La salud mental es un aspecto fundamental de nuestro bienestar general, y aunque a menudo se asocia con factores como el estrés, la genética y el entorno, la importancia de los nutrientes en la salud mental a menudo se subestima.
Si bien es cierto que los nutrientes son necesarios para satisfacer nuestras necesidades calóricas, su papel en la salud mental es igualmente crucial. De hecho, hay una creciente evidencia que sugiere que ciertos nutrientes pueden ser esenciales para mantener una buena salud neurológica y prevenir trastornos como la depresión y la ansiedad.
La mayoría de las personas no logra una adecuada ingesta de los nutrientes esenciales recomendados para el cerebro, son los resultados obtenidos por un estudio al respecto, publicados en la revista The Lancet Psychiatry, médicos, nutricionistas, psicólogos, psiquiatras y otros profesionales cuestionan la falta de atención en la nutrición en la salud mental. (Sarris et al., 2015).
Relación entre Nutrientes y Salud Cerebral
Los estudios al respecto han mostrado una clara relación entre los siguientes nueve nutrientes principales (entre otros) y la salud del cerebro, estos son:
- Omega-3: Contribuye al desarrollo y funcionamiento del cerebro, mejora la comunicación entre las células nerviosas y se relaciona con la regulación del estado de ánimo.
- Vitaminas del Grupo B (especialmente ácido fólico y vitamina B12): Estas vitaminas están vinculadas a la producción de neurotransmisores clave para el equilibrio emocional y la salud cognitiva.
- Colina: Participa en la formación de la membrana celular y en la producción de acetilcolina, un neurotransmisor crucial para la memoria y el aprendizaje.
- Hierro: Es esencial para el transporte de oxígeno en la sangre y su deficiencia puede llevar a la fatiga, afectando negativamente el rendimiento cognitivo.
- Zinc: Contribuye al funcionamiento de más de 300 enzimas y está asociado con la regulación del estado de ánimo y la salud mental.
- Magnesio: Participa en la transmisión nerviosa y en la regulación del estrés, la ansiedad y el sueño.
- S-Adenosil metionina (SAM): Se ha relacionado con la producción de neurotransmisores y puede desempeñar un papel en el alivio de la depresión.
- Vitamina D: Además de su papel en la salud ósea, se ha vinculado a la regulación del estado de ánimo y a la reducción del riesgo de trastornos del estado de ánimo.
- Aminoácidos: Son los componentes básicos de las proteínas y algunos, como la serotonina derivada del triptófano, pueden influir en el estado de ánimo y la salud mental.
El Dr. Jerome Saris, investigador principal, subraya: "Si bien los factores determinantes de la salud mental son complejos, la evidencia emergente y convincente señala a la nutrición como un elemento clave en la alta prevalencia e incidencia de trastornos mentales. La alimentación juega un papel tan crucial en psiquiatría como lo hace en cardiología, endocrinología y gastroenterología".
Fuentes de Nutrientes para el Cerebro
Una dieta basada en alimentos integrales se posiciona como la mejor manera de obtener estos nutrientes vitales. El aumento en el consumo de vegetales, frutas, mariscos, granos enteros, carnes magras, frutos secos y legumbres dentro de una dieta tradicional proporciona los nutrientes necesarios para combatir los trastornos mentales. Por el contrario, se debe evitar el consumo de alimentos procesados, ya que estos carecen de estos elementos esenciales.
Aunque los suplementos nutricionales pueden ser beneficiosos, se recomienda priorizar los nutrientes de origen natural siempre que sea posible. En casos específicos, la incorporación de suplementos nutricionales formulados puede ser justificada.
La alimentación materna y la nutrición temprana también se constituyen en un factor de salud mental en los niños, mientras que las graves deficiencias de algunos nutrientes esenciales durante largos periodos críticos de desarrollo se han vinculado al desarrollo tanto de trastornos depresivos como psicóticos.
Así que a la hora de considerar el tratamiento de un paciente es bueno además de los factores que tradicionalmente se tienen en cuenta, incluir recomendaciones para una dieta que incluya los nutrientes necesarios como parte del manejo para una buena salud mental.
Conclusión
La dieta y la nutrición son factores cruciales en la alta prevalencia e incidencia de los trastornos mentales, y que la medicina nutricional debería incluirse como elemento fundamental de la práctica en Salud Mental.
Las intervenciones dietéticas pueden utilizarse para prevenir la incidencia de trastornos mentales y mejorar la calidad de vida, ciertos nutrientes pueden utilizarse como monoterapias o terapias combinadas para tratar algunos trastornos mentales.
Fuentes y recursos de información
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Sarris, J., Logan, A. C., Akbaraly, T. N., Amminger, G. P., Balanzá-Martínez, V., Freeman, M. P., y otros. (2015). Nutritional medicine as mainstream in psychiatry. The Lancet Psychiatry. DOI: 10.1016/S2215-0366(14)00051-0