¿Cómo moldean nuestras experiencias tempranas nuestra salud mental?

Experiencias adversas del pasado como la inestabilidad familiar pueden aumentar las probabilidades de desarrollar ansiedad y depresión a largo plazo.

Por: Redacción

Primer plano de lápices de colores surtidos dispuestos de forma desordenada.
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Investigaciones previas ya han puesto de manifiesto el impacto psicológico de la adversidad en la infancia. Diversas teorías, desde la psicología cognitiva y conductual hasta la evolutiva, exploran estos efectos a largo plazo.

Entre ellas, la teoría de la historia vital ofrece una perspectiva única, encuadrando las experiencias adversas en la infancia (EAI) en términos de estrategias vitales rápidas o lentas, cada una con adaptaciones reproductivas y de desarrollo distintas, ajustadas al entorno.

El impacto duradero de la adversidad infantil

La teoría de la historia vital postula que los individuos expuestos a entornos inestables u hostiles durante la infancia suelen adoptar una estrategia vital "rápida", centrada en la reproducción temprana y la toma de riesgos. En contraste, aquellos que crecen en condiciones estables tienden a optar por estrategias "lentas", haciendo énfasis en la planificación a largo plazo y una mayor inversión parental.

Estas estrategias no solo se han relacionado con los resultados reproductivos, sino también con la salud mental. Estudios recientes sugieren que las estrategias vitales rápidas se correlacionan con una mayor vulnerabilidad a problemas de salud mental.

En este contexto, Nazila Amani y Gholamreza Dehshiri investigaron si la estrategia de historia vital media la relación entre las EAI y los síntomas de ansiedad y depresión en la edad adulta.

Adversidad infantil, estrategias vitales y salud mental

Este estudio incluyó a 248 adultos iraníes (162 mujeres y 86 hombres), de entre 18 y 53 años, reclutados a través de las redes sociales durante la pandemia de COVID-19. Los participantes completaron una batería de evaluaciones online: un cuestionario sobre EAI, el Mini-K-20 (para evaluar la estrategia de historia vital) y las subescalas de ansiedad y depresión del Cuestionario General de Salud (GHQ-28).

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El cuestionario de EAI midió la adversidad infantil percibida (durante la primera década de vida) en diferentes ámbitos: inestabilidad familiar, seguridad del vecindario, dificultades económicas y exposición a eventos vitales negativos. Por su parte, el Mini-K-20 evaluó la estrategia de historia vital, y las subescalas del GHQ-28 midieron los síntomas actuales de ansiedad y depresión.

La conexión entre adversidad, estrategia vital y salud mental

Los investigadores encontraron que los participantes que reportaron niveles más altos de EAI mostraron una mayor inclinación hacia una estrategia vital "rápida", caracterizada por comportamientos que priorizan la supervivencia inmediata y la adaptación a entornos impredecibles.

Esta estrategia, si bien adaptativa en ciertos contextos ambientales, se asoció con una mayor vulnerabilidad a los síntomas de ansiedad y depresión en la edad adulta, destacando una posible vía a través de la cual la adversidad temprana impacta en los resultados psicológicos adultos.

Tanto los participantes masculinos como los femeninos exhibieron patrones similares, sin observarse diferencias significativas entre géneros en el modelo de mediación. Estos hallazgos sugieren que el efecto mediador de la estrategia de historia vital en el vínculo EAI-salud mental es consistente entre géneros, a pesar de que algunas investigaciones indican posibles variaciones según el género.

Este estudio se suma a un creciente cuerpo de investigación que posiciona la estrategia de historia vital como un factor significativo para comprender los efectos a largo plazo de la adversidad infantil en la salud mental.

Sin embargo, es importante considerar algunas limitaciones. La dependencia del estudio en la auto-declaración retrospectiva de las experiencias infantiles puede introducir un sesgo de recuerdo. Además, el contexto de la pandemia puede haber elevado las puntuaciones de ansiedad y depresión, lo que podría limitar la generalización de los hallazgos.

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Fuentes y recursos de información

Amani, N., & Dehshiri, G. (2024). Adverse childhood experiences, symptoms of anxiety and depression in adulthood: Mediation role of life history strategy. Biodemography and Social Biology69(3), 137–148. DOI: 10.1080/19485565.2024.2359600


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