El lenguaje como reflejo del estado anímico en la predicción de la depresión y la ansiedad

El lenguaje cotidiano puede revelar la presencia de depresión y ansiedad antes de que los síntomas se manifiesten en forma clínica.

Por: Redacción

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Un estudio publicado en Cognition & Emotion ha demostrado una relación significativa entre el uso general de palabras negativas en el lenguaje natural y la severidad de los síntomas de depresión y ansiedad a lo largo del tiempo, independientemente del estado de salud mental preexistente. Este hallazgo abre nuevas posibilidades para la detección temprana y el seguimiento de estos trastornos mediante el análisis del lenguaje cotidiano.

¿Qué dicen nuestras palabras sobre nuestra salud mental?

La depresión y la ansiedad son dos de los trastornos psicológicos más prevalentes. Por ello, la investigación se centra en desarrollar métodos de detección temprana y monitorización de síntomas. Estudios previos sugieren que el lenguaje, especialmente la frecuencia de palabras con valencia negativa puede revelar estados psicológicos. En este estudio, Izabela Kaźmierczak y sus colegas exploraron si los patrones de uso del lenguaje en entornos reales podían servir como marcadores fiables de estas condiciones de salud mental.

Estudios previos habían mostrado resultados contradictorios respecto al uso del lenguaje positivo en relación con los síntomas depresivos. Para clarificar estos resultados, los investigadores analizaron tanto el lenguaje positivo como el negativo en participantes con depresión diagnosticada clínicamente y en un grupo control sin depresión. Este trabajo contribuye a un área emergente que utiliza el procesamiento del lenguaje natural para mejorar el diagnóstico de la salud mental.

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Un análisis integral del lenguaje del uso de palabras positivas

El estudio reclutó a 40 participantes (22 mujeres y 18 hombres), con edades comprendidas entre 22 y 44 años, que habían experimentado recientemente un evento vital negativo significativo. Es importante destacar que se seleccionó cuidadosamente a participantes que no estaban en terapia para evitar el sesgo de las intervenciones terapéuticas. Se evaluó la depresión de cada participante utilizando el módulo de diagnóstico SCID-I, categorizándolos en grupos deprimidos y no deprimidos.

Además, se empleó la Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (HADS) para medir la intensidad de sus síntomas depresivos y de ansiedad. Los participantes describieron eventos vitales críticos en tres ocasiones a lo largo de un año, en sesiones de aproximadamente una hora cada una.

Estas sesiones se programaron para coincidir con etapas clave del ajuste emocional: el período de shock inicial (dentro de los dos meses posteriores al evento), un período de crisis interna (alrededor de cinco meses después) y una fase de reconstrucción (ocho meses o más después del evento).

Del Habla a los Datos, el Análisis del Sentimiento

Durante cada sesión, los participantes describieron sus experiencias en entrevistas estructuradas. Estas entrevistas se grabaron, transcribieron y luego se analizaron para determinar el sentimiento utilizando diccionarios de sentimiento diseñados para el idioma polaco. Los diccionarios contenían miles de palabras etiquetadas con valencia positiva o negativa.

El estudio acumuló un total de 1440 narrativas. El análisis de sentimiento, centrado en el uso de palabras positivas y negativas, permitió a los investigadores rastrear los cambios de sentimiento a lo largo del tiempo y entre participantes con diferentes niveles de síntomas de depresión y ansiedad.

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La Importancia del Lenguaje Negativo

Los resultados mostraron que los participantes que generalmente usaban más palabras negativas en su lenguaje también tenían niveles más altos de síntomas de depresión y ansiedad, una tendencia evidente tanto en los grupos clínicamente deprimidos como en los no deprimidos.

Esta asociación entre el uso de palabras negativas y la gravedad de los síntomas fue robusta, destacando que el uso persistente de un lenguaje con valencia negativa podría indicar desafíos de salud mental más intensos. Por el contrario, el uso del lenguaje positivo se asoció con niveles ligeramente más bajos de depresión y ansiedad, aunque esta relación fue más débil que la del lenguaje negativo.

Los investigadores también encontraron que los cambios en la frecuencia del uso de palabras positivas o negativas a lo largo del tiempo no se correspondían con los cambios en los síntomas de depresión o ansiedad. Esto sugiere que un patrón estable de uso del lenguaje, en lugar de fluctuaciones a corto plazo en el sentimiento de las palabras, puede ser un indicador más fiable del estado de salud mental.

Un Nuevo Camino para la Detección Temprana

Estos hallazgos subrayan el potencial de los patrones de lenguaje negativo como marcador para evaluar la gravedad de la depresión y la ansiedad. Sin embargo, los autores señalan una limitación: la dependencia del estudio en el lenguaje hablado, que puede diferir de la comunicación escrita, especialmente en contextos online.

Fuentes y recursos de información

Kaźmierczak, I., Jakubowska, A., Pietraszkiewicz, A., Zajenkowska, A., Lacko, D., Wawer, A., & Sarzyńska-Wawer, J. (2024). Natural language sentiment as an indicator of depression and anxiety symptoms: a longitudinal mixed methods study1. Cognition and Emotion, 1–10. DOI: 10.1080/02699931.2024.2351952

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Equipo editorial y de curación de contenidos de Actualidad en Psicología