Los encuentros individuales con abordajes de temáticas especificas referidas a aspectos socio jurídicos que incluyen: la historia de vida personal, el devenir subjetivo vital, los ideales de pareja y familia, el rol laboral, las habilidades sociales básicas para la inclusión asertiva en escenarios sociales, el conocimiento de los derechos humanos en materia de género, los aspectos jurídicos del debido proceso relacionados a denuncias por violencia, entre otros temas propicia que las mujeres en situación de violencia no solo accedan a una introspección significativa del self sino que favorece un resarcimiento del daño psíquico secuela de lo traumático vivenciado.
En ese sentido opera subrepticiamente una reparación en la salud mental de las mujeres que participan de los espacios de abordaje socio jurídico, redundando en beneficios terapéuticos indirectamente para la rehabilitación que representa la superación de las violencias y el acceso a una vida libre de ellas.
- La empatía y la escucha que el encuadre socio jurídico propicia habilita un espacio de reconocimiento a la subjetividad en su experiencia del devenir vital.
- El acceso a la información sobre el debido proceso judicial funciona como un amortiguador del impacto de las violencias padecidas. Desde que el conocimiento sobre sus derechos por parte de las mujeres afectadas por el flagelo de la violencia patriarcal es el primer paso para ejercerlos y agenciarse una vida plena libre de opresiones.
- El efecto desorganizante que tienen los ataques sutiles y constantes de la violencia patriarcal a la subjetividad de las mujeres alcanza un coto en el nominar los mecanismos de ejercicio de dominación más utilizados por parte de los varones agresores ; esto es la pedagogía ejercida en torno a mecanismos específicos como el manplaning; el ghosting; la violencia vicaría; el hostigamiento judicial; el gasligthing, la utilización de seudoconceptos como el de alienación parental, propicia una reparación al evitar la adopción de un posicionamiento de subalternidad basado en la disonancia cognitiva que produce.
- El desarrollo de miradas críticas interseccionales permite la realización de lecturas lucidas a partir del reconocimiento de las desigualdades sistémicas en la superposición de sobredeterminaciones de clase, y etnia sobre los devenires vitales singulares de sujetos específicos –cada mujer en situación de violencia-; esto impacta en la deconstrucción de estereotipos que no siempre siendo egodistónicos mortifican al yo desde la autoexigencia, el deterioro de la autoestima y la autodesvalorización por introyección de mandatos. La desarticulación de una mirada individualista sobre los episodios vivenciados favorece la apropiación de un sentimiento de pertenencia colectivo que es en sí mismo sanador y curativo.
- La elucidación critica que opera en la explicitación y nominación de mandatos implícitos sobre ideales de cuerpo, pareja y familia introyectados tempranamente en la socialización de las mujeres en situación de violencia, favorece una autopercepción incompatible con la sumisión y la docilidad, permitiendo el progresivo empoderamiento en lo que atañe al manejo del dinero, la negociación al interior de vínculos sexo afectivos, el rechazo a la sobrecarga en los cuidados, y el evitar el aprendido rol de maternar generalizado al otre.
- El impacto en la subjetividad del registro de la pertenencia de clase constituye un logro del pensarse como sujeto social, que estos espacios propician trascendiendo la mirada individualista que atribuye a una elección, atracción, o implicancia personal la creación de las situaciones de opresión patriarcal.
El presente escrito intenta transmitir el valor insoslayable de los abordajes socio-jurídicos de las situaciones de violencia, al tiempo que intenta establecer un nexo inquebrantable de los mismos con el bienestar psíquico de las mujeres que atraviesan situaciones de violencia; en tanto el dolor psíquico debe concebirse en clave social a partir de la sobredeterminaciones de factores que subyacen en la generación de padecimientos específicos. Finalmente lo que a un sujeto le acontece es inseparable del grupo social al que pertenece. La dimensión afectiva es política, se ha evidenciado de qué manera los cuidados y la salud mental son elementos materiales de lo colectivo fragilizado.
Fuentes y recursos de información
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- Federici, S. (2022). Caliban y La Bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria”. Argentina.
- Lagarde, M. “Claves feministas para la negociación en el amor”.
- Lauretis, T. (1999). Diferencias, etapas de un camino a través del feminismo. Ed Produccion Grafica.
- Pineda, E. G. (2019). Cultura femicida: el riesgo de ser mujer en América Latina. Ed Prometeo.
- Rosemberg, M. (2028). Las mujeres como sujetos. en Del Aborto y otras interrupciones: mujeres, psicoanálisis y política. Ed Milena Caserola.
- Segato, R. (2022). Escenas de un pensamiento incomodo: género, violencia y cultura en una óptica decolonial. Ed Prometeo.
- Segato, R. (2018). Contrapedagogias de la crueldad. Ed Prometeo.
- Segato, R. (2016). La guerra contra las mujeres. Ed Prometeo.
- Segato, R. (2018). Las estructuras elementales de la violencia: ensayos sobre género, entre la antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos. Ed Prometeo.
- Vigoya, V. M. (2020). La interseccionalidad: una aproximación situada a la dominación. en La Tesis Antología Feminista Grupo Editorial Penguin Random House.
i Lo aquí expresado emerge de un trabajo territorial en abordaje psicosocioeducativo con mujeres en situación de violencia en la dependencia del Polo de la Mujer Regional Punilla, Provincia de Cordoba, Argentina.