Para muchos, las redes sociales son una herramienta de comunicación y autoexpresión. Sin embargo, para aquellos vulnerables a trastornos psiquiátricos, pueden convertirse en algo mucho más insidioso. Un nuevo análisis, publicado en BMC Psychiatry, sugiere que las redes sociales pueden actuar como un incubador para el pensamiento delirante, reforzando autopercepciones distorsionadas y fomentando una cognición mentalista excesiva.
El análisis introduce un nuevo modelo conceptual: “Amplificación de Delirios por Redes Sociales”, que plantea que la naturaleza incorpórea de las interacciones en línea podría contribuir a una sensación inestable del yo y estimular una cognición mentalista desmedida.
Interacciones digitales y salud mental
Con las redes sociales profundamente arraigadas en la vida moderna, los investigadores se han dedicado a comprender cómo las interacciones digitales impactan la salud mental. A diferencia de la comunicación tradicional cara a cara, las redes sociales permiten a los individuos participar en interacciones sociales donde las señales físicas, espaciales y temporales están desvinculadas. Esta separación de las experiencias encarnadas ha generado interrogantes sobre cómo el cerebro procesa las interacciones virtuales y si estas vivencias podrían exacerbar ciertos síntomas psiquiátricos.
Investigaciones anteriores han relacionado el uso de las redes sociales con la ansiedad y la depresión, pero pocos estudios han examinado sus efectos en trastornos que involucran rasgos psicóticos y una autopercepción distorsionada. Investigadores de la Universidad Simon Fraser exploraron si los usuarios intensivos de redes sociales – particularmente aquellos con afecciones psiquiátricas – podrían estar utilizando estas plataformas para construir y mantener una autoimagen delirante.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que la presentación selectiva de la identidad en línea, combinada con mecanismos de validación social como los “me gusta” y los “seguidores”, podría contribuir a una percepción distorsionada de la realidad en individuos vulnerables.
La conexión entre redes sociales y trastornos psiquiátricos
Para examinar la relación entre el uso de las redes sociales y los trastornos psiquiátricos, los investigadores llevaron a cabo una revisión sistemática de todos los estudios disponibles sobre el tema. Analizaron datos de 2,623 artículos académicos publicados entre 2004 y 2022. De estos, 155 estudios cumplieron con los criterios de inclusión. La revisión se centró en trastornos psiquiátricos relacionados con la cognición social, como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la dismorfia corporal, los trastornos alimentarios, el trastorno de personalidad narcisista, el trastorno límite de la personalidad y la erotomanía.
Los investigadores identificaron estudios que examinaban cómo los individuos con estos trastornos utilizan las redes sociales, incluyendo la frecuencia de uso, los tipos de participación (p. ej., publicar, acechar, comentar) y los efectos en sus síntomas. También revisaron informes de casos de individuos cuyos síntomas psicóticos fueron desencadenados o empeorados por interacciones en redes sociales.
Trastornos específicos y el uso problemático de las redes sociales
El análisis de Nancy Yang y Bernard Crespi reveló que el uso de las redes sociales es desproporcionadamente alto entre individuos con trastornos psiquiátricos que implican pensamiento delirante. Las asociaciones más fuertes se encontraron en individuos con narcisismo, dismorfia corporal y trastornos alimentarios, quienes tienden a depender de las redes sociales para construir y validar su autoimagen. Estos individuos a menudo se involucran en comportamientos tales como tomarse selfies en exceso, compararse obsesivamente con otros y monitorear compulsivamente la retroalimentación de audiencias en línea.
Por ejemplo, se descubrió que los individuos con trastorno de personalidad narcisista eran más propensos a publicar contenido autopromocional, buscar admiración a través de likes y seguidores, y a crear una versión idealizada de sí mismos en línea. De manera similar, aquellos con dismorfia corporal y trastornos alimentarios utilizaban las redes sociales como una herramienta de autovigilancia, a menudo involucrándose en comparaciones relacionadas con la apariencia que refuerzan su imagen corporal distorsionada.
Esquizofrenia, bipolaridad y erotomanía
Los trastornos del espectro psicótico, incluyendo la esquizofrenia y el trastorno bipolar, también se relacionaron con el uso problemático de las redes sociales. Se encontró que los individuos con esquizofrenia corrían el riesgo de desarrollar delirios relacionados con el mundo online, como la paranoia acerca de ser observados o controlados a través de algoritmos de redes sociales. Algunos informes de casos describieron pacientes que creían que sus pensamientos estaban siendo transmitidos en línea o que estaban siendo acechados a través de plataformas digitales.
La erotomanía, un trastorno caracterizado por creencias delirantes acerca de ser amado por alguien (a menudo una celebridad o figura pública), se encontró que era facilitada por las redes sociales. La capacidad de seguir, interactuar o enviar mensajes a individuos de alto estatus en línea puede crear la ilusión de una relación personal, conduciendo a comportamientos obsesivos e interpretaciones erróneas de las señales sociales.
El modelo de amplificación de delirios por redes sociales
Yang y Crespi proponen un modelo llamado “Amplificación de Delirios por Redes Sociales”, que explica cómo los entornos de redes sociales fomentan autopercepciones distorsionadas. Según este modelo, los individuos con una sensación inestable de sí mismos pueden recurrir a las redes sociales para crear una identidad más coherente o idealizada. Sin embargo, debido a que las interacciones en redes sociales carecen de arraigo en el mundo real y de rendición de cuentas, estas autopercepciones pueden volverse cada vez más desconectadas de la realidad. El mundo virtual permite a los usuarios mantener sus delirios sin contradicciones en la vida real, reforzando creencias distorsionadas a lo largo del tiempo.
Curiosamente, el estudio también encontró que los individuos con trastorno del espectro autista, quienes típicamente tienen una cognición social reducida, eran menos propensos a interactuar con las redes sociales en comparación con individuos neurotípicos. Aquellos que sí utilizaban las redes sociales tendían a preferir plataformas con menor interactividad social, como YouTube, donde podían participar en actividades solitarias en lugar de intercambios sociales directos.
“Las redes sociales están creando condiciones donde los delirios pueden ser generados y sostenidos más fácilmente debido a la presencia de plataformas y aplicaciones que atienden a las causas del trastorno, además de la ausencia de una verificación efectiva de la realidad”, afirma Bernard Crespi, profesor de ciencias biológicas y Catedrático de Investigación de Canadá en Genética Evolutiva y Psicología. “Esta investigación tiene importantes implicaciones para las causas y los síntomas de las enfermedades mentales, y cómo pueden ser exacerbados por las plataformas sociales en línea.”
Si bien la investigación de Yang y Crespi proporciona evidencia sólida de que las redes sociales pueden amplificar el pensamiento delirante en ciertos trastornos psiquiátricos, los investigadores reconocieron varias limitaciones. Principalmente, los estudios incluidos en la revisión fueron observacionales, lo que significa que no pudieron establecer un vínculo causal directo entre el uso de las redes sociales y los síntomas de salud mental. No está claro si los individuos con trastornos psiquiátricos se sienten atraídos por las redes sociales debido a sus síntomas o si el uso de las redes sociales empeora activamente sus condiciones.
Otra limitación es que diferentes plataformas de redes sociales funcionan de maneras únicas, y no todas pueden contribuir por igual a los síntomas psiquiátricos. Las investigaciones futuras deberían investigar cómo plataformas específicas – como Instagram (que es rica en imágenes) versus Twitter (que se basa en texto) – impactan de manera diferente los resultados de salud mental.
Además, se necesitan más estudios longitudinales para determinar si el uso prolongado de las redes sociales conduce a un empeoramiento de los síntomas psiquiátricos con el tiempo. Los experimentos controlados también podrían ayudar a los investigadores a comprender si la reducción del uso de las redes sociales puede mitigar los delirios y mejorar la autopercepción en individuos con afecciones psiquiátricas.
Fuentes y recursos de información
Yang, N., & Crespi, B. (2025). I tweet, therefore I am: a systematic review on social media use and disorders of the social brain. BMC Psychiatry, 25(1). DOI: 10.1186/s12888-025-06528-6