Un estudio reciente publicado en BMC Psychology ha revelado una interesante relación entre la tenencia de perros, la actividad física y la salud mental. Si bien los dueños de perros tienden a ser más activos físicamente que quienes poseen otras mascotas, solo el ejercicio independiente, no las actividades relacionadas con el perro, se asocia con una mejor salud mental. Esto sugiere que adquirir una mascota con el único propósito de mejorar el bienestar emocional podría ser contraproducente.
Estudios previos habían sugerido una relación positiva entre la tenencia de perros, el aumento de la actividad física y la mejora del bienestar mental. Sin embargo, faltaba investigación que analizara estas relaciones de forma conjunta. Este nuevo estudio, dirigido por Kirrily Zablan de la Universidad Deakin en Australia, buscó precisamente llenar este vacío investigando la conexión entre la tenencia de perros, la actividad física relacionada con el perro y la actividad física independiente, con los resultados en salud mental (depresión y ansiedad). Además, se analizó si estas relaciones diferían entre adultos jóvenes y mayores.
Para explorar estas cuestiones, Zablan y sus colegas realizaron un estudio transversal con 588 dueños de animales de compañía australianos (76% mujeres), con edades entre 18 y 84 años, todos poseedores de al menos una mascota. Los participantes completaron cuestionarios que midieron la tenencia de perros, la actividad física, la depresión, la ansiedad y la soledad.
El ejercicio independiente, clave para el bienestar
Los resultados confirmaron que los dueños de perros eran más activos que los dueños de otras mascotas (gatos, pájaros, peces, etc.). Mostraron mayores niveles tanto de actividad física relacionada con el perro (paseos, juegos) como independiente (correr, practicar deportes, ir al gimnasio).
Sin embargo, solo la actividad física no relacionada con el perro se asoció con mejores resultados en salud mental. Los paseos con el perro u otras actividades similares no parecieron tener el mismo impacto positivo.
Curiosamente, el estudio también encontró que tanto adultos jóvenes como mayores experimentaron niveles moderados de soledad, siendo este un factor importante en los resultados de salud mental. Cabe destacar que en los adultos jóvenes, esta soledad moderada se asoció con niveles más altos de depresión y ansiedad en comparación con los adultos mayores.
Los investigadores reconocieron varias limitaciones del estudio. El diseño transversal impide establecer relaciones causales, y la muestra tenía una inclinación hacia las participantes mujeres. Por lo tanto, Zablan y sus colegas advierten contra el fomento de la adopción de perros únicamente por razones de bienestar mental.
Concluyen que quien adquiere un perro “con el único propósito de mejorar su salud mental es poco probable que experimente beneficios en este aspecto. Además, exagerar los beneficios de la tenencia de perros en esta base plantea riesgos significativos para el bienestar de los perros individuales, que pueden sufrir negligencia y abandono”.
Conclusiones
Si bien los perros no son una cura para los problemas de salud mental, pueden ser compañeros valiosos. Sin embargo, la forma más efectiva de mejorar la salud mental parece ser la realización de ejercicio físico regular e independiente. El estudio destaca la importancia de considerar la complejidad de las variables involucradas, incluyendo la actividad física propia, la salud mental preexistente y el manejo responsable de las mascotas.
Fuentes y recursos de información
Zablan, K., Melvin, G., & Hayley, A. (2024). Dog ownership, physical activity, loneliness and mental health: a comparison of older adult and younger adult companion animal owners. BMC Psychology, 12, (1). DOI: 10.1186/s40359-024-02104-x