El vínculo del TDAH, los problemas de conducta y las dificultades de regulación emocional temprana

Dificultades en la regulación emocional temprana en los niños puede influir en un mayor riesgo de problemas conductuales, TDAH y ansiedad.

El vínculo del TDAH, los problemas de conducta y las dificultades de regulación emocional temprana
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Un estudio reciente, publicado en Development and Psychopathology, revela una preocupante relación entre las dificultades en la regulación emocional durante la etapa preescolar y el desarrollo posterior de síntomas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), problemas de conducta y ansiedad a los siete años.

Los niños que presentan problemas para gestionar sus emociones y su comportamiento en la etapa preescolar tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas de TDAH y otros problemas de salud mental a los siete años. Este hallazgo subraya la importancia del desarrollo emocional temprano como factor fundamental en la prevención de futuros desafíos de salud mental. El estudio sugiere la necesidad de intervenciones tempranas dirigidas a los niños en riesgo.

¿Qué es la regulación emocional y por qué es tan importante?

La regulación emocional se refiere a la capacidad de una persona para gestionar y controlar sus respuestas emocionales a diversas situaciones, de manera que se ajusten a las normas sociales y a sus objetivos personales. Esta habilidad se desarrolla significativamente durante la primera infancia, a medida que los niños aprenden a equilibrar sentimientos intensos como la frustración, la excitación o la tristeza. Una regulación emocional efectiva permite a los niños responder adecuadamente a los desafíos, participar en interacciones sociales positivas y recuperarse de los contratiempos.

Por el contrario, la disregulación emocional puede provocar reacciones emocionales excesivas, dificultades para calmarse o comportamientos impulsivos que alteran la vida diaria. Los niños con disregulación emocional persistente pueden tener dificultades en entornos sociales, académicos y familiares, lo que convierte a este aspecto en un área de enfoque importante para comprender los desafíos del desarrollo y la salud mental.

La disregulación emocional como un factor de riesgo

Los investigadores se propusieron comprender cómo los patrones tempranos de disregulación emocional se relacionan con los resultados de salud mental, particularmente el TDAH, los problemas de internalización y los problemas de conducta. Estas condiciones a menudo se diagnostican más tarde en la infancia, lo que dificulta la intervención temprana. Según Francisco Antonio Calderón Alfaro, autor principal del estudio y estudiante de doctorado en la Universidad de Oxford:

Mi interés en este tema surge del deseo de comprender cómo las diferencias durante la infancia pueden llevar a resultados variables con repercusiones de por vida. Creo que existe una idea preconcebida de que, como personas, todos somos bastante similares. Debido a esto, a menudo pasamos por alto las implicaciones que estas diferencias sutiles pueden tener a largo plazo”.

TDAH, problemas de internalización y problemas de conducta

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por patrones persistentes de desatención, hiperactividad e impulsividad que interfieren con el funcionamiento diario. Los problemas de internalización se caracterizan por comportamientos y emociones dirigidas hacia adentro, como tristeza excesiva, ansiedad o retraimiento.

Por otro lado, los problemas de conducta implican comportamientos dirigidos hacia afuera, incluyendo agresión, desafío, mentiras e incumplimiento de normas. Tanto los problemas de internalización como los de conducta pueden coexistir con el TDAH y otros problemas de salud mental, lo que complica aún más el diagnóstico y el tratamiento.

Los investigadores utilizaron datos del Millennium Cohort Study, un conjunto de datos longitudinales a gran escala que realiza un seguimiento del desarrollo de niños en el Reino Unido. Su muestra incluyó a más de 14.000 niños, con evaluación de la regulación emocional a las edades de tres, cinco y siete años.

Los padres completaron cuestionarios, como el Strengths and Difficulties Questionnaire, para medir la disregulación emocional de los niños, los problemas de conducta y los síntomas asociados con el TDAH. La regulación emocional se evaluó a través de observaciones parentales de comportamientos como cambios de humor, impulsividad y la capacidad de recuperarse de sentimientos de malestar.

Se rastreó cómo estos patrones emocionales evolucionaron con el tiempo, centrándose en si los niños mostraban una mejora constante, un desarrollo tardío o dificultades persistentes. A los siete años, se evaluó si estas tendencias emocionales tempranas se correlacionaban con síntomas de TDAH, problemas de conducta o comportamientos de internalización como ansiedad y tristeza.

La disregulación emocional como predictor de problemas futuros

Los resultados mostraron que los niños que tenían más dificultades con la regulación emocional durante los años preescolares tendían a presentar más síntomas de TDAH a los siete años. Estos niños también tenían más probabilidades de mostrar problemas de conducta y comportamientos de internalización.

Estas asociaciones se mantuvieron incluso después de tener en cuenta los síntomas de salud mental previos, lo que sugiere que el desarrollo de la regulación emocional es un predictor independiente de estos resultados. Además, la velocidad a la que los niños mejoraban sus habilidades de regulación emocional también era importante.

Los niños que mostraban un progreso más lento en el desarrollo de la regulación emocional tenían un mayor riesgo de resultados adversos de salud mental. Si bien la mayoría de los niños mostraron una mejora general en la regulación emocional entre las edades de tres y siete años, aquellos con niveles consistentemente altos de disregulación emocional enfrentaron los riesgos más altos. Calderón Alfaro afirmó:

Los niños aprenden a gestionar sus emociones de diferentes maneras. Identificar estas diferencias puede ayudar a orientar las intervenciones tempranas y promover el desarrollo saludable de los niños”.

Se observaron también diferencias de género. Aunque tanto niños como niñas experimentaron riesgos similares, los niños generalmente exhibieron niveles más altos de disregulación emocional y tenían más probabilidades de mostrar problemas de conducta, mientras que las niñas eran más propensas a presentar síntomas de internalización. Sin embargo, es importante destacar las limitaciones del estudio.

Como señala Calderón Alfaro:

"para simplificarlo, solo tenemos tres puntos de tiempo en nuestros datos. Esto no es equivalente a rastrear un latido del corazón en tiempo real. Como resultado, los matices de cómo estos cambios evolucionan con el tiempo siguen sin estar claros".

La naturaleza observacional del estudio también impide sacar conclusiones definitivas sobre la causalidad. Si bien la disregulación emocional parece ser un marcador de riesgos posteriores para la salud mental, no está claro si causa directamente estos resultados o simplemente está asociada con otros factores subyacentes.

Los estudios experimentales o los ensayos de intervención podrían arrojar luz sobre si la mejora de las habilidades de regulación emocional puede reducir la probabilidad de problemas de salud mental.

La necesidad de intervenciones específicas

En Conclusión, este estudio destaca la importancia de apoyar el desarrollo emocional durante los años preescolares. Se necesita más investigación para comprender mejor las diferencias en el desarrollo y diseñar intervenciones más específicas, que ayuden a apoyar a aquellos que pueden beneficiarse menos de los programas o prácticas existentes.

El estudio resalta la necesidad de intervenciones tempranas y personalizadas para abordar la disregulación emocional y prevenir problemas de salud mental a largo plazo.

Fuentes y recursos de información

Murray, A. L., Russell, A., & Antonio, F. (2024). Early emotion regulation developmental trajectories and ADHD, internalizing, and conduct problems symptoms in childhood. Development and Psychopathology, 1–8. 10.1017/s0954579424001263