriores.
Disfruto cada día conociendo los rincones ocultos del ser humano. Si quieres ponerte en contacto conmigo, hazlo escribiendo a [email protected]