Son muchos los padres que comprenden la importancia de unos hábitos alimenticios saludables y de mantenerse activos para preservar la salud física de sus hijos.
Ahora que aumentan las tasas de problemas de salud mental en los niños, cada vez más padres se dan cuenta del valor de apoyar y cuidar la salud mental de sus hijos como parte de su salud y bienestar general.
La buena salud mental consiste en crear, fomentar y utilizar hábitos saludables cotidianos, como compartir y reconocer los sentimientos, corregir los pensamientos poco saludables y poco útiles, mostrar empatía y desarrollar resiliencia.
La mente de los niños es como una esponja, y es fundamental que los padres les ayuden a desarrollar una mente fuerte y saludable desde temprana edad. Esto les permitirá enfrentar las adversidades y los desafíos de la vida de manera efectiva, y les ayudará a alcanzar su pleno potencial.
En este artículo, exploraremos 10 maneras en que los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar una mente fuerte y saludable.
¿Qué es la salud mental?
La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta a nuestra forma de pensar, sentir y actuar. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones, es importante en todas las etapas de la vida, desde la infancia y la adolescencia hasta la edad adulta.
A lo largo de la vida, los problemas de salud mental pueden afectar al pensamiento, el estado de ánimo y el comportamiento. Muchos factores contribuyen a los problemas de salud mental, entre ellos:
- Factores biológicos, como los genes o la química cerebral.
- Experiencias vitales, como traumas o abusos
- Antecedentes familiares de problemas de salud mental
Los problemas de salud mental son frecuentes, sin embargo siempre se puede solicitar ayuda, quienes sufren de dificultades de salud mental pueden con el tiempo y la intervención adecuada recuperarse por completo.
¿Cuántos niños padecen un trastorno mental?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente uno de cada cuatro niños en el mundo padece un trastorno mental o del desarrollo. Los trastornos más comunes entre los niños son:
- Ansiedad
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
- Trastornos del comportamiento tales como el trastorno negativista desafiante o el trastorno de conducta
- Depresión
¿Cómo los padres pueden contribuir con la salud mental de los niños?
Los padres desempeñan un papel importante a la hora de apoyar y fomentar los buenos hábitos de salud mental de sus hijos.
Y aunque los trastornos mentales pueden ser hereditarios (entiéndase tanto factores ambientales y genéticos), de modo que, si usted padece ansiedad, su hijo puede tener más probabilidades de sufrir también este trastorno. Sin embargo, no siempre tiene que ser así.
Los padres pueden ayudar a mejorar la salud mental de sus hijos de diversas formas. Algunas de ellas incluyen:
1. Fomenten lazos afectivos fuertes:
Los niños necesitan contar con relaciones afectivas fuertes tanto con la familia como con sus amigos. Pasar tiempo juntos y establecer una conexión emocional es fundamental para su bienestar, además necesitan contar con alguien constantemente, padre o madre u algún otro miembro de la familia, que esté presente en sus vidas y les guíe en el desarrollo de habilidades de afrontamiento saludables para enfrentar las adversidades y resolver problemas.
Una buena relación con los padres es uno de los factores de protección más fuertes contra los trastornos mentales. Busque oportunidades cotidianas para dirigir con empatía y fomentar la cercanía. Esto puede ayudar a crear una relación sana, que facilite que su hijo acuda a usted cuando se enfrente a un problema.
2. Estar atentos e involucrados
Los padres pueden contribuir a la salud mental de sus hijos prestando atención a sus señales verbales y no verbales. Esto los ayuda a identificar cuándo necesitan apoyo o a alguien con quien hablar.
Estar en sintonía o involucrados significa estar alerta a sus necesidades físicas y emocionales no verbales y responder con empatía. De esta forma, los niños desarrollarán una base segura desde la cual puedan mejorar su salud mental.
Los niños perciben si sus padres se interesan por ellos y si los aprueban o no. Proporciónales una base segura desde la cual puedan expresar sus sentimientos con confianza, incluso antes de que puedan identificarlos y articularlos verbalmente.
Los niños aprenden mejor cuando se sienten seguros, así que enséñales a identificar sus sentimientos de forma precisa y a expresarlos con confianza.
3. Escúchalos y respeta sus sentimientos:
La tristeza o el enojo son sentimientos comunes que cualquiera puede experimentar, no hay nada de raro o malo en ellos. Alienta a tus hijos a hablar sobre sus emociones sin juzgarlos.
Hazles preguntas sin invadir su privacidad y deja que la comunicación fluya. Puedes aprovechar momentos como las comidas en familia o cuando estén juntos para abordar el tema. Si tienes dificultades para hablar con tu hijo o hija, ayúdales a encontrar a alguien de confianza con quien puedan hablar abiertamente.
4. Proporcióneles un ambiente seguro y estable en el hogar.
El ambiente en el que crecen los niños impacta su desarrollo, por eso es importante un ambiente adecuado a sus necesidades.
Establecer una rutina diaria clara y consistente les ayuda a saber qué esperar y a sentirse seguros, además, los límites claros y consistentes les proporciona a los niños un sentido de seguridad y les ayuda a comprender qué es se espera de ellos.
Este pendiente del uso de la televisión y dispositivos digitales que realizan sus hijos tenga cuidado con los contenidos inadecuados para ellos.
Tenga cuidado al hablar delante de ellos de asuntos familiares delicados - como problemas financieros, maritales o enfermedades - ya que puede hacer que ellos se preocupen injustificadamente.
Dediquen tiempo al deporte, el juego, actividades al aire libre y familiares, recuerde que como padre usted es un modelo para seguir, cuide de usted mismo también, hable sobre sus sentimientos y de aquello que le gusta hacer.
Dedíquese también a lo que le gusta positivamente, ellos como niños o adolescentes creen más en lo que usted hace que en lo que dice, sea congruente.
5. Proporcióneles estructura
Es más fácil enfrentar los fracasos y las dificultades de la vida cuando sabemos que existen límites y rutinas. Esto incluye límites de tiempo para acostarse, límites de uso de dispositivos electrónicos, normas para el recreo y expectativas sobre cómo nos comportamos con los demás y con nosotros mismos. Está bien permitirse cierta flexibilidad, pero establecer límites y proporcionar estructura comunica a tu hijo que le quieres y que te preocupas por su bienestar.
6. Ayúdeles a desarrollar habilidades para la vida
Fomentar la confianza y la autoestima, demuéstrales su amor y aceptación, resalte sus cualidades y talentos, alabe cuando se comporten bien, reconozca sus esfuerzos, así como sus logros por muy pequeños que sean. Interese por ellos, hágales preguntas sobre sus actividades e intereses, ayúdales a que se tracen metas realistas.
Promueva su resiliencia, esto puede incluir ayudarles a enfrentar los desafíos y a aprender de las experiencias difíciles.
Enseñarles habilidades de afrontamiento saludables, tales cómo manejar el estrés y las emociones negativas de forma efectiva.
Impulse estilos de vida saludable, lo que incluye una alimentación saludable y suficiente actividad física.
7. Permíteles experimentar emociones negativas
Permitir que tu hijo experimente emociones como la angustia o el fracaso, es natural que los padres quieran intervenir y evitar que sus hijos sufran o fracasen. Sin embargo, esas experiencias difíciles son fundamentales para la salud mental del niño. Los fracasos crean resiliencia y fomentan el crecimiento, la comprensión e incluso la empatía.
Mientras tu hijo esté a salvo, considera la posibilidad de mantenerte al margen y estar preparado para apoyarlo y animarlo cuando más lo necesite, en lugar de tratar de solucionar un problema antes de que se produzca.
8. Ayúdelos a resolver problemas en situaciones difíciles
Enséñeles a afrontar sus sentimientos negativos, a relajarse cuando se sienten molestos, muéstreles estrategias para hacerlo como, por ejemplo, respirar profundo, realizar alguna actividad que los tranquilice, como estar a solas, o salir a caminar.
Discutan sobre las alternativas diferentes a reaccionar violentamente, busquen ideas y posibles soluciones para mejorar la situación y la forma de llevarlo a cabo, no se rinda no olvide que su salud mental es lo más importante.
9. Fomentar las conexiones sociales
La salud social también es una parte fundamental de nuestra salud mental. Estamos conectados, establecer relaciones nos permite aprender a ser mejores personas y adquirir habilidades sociales fundamentales, como comprender la comunicación no verbal.
Por cada hora de conexiones en línea, los niños pueden requieren de 30 minutos de conexiones reales “cara a cara”. Eso significa equilibrar las actividades online como los videojuegos con actividades al aire libre o con otros niños, lo cual incluye jugar con amigos en el vecindario u algún entorno protegido.
10. Busque ayuda profesional si es necesario.
Es importante solicitar ayuda de un psicólogo(a) cuando su hijo esté experimentando dificultades que no puedan ser resueltas por usted, tales signos de sufrimiento emocional o comportamientos inusuales que afecten su bienestar.
Algunos de estas situaciones en las que debería considerar buscar ayuda profesional para su hijo son:
- Tiene dificultades para relacionarse con otros niños o adultos.
- Experimenta ansiedad o depresión.
- Cambios bruscos en su comportamiento, como agresividad, aislamiento o cambios en el apetito o el sueño.
- Dificultades en la escuela, como bajo rendimiento académico o problemas para seguir las reglas o las expectativas.
- ha sufrido un trauma o un evento estresante, como un divorcio de sus padres, la pérdida de un ser querido o un cambio significativo en su entorno.
Si te preocupan las dificultades que está experimentando tu hijo, lo más importante es hablar con un profesional calificado, como un psicólogo, para obtener ayuda y orientación. Un psicólogo puede ayudar a tu hijo a enfrentar sus dificultades y mejorar su salud mental y el bienestar.