Lo primero, aceptar que hacen parte de nuestra historia
Desde que somos niños, los celos han hecho parte de nuestra vida, aquellos días de verano en los que salíamos a jugar con conocidos y desconocidos, no importaba de quien se tratara, el juego siempre estaba abierto para todos los que quisiesen acercarse, así, hasta que alguno de ellos sacaba el juguete más llamativo que nuestros ojos pudieran conocer, de inmediato, la disposición del resto cambiaba y comenzaban a excluir del juego a aquel afortunado infante, a veces incluso causando la pelea y destrucción de tan anhelado objeto.
Luego de pasar por todas aquellas etapas de crecimiento y desarrollo donde comenzamos a ver el mundo con más “madurez” quizás pensemos que actitudes como esas quedan atrás, pero para nadie es un secreto que los celos son la principal causa de los conflictos en las parejas.
Sin importar la orientación sexual de los individuos involucrados, los celos son uno de los factores claves que deterioran el bienestar de las personas tanto a nivel individual como de pareja, llevándolos a la monotonía de las constantes discusiones, la desconfianza y muy frecuentemente, la ruptura.
¿A quien culpamos?
Teniendo esto como punto de partida y además de los miles de ejemplos que tenemos como referencia, amigos, conocidos o incluso nuestras propias experiencias, sin sentirnos derrotados ante algo inevitable y tortuoso como los celos, solo nos queda preguntarnos ¿A quien culpamos? ¿A mi pareja? ¿A mi mismo? ¿A la genética?
Muchas dudas surgen al pensar en algo tan complejo como los comportamientos celosos, entre ellas ¿de donde surgen? Y así tan compleja resulta esta pregunta como tan extensas pueden ser sus respuestas, en todo caso tratare de abordar algunas de las explicaciones conocidas y además apuntaré algo que he notado con el pasar del tiempo.
¿La evolución?
El desarrollo evolutivo del ser humano puede ser una de las explicaciones más razonables de la aparición de los celos, aunque nos lleve a un dilema moral, se plantea que, a imagen y semejanza del reino animal, los seres humanos defendemos a nuestro compañero reproductivo como un tesoro, alejándolo de aquellos que quisieran acercarse a ellos con las mismas intenciones que nosotros, en el caso de los animales, la reproducción y la supervivencia.
En ese caso entonces, nosotros alejaríamos a cualquier individuo que se acerque a nuestra pareja con el fin de mantenerla como un seguro que nos proporciona el fin último y básico de la reproducción, que es la transferencia de nuestros preciados genes a la próxima generación, esa es en resumidas cuentas una explicación de la transmisión genética natural de los celos evolutivamente.
¿Cómo se sienten? ¿Es una explicación suficiente para ustedes? si es usted una persona constantemente celosa, probablemente si y funcione como justificación a sus comportamientos, pero ¿qué hay del otro lado? para alguien que sufre las consecuencias de convivir con un individuo celoso, creo que hay que darle algo más que justificaciones.
Actuando un poco como celopata, continuaré hablando de los comportamientos “causados” por la pareja, el otro suele ser el principal acusado de ser el origen de nuestros comportamientos o en otro caso, que decidamos marcharnos y darle fin a esa relación llena de discusiones.
El otro siempre es el primer acusado en toda pelea de parejas, y no es para nada raro, si fuera tan fácil analizar nuestros comportamientos, pensamientos y acciones creo que los psicólogos como yo, seriamos totalmente innecesarios.
¿La pareja?
Hay muchas formas en las cuales el otro como pareja puede ser un causante de los comportamientos celosos, el mero hecho de que dos personas totalmente diferentes se inscriban en una empresa tan difícil como amarse el resto de sus vidas ya es un reto de por sí, considerable, y es aquí de donde surge algo fundamental, las diferencias.
Una pareja está compuesta por dos individuos (o más, no vamos a entrar en discusiones afectivas contemporáneas) que son indiscutiblemente diferentes, tanto por la crianza que recibieron, el contexto, el pensamiento y el comportamiento.
Estos individuos tratan de llevar una especie de contrato afectivo que les une y que sobrellevan disfrutando de momentos felices y superando diferentes dificultades, muchas de esas dificultades están enmarcadas por los celos y es que al no pensar y comportarse de forma similar al otro es fácil caer en situaciones que representan un riesgo para nuestra pareja y que para nosotros pueden ser completamente normales.
Un caso de la vida real…
Un ejemplo seria; M de 26 años lleva 6 meses con su novi@ L de 28, para M, en sus anteriores relaciones ha sido completamente normal quedar con amig@s de vez en cuando, salir a tomarse unos tragos, incluso quedar a solas con alguien del cual sostiene ser, su amig@ de infancia, para L esto nunca ha sido agradable, le irrita la idea de que M este a solas con alguien más, y más si este alguien le ha expresado en varias ocasiones a M sentir atracción hacia el/ella.
La conducta de M puede parecer normal para muchos, pero no para L, así como a L pareciese serle de total normalidad chatear por horas con personas, aun estando con M al lado, enviarse fotos y ligar, ya que según L no pasaran de ahí, generando disgusto en M y llevando la pareja a un círculo vicioso de discusiones.
El fin no es encontrar que tan malas son las actitudes de L o M, sino evidenciar como las conductas que tenemos normalmente pueden causar un gran daño en nuestra pareja, generar peleas constantes que fácilmente pueden evitarse o resolverse hablando y llegando a acuerdos que les permitan a ambos, desarrollar su libre personalidad sin hacer daño al otro, y así entramos al terreno más poco expuesto, y es cuando los celos son nuestra culpa.
¿Culpa nuestra?
Además de que podemos causar celos en nuestra pareja con nuestras conductas, hay otras formas en las que los celos pueden surgir en una pareja y son indiscutiblemente y aunque sea difícil de aceptarlo, culpa nuestra.
Comenzando por la falta de confianza en nosotros mismos, la inseguridad y la baja autoestima son una de las principales causas por las cuales podemos sentir celos en muchas situaciones, a veces afectados por los estándares que la sociedad contemporánea puede imponer.
El mantenerse en esos estándares es nuestra culpa absolutamente, debemos enfocarnos en mejorar la visión que tenemos de nosotros mismos, de vernos como individuos competentes al mundo, que merecemos lo que tenemos y que si tenemos a alguien a nuestro lado es porque ese alguien ve en nosotros cosas que quizás nosotros no podemos ver.
Estar tranquilos y dar lo mejor de nosotros en la relación es el mejor seguro para que la paz y el amor sean los que gobiernen sus vidas afectivas, aunque esto no asegure que esa persona se quede por siempre a tu lado, no quedarás con ese sin sabor de no haber sido lo suficiente, cerrando los ciclos con facilidad y manteniendo tu perfil emocional integro.
Otra de las causas por las cuales los celos pueden surgir en nosotros y generar peleas innecesarias con nuestra pareja es la idea de que, si a alguien le sucedió, a ti también te va a suceder.
Muchas personas en el mundo mueren de formas que nadie pensaría posibles y no por eso caminamos envueltos en una burbuja anti-mundo, las cosas suceden a algunos y otras totalmente diferentes a otros.
No importa lo que le suceda a los demás, si la pareja de tu amig@ le dejo luego de comenzar un nuevo trabajo, no significa que tu pareja, ahora que tiene un puesto mejor vaya a hacerlo, cada caso es tan especial como aquello que sintieron la primera vez que se vieron, toma las cosas con calma.
¿Condicionamiento emocional?
La última causa que nombrare es una que esta comenzando a generarme muchas inquietudes y que he ido evidenciando con el paso del tiempo, no tengo idea de cómo nombrarla, pero creo que, en este caso le diré condicionamiento emocional.
Básicamente es cuando en la pareja una de las partes se muestra anulada o extremadamente sumisa, la contraparte suele adoptar una posición demasiado dominante, manifestando celos constantemente y generando múltiples peleas que suelen no ir coherentes con los comportamientos del individuo que se muestra más apacible, esta conducta puede mantenerse por años y llevar al ataque físico, la anulación de la personalidad y un profundo daño psicológico generado por una constante tensión emocional.
Conclusión
Este solo fue un pequeño acercamiento a algo que es tan normal en las relaciones de pareja, y por las cuales se efectúan miles de consultas psicologías al año, al final lo único que importa es aprender a identificar estos sentimientos, tanto en nosotros como en nuestra pareja, llegar a acuerdos y buscar ayuda profesional cuando es necesario, siempre con el único fin de rescatar ese amor, que tomándolo con seriedad y a la vez con muchas sonrisas, les durara para siempre.