Un reciente estudio ha revelado que la psicoterapia puede generar transformaciones perceptibles en la estructura física del cerebro en personas diagnosticadas con trastorno depresivo mayor. La investigación, liderada por Zwiky y Redlich y publicada en la revista Translational Psychiatry, demostró que, tras un ciclo de terapia cognitivo-conductual, los pacientes exhibieron un aumento en el volumen de materia gris en regiones cerebrales vinculadas al procesamiento de las emociones, un efecto análogo al observado con la medicación.
Terapia cognitivo-conductual y su impacto biológico
La terapia cognitivo-conductual (TCC) representa una forma común de psicoterapia, o terapia de conversación. Ésta asiste a las personas en la identificación y confrontación de patrones de pensamiento y comportamientos negativos que contribuyen a su angustia emocional. Mientras que la medicación y otros tratamientos físicos, como la terapia electroconvulsiva, han demostrado alterar la estructura cerebral, la evidencia de efectos similares provenientes de la psicoterapia ha sido limitada.
Investigadores como el Profesor Ronny Redlich, jefe del Departamento de Psicología Biológica y Clínica de la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg, se preguntaron si un curso estándar de terapia conversacional, desarrollado en un entorno clínico real, podría también producir cambios biológicos medibles en el cerebro.
La terapia cognitivo-conductual conduce a cambios positivos en los patrones de pensamiento, las emociones y el comportamiento. Asumimos que este proceso también está ligado a cambios funcionales y estructurales en el cerebro, explicó Redlich. El efecto ya se ha demostrado con terapia que involucra medicación o electroestimulación, pero aún no se ha probado para la psicoterapia en general.
El vínculo entre las emociones y los cambios cerebrales
El equipo de investigación, dirigido por la psicóloga Esther Zwiky, mostró particular interés en un concepto psicológico conocido como alexitimia. Este término se refiere a la dificultad para reconocer y describir las propias emociones. Dado que la depresión frecuentemente involucra problemas con el procesamiento emocional y las regiones cerebrales afectadas por la depresión son cruciales para la emoción, los científicos plantearon la hipótesis de que los cambios en la alexitimia podrían estar más directamente conectados a los cambios cerebrales que una mejora general en los síntomas de la depresión.
Para examinar esta hipótesis, Zwiky y su equipo diseñaron un estudio que involucró a 30 pacientes diagnosticados con trastorno depresivo mayor y a un grupo de control de 30 individuos sanos. Los pacientes fueron reclutados de una clínica universitaria ambulatoria y recibieron 20 sesiones de terapia cognitivo-conductual por parte de terapeutas licenciados o supervisados, siguiendo las directrices del sistema público de salud alemán. Este enfoque naturalista fue elegido para asegurar que los hallazgos fueran relevantes para la práctica clínica habitual.
Todos los participantes se sometieron a escáneres cerebrales en dos momentos diferentes: una vez antes de que comenzara la terapia y otra vez después de que se completaran las 20 sesiones. El grupo de control sano tuvo sus escáneres tomados en un intervalo de tiempo similar.
Los escáneres de resonancia magnética (RM) proporcionan información sobre el tamaño, la forma y la ubicación del tejido, explicó Zwiky. Los investigadores utilizaron estos escáneres para medir el volumen de materia gris, que es la parte del cerebro que contiene la mayoría de los cuerpos de las células nerviosas y está involucrada en el procesamiento de la información. Los participantes también completaron entrevistas clínicas y cuestionarios para evaluar la severidad de su depresión y sus niveles de alexitimia.
Efectividad clínica y cambios físicos en el cerebro
La terapia resultó ser clínicamente efectiva. Tras las 20 sesiones, los pacientes informaron una reducción significativa en sus síntomas generales de depresión. Alrededor de dos tercios de los pacientes mostraron mejoría, pasando de un episodio depresivo agudo a estar parcial o totalmente recuperados. Los pacientes también mostraron una notable mejora en un aspecto específico de la alexitimia: su capacidad para identificar sus propios sentimientos.
Los escáneres cerebrales revelaron cambios físicos que acompañaron estas mejoras clínicas. Específicamente, los investigadores encontraron que después de la terapia, los pacientes mostraron un aumento en el volumen de materia gris en dos áreas clave del cerebro involucradas en la emoción.
Observamos un aumento significativo en el volumen de materia gris en la amígdala izquierda y el hipocampo anterior derecho, dice Zwiky. La amígdala a menudo se considera el sistema de alarma del cerebro, central para el procesamiento del miedo y otras emociones, mientras que el hipocampo está involucrado en la memoria y la regulación de las respuestas emocionales.
Curiosamente, el equipo también observó una disminución en el volumen de materia gris en una parte diferente de la misma estructura, el hipocampo posterior derecho. Esta sección del hipocampo está más estrechamente asociada con funciones cognitivas como la memoria espacial. Los investigadores señalan que este hallazgo fue inesperado y su significado aún no está claro, pero podría relacionarse con aspectos cognitivos de la depresión que la terapia no abordó.
Conexión directa entre cambios cerebrales y conciencia emocional
El equipo de Zwiky y Redlich analizó si estos cambios cerebrales estaban relacionados con las mejoras de los síntomas de los pacientes. Encontraron una conexión directa entre los cambios físicos y las mejoras en la conciencia emocional. Los pacientes que mostraron el mayor aumento en la materia gris en su amígdala derecha también fueron los que informaron la mayor mejora en su capacidad para identificar sus sentimientos.
Sin embargo, los cambios en el volumen cerebral no estaban ligados a la reducción general de los síntomas depresivos. Esto sugiere que los cambios estructurales pueden estar ligados a funciones muy específicas en lugar de una sensación global de sentirse mejor.
Ya se sabía que la terapia cognitivo-conductual funciona. Ahora, por primera vez, tenemos un biomarcador fiable del efecto de la psicoterapia en la estructura cerebral. En pocas palabras, la psicoterapia cambia el cerebro, explicó Redlich. Estos hallazgos ayudan a colocar la terapia conversacional en igualdad de condiciones con los tratamientos biológicos, demostrando que puede tener un impacto tangible en el cerebro. Los resultados también apoyan la idea de que la recuperación psicológica es un proceso biológico.
Los autores señalan que el estudio tiene algunas limitaciones. Debido a que no hubo un grupo de pacientes deprimidos que no recibieron terapia, los investigadores no pueden descartar completamente que algunos cambios se debieran al curso natural de la enfermedad con el tiempo. El diseño naturalista, si bien refleja las condiciones del mundo real, también significa que es imposible saber qué elementos específicos de la terapia condujeron a los cambios cerebrales.
El número relativamente pequeño de participantes significa que los efectos más pequeños pueden haberse pasado por alto, y la correlación observada entre los cambios cerebrales y la conciencia emocional fue modesta. Investigaciones futuras podrían utilizar tamaños de muestra más grandes y ensayos controlados aleatorios para confirmar estos hallazgos.
Los investigadores también sugieren que los estudios de seguimiento deben rastrear a los pacientes durante un período más largo para ver si los cambios cerebrales son permanentes. También sería informativo investigar cómo la psicoterapia afecta otras funciones asociadas con la depresión, como el sueño, la rumiación o la capacidad de experimentar placer, y si esas funciones están ligadas a cambios cerebrales estructurales.
Redlich enfatiza que estos hallazgos no sugieren que un tratamiento sea superior a otro. La medicación, la electroestimulación y la psicoterapia son todas opciones efectivas que pueden funcionar de manera diferente para diferentes individuos. Por lo tanto, es aún más alentador que hayamos podido demostrar en nuestro estudio que la psicoterapia es una alternativa igualmente efectiva desde un punto de vista médico y científico, dijo Redlich.
Fuentes y recursos de información
Zwiky, E., Borgers, T., Klug, M., König, P., Schöniger, K., Selle, J., Küttner, A., Brunner, L., Leehr, E., Dannlowski, U., Enneking, V., & Redlich, R. (2025). Limbic gray matter increases in response to cognitive-behavioral therapy in major depressive disorder. Translational Psychiatry, 15, (1). DOI: 10.1038/s41398-025-03545-7









