La investigación en neurociencia revela que el proceso de adquisición de un segundo idioma trasforma el cerebro humano, mejorando su estructura y funcionamiento, el aprendizaje genera cambios anatómicos sorprendentes en las estructuras cerebrales, mayores de lo que hasta ahora se consideraba posibles sin importar la edad a la que se inicie el proceso.
El profesor Ping Li, el cual dirigió un estudio publicado en la revista Journal of Neurolinguistics, dijo al respecto, que el hecho de aprender y practicar cualquier actividad, tal cual adquirir una segunda lengua fortalece al cerebro, al igual que el ejercicio físico, cuanto más se utilizan ciertas aéreas cerebrales especificas estas crecen y se hacen más fuertes.
En otro estudio reciente el profesor Yang y colaboradores realizaron un seguimiento a 39 sujetos angloparlantes mientras intentaban aprender el idioma chino en un plazo de seis semanas (Yang et al., 2015).
Los cerebros de los participantes fueron escaneados antes y después para determinar los cambios anatómicos y funcionales de sus cerebros, dichos resultados se compararon con los de un grupo de control. Los resultados apuntan a que las personas que aprendieron con más éxito poseían redes neuronales más eficientes entre las diferentes aéreas funcionales relevantes (Ver figura)
En otro estudio en el cual también estuvo involucrado el profesor Li, encontró que el aprendizaje de un segundo idioma se traducía en cambios en el cerebro sin importar la edad de los sujetos, sin importar si se trataba de niños, adultos o ancianos, el aprender otro idioma genera rápidas mejoras en la densidad de la materia gris y la integridad de la materia blanca. (Li et al., 2014)
Estas investigaciones sugieren que el cerebro es mucho más plástico de lo que se creía, puesto que se pueden observar cambios anatómicos aún en ancianos, lo que contribuiría a mitigar los efectos del envejecimiento en la mente.
Diez beneficios psicológicos de aprender un segundo idioma
Estas son algunas de las investigaciones que muestran los increíbles beneficios psicológicos que conlleva el aprendizaje de un nuevo idioma, las cuales van más allá de poder ordenar en un restaurante extranjero o preguntar cómo llegar a su hotel.
Lo más asombroso es que estos efectos positivos persisten sin importar la edad en la que se inicie este apasionante viaje hacia el dominio de una nueva lengua.
1. Crecimiento del Cerebro
El aprendizaje exitoso de un nuevo idioma estimula el crecimiento de las áreas neuronales relacionadas con el lenguaje. Cuanto mejor sea la adquisición del idioma, mayor será el crecimiento cerebral (Mårtensson et al., 2012).
2. Prevención de la Demencia
El bilingüismo retrasa el inicio de la enfermedad de Alzheimer hasta cinco años en personas con riesgo de padecerla, superando incluso los efectos de los fármacos actuales (Craik et al., 2010).
3. Mejora de la Capacidad de Escucha
Ser bilingüe mejora la capacidad de escucha, ya que el cerebro debe procesar información para distinguir diferentes sonidos en dos o más idiomas (Krizman et al., 2012).
4. Sensibilidad a las Diferencias Idiomáticas
Los niños criados en hogares bilingües pueden distinguir entre idiomas que nunca antes han escuchado, lo que demuestra su capacidad para percibir diferencias idiomáticas, por ejemplo, los niños de hogares que hablan español y catalán son capaces de diferenciar naturalmente entre el alemán y el francés. (Werker & Sebastian-Galles, 2011).
5. Mejora de la Memoria
Los bebés criados en ambientes bilingües tienen una memoria de trabajo más robusta, lo que se traduce en un mejor desempeño en tareas como el cálculo mental y la lectura (Morales et al., 2013).
6. Mayor Habilidad en la Multitarea
Aprender un segundo idioma favorece la capacidad de cambiar rápidamente entre tareas, lo que se traduce en una mayor flexibilidad cognitiva (Gold et al., 2013).
7. Aumento de la Atención
Los bilingües tienen un mayor control sobre su atención y pueden limitar mejor las distracciones (Bialystok y Craik, 2010).
8. Duplicación de la Activación Cognitiva
La activación cognitiva se duplica en las personas bilingües, lo que les permite cambiar de un idioma a otro de manera beneficiosa (Francis, 1999).
9. Cambio de la Perspectiva del Mundo
Aprender un nuevo idioma puede cambiar literalmente la forma en que percibimos el mundo, afectando incluso nuestra percepción de los colores (Athanasopoulos et al., 2010).
10. Mejora del Dominio de la Lengua Materna
El aprendizaje de un idioma diferente al nativo mejora la comprensión de las normas y estructuras del lenguaje abstracto, lo que resulta en un mayor dominio del idioma propio y una apreciación enriquecida de la cultura.
En conclusión, aprender un segundo idioma es una experiencia enriquecedora que no solo nos permite comunicarnos en diferentes culturas, sino que también tiene un impacto profundo y positivo en la estructura y el funcionamiento de nuestro cerebro. Estos beneficios se extienden a lo largo de toda la vida, lo que hace que la inversión en aprender un nuevo idioma sea una elección inteligente y gratificante.
Fuentes y recursos de información
Comprobamos el contenido y la veracidad del conocimiento presentado en este artículo a través de nuestro proceso editorial y de verificación de la información, para asegurarnos de que sea preciso y confiable.
- Athanasopoulos, P., Damjanovic, L., Krajciova, A., & Sasaki, M. (2010). Representation of colour concepts in bilingual cognition: The case of Japanese blues. Bilingualism: Language and Cognition, 14(1), 9–17; DOI: 10.1017/s1366728909990046
- Craik, F. I., Bialystok, E., & Freedman, M. (2010). Delaying the onset of alzheimer disease: Bilingualism as a form of Cognitive Reserve. Neurology, 75(19), 1726–1729; DOI: 10.1212/wnl.0b013e3181fc2a1 c
- Francis, W. S. (1999). Analogical transfer of problem solutions within and between languages in Spanish–English bilinguals. Journal of Memory and Language, 40(3), 301–329; DOI: 10.1006/jmla.1998.2610
- Gold, B. T., Kim, C., Johnson, N. F., Kryscio, R. J., & Smith, C. D. (2013a). Lifelong bilingualism maintains neural efficiency for cognitive control in aging. The Journal of Neuroscience, 33(2), 387–396; DOI: 10.1523/jneurosci.3837-12.2013
- Krizman, J., Marian, V., Shook, A., Skoe, E., & Kraus, N. (2012). Subcortical encoding of sound is enhanced in bilinguals and relates to executive function advantages. Proceedings of the National Academy of Sciences, 109(20), 7877–7881; DOI: 10.1073/pnas.1201575109
- Li, P., Legault, J., & Litcofsky, K. A. (2014). Neuroplasticity as a function of Second language learning: Anatomical changes in the human brain. Cortex, 58, 301–324; DOI: 10.1016/j.cortex.2014.05.001
- Morales, J., Calvo, A., & Bialystok, E. (2013). Working memory development in monolingual and bilingual children. Journal of Experimental Child Psychology, 114(2), 187–202; DOI: 10.1016/j.jecp.2012.09.002
- Mårtensson, J., Eriksson, J., Bodammer, N. C., Lindgren, M., Johansson, M., Nyberg, L., & Lövdén, M. (2012). Growth of language-related brain areas after foreign language learning. NeuroImage, 63(1), 240–244; DOI: 10.1016/j.neuroimage.2012.06.043
- Yang, J., Gates, K. M., Molenaar, P., & Li, P. (2015). Neural changes underlying successful Second language word learning: An fmri study. Journal of Neurolinguistics, 33, 29–49; DOI: 10.1016/j.jneuroling.2014.09.004