Un estudio reciente, publicado en el British Journal of Health Psychology, arroja nueva luz sobre la relación entre la ansiedad climática y la ansiedad generalizada, así como su influencia en los comportamientos relacionados con la salud. Contrariamente a lo que se podría esperar, la investigación demuestra que las fluctuaciones en la ansiedad climática no se corresponden con cambios en la ansiedad generalizada ni en la mayoría de los comportamientos saludables, como la calidad del sueño, la dieta o la actividad física. Este hallazgo destaca la naturaleza distintiva de la ansiedad climática, ofreciendo una comprensión más precisa de cómo las personas experimentan la preocupación por el cambio climático.
Con el aumento de la conciencia sobre el cambio climático, crece también la preocupación por sus impactos psicológicos, particularmente la ansiedad climática, es decir, el miedo y la preocupación que las personas pueden sentir sobre el futuro del medio ambiente. Estudios previos se centraron principalmente en la asociación entre la ansiedad climática y problemas de salud mental, como la ansiedad generalizada. Sin embargo, existía una escasez de investigaciones que examinaran la interacción entre la ansiedad climática y los comportamientos relacionados con la salud, como el sueño, la dieta y la actividad física, aspectos cruciales para el bienestar general.
¿Un vínculo entre la preocupación por el clima y los hábitos de vida poco saludables?
La ansiedad generalizada, un trastorno de salud mental común, se ha relacionado con diversos comportamientos negativos para la salud, como la mala calidad del sueño, la menor actividad física y un mayor consumo de alcohol. Por consiguiente, los investigadores plantearon la hipótesis de que la ansiedad climática podría afectar de manera similar a los comportamientos relacionados con la salud, ya sea directa o indirectamente a través de su asociación con la ansiedad generalizada.
"La ansiedad climática parece ser un motivador de, al menos, algunos tipos de comportamiento sostenible, pero no sabemos mucho sobre sus asociaciones con niveles perjudiciales de ansiedad o problemas de salud física. Este trabajo nos ayuda a responder a estas preguntas", afirma el autor del estudio, Marc Williams, psicólogo clínico y profesor de la Universidad de Cardiff.
Un enfoque longitudinal para observar cambios en el tiempo.
Para recopilar datos durante un año, los investigadores emplearon un diseño longitudinal. Participaron 204 personas del norte de España, todas ellas integrantes de un estudio más amplio sobre salud mental durante la pandemia de COVID-19. Las edades de los participantes oscilaban entre los 44 y los 70 años, con una media de 55 años.
La mayoría de los participantes completaron al menos 20 evaluaciones a lo largo del estudio. Estas evaluaciones se realizaron cada dos semanas a través de una aplicación para teléfonos inteligentes y abarcaron una variedad de temas, incluyendo la ansiedad climática, la ansiedad generalizada y varios comportamientos relacionados con la salud, como la calidad del sueño, la actividad física, el consumo de alcohol, la dieta y el tiempo de pantalla.
La ansiedad climática se midió con una sola pregunta que indagaba sobre cuán ansiosos se sentían los participantes con respecto al cambio climático en una escala de 0 a 10. La ansiedad generalizada se evaluó utilizando la escala de dos ítems del Trastorno de Ansiedad Generalizada (GAD-2), que evaluaba con qué frecuencia los participantes se sentían ansiosos o preocupados durante las dos semanas anteriores. Los comportamientos relacionados con la salud se midieron con preguntas sencillas y validadas. Por ejemplo, la calidad del sueño se calificó en una escala de 0 a 10, y la actividad física se evaluó preguntando a los participantes cuántos días a la semana realizaban al menos 30 minutos de actividad que les aceleraba el ritmo respiratorio.
El estudio utilizó un enfoque de análisis de redes, lo que permitió a los investigadores examinar las variaciones entre personas y dentro de las personas en las relaciones entre la ansiedad climática, la ansiedad generalizada y los comportamientos relacionados con la salud. Al analizar los datos en ambos niveles, los investigadores pudieron observar cómo las fluctuaciones individuales en la ansiedad y los comportamientos relacionados con la salud se relacionaban entre sí a lo largo del tiempo.
La ansiedad climática, una experiencia emocional independiente.
Los resultados no mostraron una relación significativa entre la ansiedad climática y la ansiedad generalizada, lo que sugiere que se trata de experiencias emocionales distintas. Si bien podría parecer intuitivo que las personas más ansiosas por el cambio climático también muestren niveles más altos de ansiedad generalizada, este no fue el caso en la muestra del estudio.
En segundo lugar, la ansiedad climática no pareció tener un impacto significativo en la mayoría de los comportamientos relacionados con la salud. No hubo una asociación consistente entre la ansiedad climática y comportamientos como la actividad física, la calidad del sueño, la dieta o el tiempo de pantalla. Esto sugiere que sentir ansiedad por el cambio climático no necesariamente conduce a cambios en la forma en que las personas se involucran con estos comportamientos.
"La tendencia a experimentar ansiedad en relación con el cambio climático, así como las fluctuaciones individuales en esta experiencia, no se relacionan con una tendencia general a preocuparse, o con una gama de comportamientos relacionados con la salud, como dormir bien y llevar una dieta saludable", explicó Williams.
Sin embargo, el estudio encontró una excepción notable: a nivel intraindividual, las personas reportaron un mayor consumo de alcohol durante los períodos en que también reportaron niveles más altos de ansiedad climática. Esto sugiere que, a veces, las personas pueden usar el alcohol como un mecanismo de afrontamiento en respuesta a preocupaciones relacionadas con el clima, aunque este hallazgo no fue robusto en todos los análisis. Cabe destacar que el vínculo entre la ansiedad climática y el consumo de alcohol fue más fuerte entre los participantes más jóvenes y aquellos con niveles más altos de ansiedad generalizada.
Ansiedad generalizada y salud, una relación ya establecida.
Por otro lado, la ansiedad generalizada sí se asoció con varios comportamientos relacionados con la salud. Los participantes con niveles más altos de ansiedad generalizada informaron una peor calidad del sueño y dietas menos saludables, lo que concuerda con investigaciones anteriores que vinculan la ansiedad con resultados negativos para la salud. También hubo una relación entre la ansiedad generalizada y una menor actividad física, particularmente entre los participantes mayores.
Williams comentó sobre la sorpresa ante la falta de asociación entre la ansiedad climática y la ansiedad generalizada, ya que otros estudios habían encontrado esta relación. Sin embargo, señala que la medida de ansiedad climática utilizada en su estudio se centra específicamente en la ansiedad sobre el cambio climático y no mide si esto interfiere con el funcionamiento de la persona. La medida de ansiedad generalizada, por el contrario, sí evalúa los efectos de la ansiedad en el funcionamiento, particularmente si la persona siente que se preocupa incontrolablemente. Esta diferencia en las medidas utilizadas podría explicar la discrepancia con estudios previos.
El equilibrio entre la preocupación y la acción
El uso de medidas de un solo ítem para la ansiedad climática y los comportamientos relacionados con la salud puede no haber capturado la complejidad completa de estas experiencias. Investigaciones futuras podrían utilizar medidas más exhaustivas para evaluar el impacto más amplio de la ansiedad climática.
Williams explicó que el uso de cuestionarios breves, a veces de un solo ítem, se debió a la necesidad de facilitar la realización de múltiples evaluaciones durante varias semanas, pero esto dificulta la verificación de la confiabilidad y validez de algunas de estas medidas.
Los objetivos a largo plazo de esta línea de investigación son comprender cómo la ansiedad climática se asocia con una gama de comportamientos beneficiosos tanto para las personas como para el planeta, y cómo se puede movilizar la ansiedad climática para fomentar estos comportamientos sin causar daño.
Fuentes y recursos de información
Williams, M. O., _et al. (2024). Climate anxiety and its association with health behaviours and generalized anxiety: An intensive longitudinal study. British Journal of Health Psychology. DOI: 10.1111/bjhp.12746