El complejo rompecabezas de la infidelidad moderna

La infidelidad emocional y tecnológica son igualmente dañinas, aunque menos estudiadas.

Por: Redacción

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Un nuevo estudio publicado en Personal Relationships ha revisado más de 300 investigaciones sobre la infidelidad, descubriendo que alrededor del 25% de los hombres y el 14% de las mujeres admiten infidelidad sexual. Sin embargo, las traiciones emocionales y electrónicas también son sorprendentemente prevalentes.

La infidelidad romántica es un problema común y complejo que afecta a las relaciones en todo el mundo. Este meta-análisis, basado en datos de más de 300 estudios, explora la verdadera prevalencia de la infidelidad, revelando su multifacética naturaleza: desde la traición sexual hasta las conexiones emocionales y electrónicas.

Los hallazgos arrojan luz sobre las importantes diferencias de género en los patrones de infidelidad y destacan la falta de definiciones y mediciones consistentes en las investigaciones existentes.

La Investigación sobre la Infidelidad

La infidelidad es un fenómeno generalizado que afecta a las relaciones románticas en diferentes culturas y contextos sociales. A menudo conduce a rupturas y puede tener un profundo impacto en la salud mental y física de los involucrados. No obstante, la investigación sobre infidelidad es fragmentada, con muchos estudios ofreciendo estimaciones de prevalencia contradictorias.

Según el autor del estudio, Benjamin Warach, profesor asistente clínico de psiquiatría y salud conductual en Stony Brook Medicine, "las estimaciones de prevalencia de la infidelidad romántica a menudo varían significativamente entre los estudios. Queríamos evaluar cuánto se deben estas diferencias a las variaciones en la operativización de 'infidelidad' por parte de los investigadores, así como a las técnicas de recolección de datos y los métodos de muestreo que emplean."

Los investigadores realizaron una revisión sistemática y un meta-análisis, recopilando y analizando una gran cantidad de investigaciones existentes sobre la infidelidad para buscar tendencias y patrones generales. Se buscaron estudios relevantes en bases de datos como PsycINFO, PubMed y Web of Science, utilizando términos relacionados con la infidelidad, como "extramatrimonial", "infidelidad" y "aventura".

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De los miles de artículos identificados, 305 cumplieron con los criterios de inclusión del estudio: revisión por pares, participación de humanos y datos claros sobre las tasas de infidelidad. El conjunto de datos final incluyó a 508,241 participantes de 47 países, convirtiéndose en una de las revisiones más completas sobre la investigación de la infidelidad hasta la fecha.

Los tres rostros de la infidelidad: Sexual, Emocional y Electrónica

Los investigadores categorizaron los diferentes tipos de infidelidad en tres formas principales: sexual, emocional y electrónica. La infidelidad sexual se definió como cualquier forma de actividad sexual fuera de la relación principal.

La infidelidad emocional implicó la formación de vínculos emocionales profundos con alguien fuera de la relación, mientras que la infidelidad electrónica se refirió a participar en comportamientos íntimos en línea, como el envío de mensajes de texto sexualmente explícitos o el mantenimiento de relaciones online.

El análisis consideró cómo se midieron estas formas de infidelidad en los estudios (cuestionarios anónimos, entrevistas u otros métodos), así como factores demográficos como género, edad, estado de la relación y nacionalidad.

Más Allá de la Infidelidad Sexual

El meta-análisis reveló diferencias significativas en la prevalencia de los diferentes tipos de infidelidad. La infidelidad sexual sigue siendo la forma más estudiada (más del 58% de los estudios), con alrededor del 25% de los hombres y el 14% de las mujeres admitiendo infidelidad sexual.

Sin embargo, la infidelidad emocional y electrónica, aunque menos estudiadas, resultaron ser también prevalentes. Alrededor del 35% de los hombres y el 30% de las mujeres informaron ser emocionalmente infieles, formando conexiones emocionales íntimas fuera de sus relaciones románticas.

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La infidelidad electrónica, que incluye comportamientos como el coqueteo en línea o las conversaciones sexuales por internet, fue reportada por el 23% de los hombres y el 14% de las mujeres.

Un hallazgo clave es la subestimación de las formas no sexuales de infidelidad, como la emocional y la electrónica, en la literatura. A pesar de su potencial para dañar las relaciones, la mayoría de los estudios se centran en la infidelidad sexual.

La infidelidad emocional representó solo el 9.5% de los estudios, mientras que la infidelidad electrónica solo el 5.6%. Los investigadores argumentan que la infidelidad emocional y electrónica puede ser igual o incluso más dañina, dependiendo de la dinámica relacional.

La proliferación de la comunicación digital ha creado nuevas oportunidades para la infidelidad, y la investigación no ha seguido el ritmo de estos cambios tecnológicos.

El Impacto de la Metodología

El estudio también evidenció que muchas investigaciones utilizan definiciones vagas o inconsistentes de infidelidad, lo que podría sesgar los resultados. Aproximadamente el 30% de los estudios utilizaban términos poco claros ("engañó" o "fue infiel") para definir la infidelidad, lo cual constituye un problema significativo.

Curiosamente, los métodos utilizados para recopilar datos sobre la infidelidad parecieron tener un impacto en los resultados. Cuando los datos se recopilaron de forma anónima, los participantes tuvieron más probabilidades de reportar infidelidad sexual en comparación con métodos no anónimos (entrevistas personales o telefónicas).

Esto sugiere que las personas se sienten más cómodas revelando comportamientos delicados cuando su identidad está protegida. Esta discrepancia fue especialmente clara con la infidelidad sexual, pero no se observó con la infidelidad emocional, que podría estar menos estigmatizada.

Además, se observó que el muestreo por conveniencia (seleccionar participantes según disponibilidad) resultó en tasas más altas de infidelidad reportada en comparación con los estudios que utilizaron métodos de muestreo aleatorio más representativos. Esto probablemente se deba a que los participantes en muestras por conveniencia tienden a autoseleccionarse, a menudo presentando actitudes más liberales hacia las relaciones o mayor experiencia sexual.

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Hacia una Definición Común

Los investigadores sugieren que la investigación sobre la infidelidad debe desarrollar definiciones más claras y consistentes de lo que constituye la infidelidad. Sin un entendimiento compartido, comparar resultados entre estudios sigue siendo un desafío, limitando la aplicabilidad de los hallazgos a los problemas relacionales del mundo real.

Como concluye Warach, "nuestro estudio muestra que las definiciones y los métodos de medición inconsistentes contribuyen a la confusión sobre la prevalencia de la infidelidad romántica en la literatura de investigación. Para la persona promedio, esto subraya la importancia de la comunicación clara en las relaciones románticas sobre los límites y las expectativas de exclusividad: lo que una persona considera 'infidelidad' puede diferir de la comprensión de su pareja."

Fuentes y recursos de información

Warach, B., Bornstein, R. F., Gorman, B. S., & Moyer, A. (2024). The current state of affairs in infidelity research: A systematic review and meta‐analysis of romantic infidelity prevalence and its moderators. Personal Relationships. DOI: 10.1111/pere.12571

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