El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es un trastorno mental que surge tras la exposición a uno o más eventos traumáticos. Se caracteriza por síntomas como evitación, cambios en la cognición y el estado de ánimo, y alteraciones en la excitación y la reactividad.
Una investigación de la Universidad Ben-Gurion del Negev estudió la relación entre estos síntomas en familias del sur de Israel y el papel calmante de la madre. Los resultados, publicados en la revista Stress and Health, revelan una conexión crucial entre la capacidad de regulación de la madre y la reducción de los síntomas de TEPT en sus hijos, especialmente en regiones con altos niveles de estrés.
Los datos clave del estudio indican:
- Los síntomas de TEPT en madres se relacionan con un aumento de los síntomas de TEPT en sus hijos.
- La autorregulación materna puede amortiguar el impacto del TEPT materno en los niños.
- La mediación efectiva ayuda a los niños a interpretar el estrés y desarrollar resiliencia.
La función reguladora materna como un escudo ante el trauma
Estudios previos han identificado la función reguladora materna como un factor clave en la experiencia de traumas infantiles. Esta función consiste en ayudar a los niños a organizar sus pensamientos y acciones. En situaciones cotidianas, como preparar el desayuno o realizar tareas escolares, las madres ayudan a los niños a ver las cosas desde diferentes perspectivas y a actuar en consecuencia.
En situaciones de emergencia, esta habilidad se vuelve crucial, permitiendo a las madres proteger a sus hijos y guiarlos hacia la seguridad. Esto facilita la toma de decisiones más acertadas en realidades cambiantes y potencialmente amenazantes.
El equipo de investigación, liderado por la Profesora Naama Atzaba-Poria, examinó la relación entre los síntomas de TEPT en padres e hijos, y la función reguladora materna. Una función reguladora exitosa se caracteriza por la capacidad de retrasar las reacciones y reorganizar la conducta según la realidad cambiante. Por ejemplo, si un niño se sobresalta por un ruido fuerte y la madre explica la causa, demuestra sensibilidad y comprensión de las necesidades del niño en una situación inesperada. Si, ese mismo día, hay sirenas de alarma, la habilidad de la madre se vuelve aún más vital.
El estudio se realizó con 131 madres y sus primogénitos (de 10 a 45 meses, 52% niños) en el sur de Israel, mientras esperaban su segundo hijo. Estas familias experimentaron diferentes niveles de exposición a amenazas y ataques con misiles, principalmente en ciudades como Beer-Sheva, Sderot y Ashkelon.
Las madres realizaron tareas computarizadas para evaluar sus funciones ejecutivas (como la memoria de trabajo y la inhibición de respuestas), y completaron cuestionarios sobre los síntomas de TEPT en ellas y en sus hijos.
La autorregulación materna como factor protector
Los resultados mostraron que los niños presentaban niveles más altos de síntomas de TEPT cuando sus madres también los experimentaban. Sin embargo, la capacidad de la madre para mediar la situación amenazante redujo significativamente este vínculo, amortiguando la influencia de la salud mental materna (específicamente, los síntomas de TEPT) en la salud mental del niño.
Las madres deben procesar información de forma eficiente y rápida (por ejemplo, comprender la amenaza y evacuar a un lugar seguro), mediar la situación al niño y regular sus propias emociones y las del niño. Por lo tanto, la capacidad de la madre para transmitir información relevante contribuye a su capacidad de responder adecuadamente en momentos críticos y fortalece la resiliencia del niño.
La preocupación por pensamientos y preocupaciones que provocan ansiedad puede intensificarse durante y después de un evento traumático. La capacidad de actualizar al niño y guiarlo puede ayudar no solo a manejar mejor el evento estresante, sino también a aliviar la evitación prolongada de preocupaciones relacionadas con amenazas a la seguridad pasadas y futuras. Además, las madres con alta autorregulación podrían separar mejor su respuesta al estrés de la de sus hijos, proporcionando a estos una sensación de ser vistos y comprendidos, lo que reduce el riesgo de desarrollar TEPT.
Como explicó la Profesora Atzaba-Poria:
"La capacidad de la madre para monitorear eficientemente la información relevante en su entorno y retrasar las reacciones impulsivas contribuye a una respuesta más reflexiva, reconociendo las necesidades de sus hijos y mejorando su sensación de seguridad. En consecuencia, los niños pueden sentirse más protegidos y, por lo tanto, tener un menor riesgo de desarrollar síntomas de TEPT."
Implicaciones Clínicas
Estos hallazgos son útiles para identificar familias que necesitan más apoyo en situaciones de amenaza. El Centro Duet continúa ofreciendo programas para padres en comunidades cercanas a la Franja de Gaza, reconociendo la importancia de la función reflexiva parental y la necesidad de mejorar la capacidad de respuesta parental para afrontar mejor la incertidumbre y las emergencias, previniendo potencialmente el desarrollo de síntomas de TEPT.
El estudio, realizado entre octubre de 2018 y marzo de 2020 (antes de la Operación Escudo Protector), destaca el papel de la autorregulación parental en la prevención del TEPT infantil en contextos de alta tensión.
Fuentes y recursos de información
Levy, M., Et al.. (2024). The association between maternal and child posttraumatic stress symptoms among families living in southern Israel: The buffering role of maternal executive functions. Stress and Health. DOI: 10.1002/smi.3456