Tratamientos psicológicos para la ansiedad

Una breve introducción al concepto de ansiedad y cuáles son sus principales tratamientos psicológicos.

Por: Mario Arrimada Fernández

Tratamientos psicológicos para la ansiedad
Imagen de © Depositphotos.

Las respuestas de miedo y ansiedad frente a determinados y estímulos y situaciones son algo tan natural como respirar, comer y dormir; sin embargo, cuando este tipo de respuestas sobrepasan ciertos límites y se prolongan en el tiempo pueden llegar a ser perjudiciales para la salud, resultando necesario en la mayoría de los casos buscar ayuda profesional.

Podemos encontrar diferentes tratamientos psicológicos para la ansiedad entre los que destacan las terapias conductuales, que se componen de diversas técnicas (p. ej., técnicas de exposición, relajación, entrenamiento en habilidades sociales, etc.) y las técnicas cognitivas, entre las que se destaca la reestructuración cognitiva.

En el presente artículo expondremos brevemente los principales tratamientos psicológicos para la ansiedad pero antes conviene dar un breve repaso al concepto de ansiedad, visto desde el punto de vista del campo de la psicología.

¿En qué consiste la ansiedad?

La ansiedad se refiere a respuestas anticipatorias ante una posible amenaza, que se caracterizan por inquietud y sensaciones aprensivas a nivel emocional, tensión muscular y activación fisiológica.

Es importante destacar que esta amenaza que desencadena la ansiedad puede surgir tanto internamente, dentro del organismo del individuo, como externamente, en el entorno en el que se encuentra. Además, puede ser una amenaza real o imaginaria; siendo en este último caso cuando la respuesta de ansiedad resulta más desadaptativa.

Por otro lado, estaríamos hablando de un trastorno de ansiedad, al referirnos a un síndrome clínico, compuesto por una serie de síntomas contrastados y valorados científicamente, en el que la perturbación central sería la ansiedad.

Además, el trastorno de ansiedad podría estar caracterizado por una respuesta de ansiedad manifiesta, que es común en el trastorno de ansiedad generalizada, o por una serie de conductas de evitación del estímulo y situación temidos con el fin de reducir la ansiedad, como ocurre en el caso de las diferentes fobias (Sandín, Valiente y Chorot, 2020).

Además, la ansiedad está formada por tres componentes a gran escala, que forman el comúnmente conocido como el triple sistema de respuesta, y que desencadenan diferentes conjuntos de síntomas, siendo dichos componentes los siguientes:

  • un componente cognitivo o subjetivo (experiencia interna de la persona con ansiedad),
  • un componente fisiológico o somático (cambios fisiológicos como parte de la respuesta de ansiedad) y
  • un componente conductual o motor (parte observable de la respuesta de ansiedad).

En consecuencia, podemos afirmar que los trastornos de ansiedad suelen tener un impacto negativo en diversas áreas de la vida de los pacientes. Por esta razón, resulta crucial detectar los síntomas lo antes posible para buscar la ayuda de un profesional de la salud mental.

Este profesional puede asistir al paciente con ansiedad en el desarrollo de estrategias de afrontamiento que ayuden a reducir los síntomas de ansiedad y reemplazar conductas desadaptativas por otras más adecuadas, contribuyendo así a mejorar su calidad de vida

Leer:  ¿Cómo saber si necesito ayuda psicológica? Estas son las señales de alerta 

A continuación, explicaremos de forma breve los principales tratamientos psicológicos para la ansiedad y también veremos en qué consiste el tratamiento combinado para abordar los diferentes trastornos de ansiedad.

¿Cuáles serían los principales tratamientos psicológicos para la ansiedad?

Para tratar la ansiedad en psicoterapia se pueden encontrar diversos tratamientos como la terapia cognitiva, la conductual y, la más empleada, la terapia cognitivo-conductual.

También se suele emplear la terapia combinada que se compone de la psicoterapia en conjunto con el uso de fármacos para la ansiedad y, por último, hay que destacar que en las últimas décadas han surgido las terapias de tercera generación para diferentes problemas psicológicos, entre los que se incluye la ansiedad.

1. Terapia cognitiva

Entre los tratamientos psicológicos más destacados para la ansiedad se encuentra la terapia cognitiva, que se utiliza comúnmente en psicoterapia. Su objetivo es ayudar a los pacientes a identificar pensamientos distorsionados que suelen surgir de manera automática.

Luego, se analizan detenidamente para poder sustituirlos por pensamientos más racionales y adaptativos. Esto permite que los pacientes afronten con mayor eficacia las situaciones que desencadenan su ansiedad.

Entre las principales técnicas de la terapia cognitiva para la ansiedad podemos encontrar el entrenamiento en auto instrucciones para afrontar la ansiedad, la solución de problemas o la reestructuración cognitiva.

Esta última tiene el objetivo de ayudar al paciente a identificar y cambiar las ideas que sean irracionales, así como también los pensamientos disfuncionales, debido a que causan bastante malestar, y para ello se realiza un proceso de cuestionamiento de esas ideas y pensamientos para poder sustituirlos por una perspectiva más relacional y que resulte más adaptativa.

Además, la reestructuración cognitiva tiene como premisa la idea de que nuestro estado emocional no depende de nuestras circunstancias en la vida, sino de los pensamientos e ideas que tenemos acerca de la situación que estamos viviendo y, por ello, debemos tratar de sustituir esos pensamientos disfuncionales por otros más adaptativos. (González-Blanch, Cano-Vindel, Ruiz, Barrio-Martínez y Priede, 2021).

2. Terapia conductual

La terapia conductual para la ansiedad, fundamentada en las teorías psicológicas del aprendizaje conductual, se utiliza principalmente con el objetivo de modificar las conductas de los pacientes con ansiedad que resulten desadaptativas.

La parte conductual de la terapia se compone de diferentes técnicas entre las que destacan las técnicas de exposición y el entrenamiento en relajación.

Las técnicas de exposición se utilizan para tratar la ansiedad a través de la puesta en contacto de los pacientes con aquellos estímulos o situaciones que temen y que están exacerbando los síntomas de la ansiedad, pudiendo realizarse en vivo, a través de la imaginación o, en algunos casos, a través de dispositivos que permitan al paciente exponerse al estímulo temido mediante la realidad virtual.

Leer:  6 Mitos acerca del síndrome de Asperger desmentidos

Una vez está en contacto con ese estímulo que dispara los síntomas de ansiedad debe mantener la exposición hasta que los niveles de ansiedad disminuyan de forma notable.

La relajación es una técnica que debe entrenarse para que pueda resultar eficaz y puede llevarse a cabo de diferentes formas, como puede ser mediante la relajación muscular progresiva, a través de ejercicios que favorezcan el manejo de la atención o por medio de ejercicios de respiración.

Entre estas técnicas, la relajación muscular progresiva es la que cuenta con mayor respaldo empírico. Consiste en una serie de ejercicios diseñados para tensar y destensar los músculos con el objetivo de lograr un mayor control y conciencia sobre ellos, permitiendo así la relajación voluntaria a través de la práctica (González-Blanch, Cano-Vindel, Ruiz, Barrio-Martínez y Priede, 2021).

3. Terapia cognitivo-conductual (TCC)

Dentro de los tratamientos psicológicos para la ansiedad, el más ampliamente utilizado y considerado como el tratamiento de elección debido a su efectividad probada es la terapia cognitivo-conductual.

Esta terapia se compone de diversas técnicas que tienen como objetivo ayudar al paciente con ansiedad a identificar y corregir los pensamientos distorsionados.

Además, se recurre el entrenamiento de habilidades y se procura proveer de recursos de afrontamiento a los pacientes.

Por otro lado, dentro de la terapia cognitivo-conductual también se incluyen técnicas de regulación emocional, relajación y exposición, con el fin de cambiar esas anticipaciones y conductas evitativas, que son muy comunes en los pacientes con ansiedad, y se busca la reducción de la activación fisiológica excesiva.

Cabe destacar que la TCC se suele llevar a cabo a lo largo de varias semanas y consta de diferentes fases:

  • fase de psicoeducación,
  • fase de entrenamiento en relajación,
  • fase de exposición, fase de reestructuración cognitiva y,
  • por última, está la fase de prevención de recaídas (González-Blanch, Cano-Vindel, Ruiz, Barrio-Martínez y Priede, 2021).

4. Tratamiento combinado

Aunque a largo plazo se ha demostrado que los tratamientos psicológicos para la ansiedad, como los mencionados anteriormente, ofrecen resultados más favorables, en algunos casos puede ser necesario combinar la terapia psicológica con el uso de psicofármacos.

Es importante destacar que la terapia psicológica presenta varias ventajas sobre la terapia farmacológica, ya que tiene una menor tasa de recaídas, una mayor efectividad en términos de costo y, por supuesto, menos efectos secundarios (González-Blanch, Cano-Vindel, Ruiz, Barrio-Martínez y Priede, 2021).

Entre los fármacos más utilizados en el tratamiento de la ansiedad destacan las benzodiacepinas que sirven para reducir los niveles de ansiedad actuando en el sistema nerviosos central (SNC) a través del aumento de las acciones de un neurotransmisor que inhibe el SNC, conocido como GABA (ácido gamma-aminobutírico), en una parte del cerebro llamada amígdala y el córtex prefrontal.

Leer:  Cómo vencer el estigma y el prejuicio social en torno a la enfermedad mental

Al producir la disminución de la excitación a nivel neuronal, las benzodiacepinas logran un efecto ansiolítico, hipnótico y relajante muscular (Stahl, 2013).

Es importante destacar que los diferentes psicofármacos empleados para la ansiedad no deben usarse a la ligera por los peligros que pudieran ocasionar los efectos secundarios y es por ello por lo que siempre deben tomarse de forma pautada y bajo prescripción médica.

5. Otros tratamientos psicológicos para la ansiedad

Además de todos los tratamientos psicológicos para la ansiedad y combinados, cabe destacar otras terapias psicológicas que se están utilizando en este tipo de casos en psicoterapia.

Entre ellas podemos encontrar la terapia metacognitiva y las terapias contextuales, entre las que se encuentran la terapia de aceptación y compromiso (ACT), la terapia cognitiva basada en mindfulness (MBCT) y el programa de reducción del estrés basado en mindfulness (MBSR).

Fuentes y recursos de información

Comprobamos el contenido y la veracidad del conocimiento presentado en este artículo a través de nuestro proceso editorial y de verificación de la información, para asegurarnos de que sea preciso y confiable.

  • American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5ª ed.) (DSM-5). American Psychiatric Association.
  • Clark, D. A. & Beck, A. T. (2016). Manual práctico para la ansiedad y las preocupaciones: La solución cognitiva conductual. Desclée de Brouwer.
  • González-Blanch, C., Cano-Vindel, A., Ruiz, P., Barrio-Martínez, S. y Priede, A. (2021). Tratamientos psicológicos para los trastornos de ansiedad. En E. Fonseca (coord.). Manual de tratamientos psicológicos: Adultos (pp. 367-391). Ediciones Pirámide.
  • Sandín, B., Valiente, R. M. y Chorot, P. (2020). Trastornos de ansiedad. En A. Belloch, B. Sandín y F. Ramos (coords.). Manual de Psicopatología clínica: Volumen II (pp. 35-76). McGrawHill.
  • Stahl, S. M. (2013). Psicofarmacología Esencial de Stahl: Bases neurocientíficas y aplicaciones prácticas. Aula Médica.
Mario Arrimada Fernández

Graduado en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) y con un Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX). También cuenta con formación especializada en diversas áreas de la salud mental, cabiendo destacar el Máster en Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental (UDIMA), y varios cursos como el de Experto Universitario en Trastornos de la Conducta Alimentaria (UEMC), Experto en Mindfulness para profesionales de la salud (UDIMA), Experto en CIE-11 y DSM-5 (UDIMA) o Experto en Trastornos de la Personalidad (AEFDP), entre otros.