Psicobióticos: Cómo los probióticos pueden mejorar tu salud mental

Los psicobióticos son una nueva clase de probióticos que pueden producir beneficios para la salud mental.

Por: Carlos Vergara Cano

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Psicobióticos: Cómo los probióticos pueden mejorar tu salud mental
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La ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales afectan a millones de personas en todo el mundo, la búsqueda de tratamientos alternativos efectivos es una prioridad. En los últimos años, se ha descubierto una conexión sorprendente entre los microorganismos intestinales y la salud mental.

Los psicobióticos son una nueva clase de probióticos que producen beneficios para la salud mental, debido a que son capaces de producir y entregar sustancias neuroactivas (Dinan TG, Stanton C, Cryan JF. 2013).

Desde su descubrimiento hace apenas diez años, los psicobióticos han demostrado ser una emocionante frontera en la investigación de la salud mental. Los estudios han demostrado que algunos casos de depresión y ansiedad pueden aliviarse o incluso curarse con tratamientos psicobióticos.

La relación entre el intestino y la salud mental es una de las principales preocupaciones de la sociedad actual, y los psicobióticos prometen ofrecer aún más avances en el alivio de los trastornos relacionados con el estrés.

¿Qué son los psicobióticos?

Los psicobióticos son microorganismos que, cuando se ingieren en cantidades adecuadas, generan beneficios para la salud en pacientes que sufren trastornos psicológicos. Esta definición, propuesta por John Cryan, Ted Dinan y Catherine Stanton (2013), marca el comienzo de una nueva era en la relación entre la salud intestinal y el bienestar emocional.

Los psicobióticos se diferencian de otros probióticos en que tienen el potencial de mejorar la salud mental al producir y entregar sustancias neuroactivas, como el ácido gamma-aminobutírico y la serotonina, que actúan en el eje cerebro-intestino.

A diferencia de otros probióticos, los psicobióticos han demostrado tener actividad antidepresiva y ansiolítica en estudios preclínicos en roedores, y se han estudiado en pacientes con síndrome del intestino irritable y trastornos psiquiátricos.

Además, los psicobióticos se seleccionan en función de su capacidad para preclínicamente mostrar efectos conductuales, ser vehículos de entrega de compuestos neuroactivos y tener la capacidad de disminuir las citocinas proinflamatorias y reducir la actividad del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal.

La conexión intestino-cerebro

La conexión entre el intestino y el cerebro se refiere a la comunicación bidireccional entre el sistema nervioso entérico (SNE) del intestino y el sistema nervioso central (SNC) del cerebro. El SNE es a menudo llamado el "segundo cerebro" debido a la gran cantidad de nervios que contiene y su capacidad para funcionar de manera autónoma.

El nervio vago es el principal nervio que conecta el cerebro y el intestino y desempeña un papel clave en la regulación del estado de ánimo, la frecuencia cardíaca, la digestión y la inmunidad. La actividad neural en el intestino, incluyendo la producción de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y el GABA, también puede afectar la salud mental.

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La conexión intestino-cerebro no es un descubrimiento reciente, ya que Hipócrates, hace más de 2,500 años, afirmaba que todas las enfermedades, incluyendo las del cerebro, tenían su origen en el intestino (Anderson, 2023).

Sin embargo, en esa época, se desconocía la existencia de los microorganismos. Fue necesario esperar hasta el siglo XVII, cuando Antonie van Leeuwenhoek inventó el microscopio, para comenzar a comprender la importancia de los microbios en nuestra salud.

A principios del siglo XXI, la investigación sobre la relación entre el intestino y el cerebro comenzó a ganar impulso.  Nobuyuki Sudo (2004) realizó un estudio que reveló la influencia de los microbios en la respuesta al estrés.

Este estudio demostró que los ratones criados en un entorno libre de microbios tenían una respuesta anormal al estrés, y que la reintroducción de microbios en sus intestinos mejoraba esta respuesta.

Desde entonces, se ha descubierto que los microbios intestinales pueden influir en la salud mental y en la gestión del estrés, lo que ha llevado al desarrollo de tratamientos psicobióticos

Los psicobióticos se comunican con el cerebro a través del eje cerebro-intestino, ya que pueden producir y entregar sustancias neuroactivas que afectar la salud mental.

Además, los psicobióticos pueden reducir la inflamación en el intestino y disminuir la actividad del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, lo que puede tener un efecto positivo en la salud mental.

Los estudios preclínicos en roedores han demostrado que ciertos psicobióticos tienen actividad antidepresiva o ansiolítica, y que sus efectos pueden ser mediados a través del nervio vago, la médula espinal o los sistemas neuroendocrinos. En pacientes con síndrome del intestino irritable y otros trastornos psiquiátricos, se ha demostrado que los psicobióticos tienen efectos positivos en la salud mental.

Aunque todavía se están realizando investigaciones para comprender mejor cómo se comunican los psicobióticos con el cerebro, se cree que esta conexión es una de las principales razones por las que los psicobióticos pueden tener un impacto positivo en la salud mental.

¿cómo funcionan los psicobióticos?

Los psicobióticos utilizan al menos tres vías químicas para comunicarse con el cerebro: neurotransmisores, hormonas y factores inmunológicos.

Los neurotransmisores son sustancias químicas que transmiten señales entre las células nerviosas. Los psicobióticos pueden producir neurotransmisores como la serotonina, que está involucrada en la regulación del estado de ánimo y el sueño.

Las hormonas son sustancias químicas producidas por el cuerpo que regulan diversas funciones corporales. Los psicobióticos pueden influir en la producción de hormonas como el cortisol, que está involucrado en la respuesta al estrés.

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Los factores inmunológicos son sustancias producidas por el sistema inmunológico que ayudan a combatir las infecciones y las enfermedades. Los psicobióticos pueden influir en la producción de factores inmunológicos que pueden afectar la salud mental.

Los psicobióticos pueden influir en la producción de neurotransmisores, hormonas y factores inmunológicos que pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir afecciones como la ansiedad y la depresión.

Los efectos psicológicos de los psicobióticos pueden categorizarse de la siguiente manera:

  1. Producción de efectos psicológicos que ayudan a combatir procesos emocionales y cognitivos.
  2. Efecto sistémico en el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA), que desempeña un papel central en la respuesta al estrés.
  3. Efectos en neurotransmisores y proteínas, como el ácido gamma-aminobutírico (GABA) y el glutamato, que controlan el equilibrio entre la excitación y la inhibición neuronal.

Avances y futuro en la Investigación de Psicobióticos

Durante la última década, se ha consolidado la importancia de los psicobióticos para la salud mental, y se han identificado microorganismos psicobióticos específicos, como Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus reuteri, Bifidobacterium longum 1714, Lactobacillus plantarum 299v y Lactobacillus plantarum PS128.

Estos microbios desempeñan un papel fundamental en la reducción de la ansiedad, la regulación de los niveles de cortisol y la mejora de la comunicación en personas con trastorno del espectro autista, entre otros beneficios.

Además, se ha descubierto que tanto los microorganismos intestinales como los orales están relacionados con diversas condiciones, como el síndrome de fatiga crónica, el consumo excesivo de alcohol, el síndrome post-COVID-19, la demencia, el Parkinson, la ELA, los trastornos del sueño y la recuperación después del uso de antibióticos.

La definición de psicobiótico se ha ampliado para incluir bacterias tratadas térmicamente que no están vivas pero que parecen estimular al sistema inmunológico a calmarse. Además, los prebióticos, como los fructooligosacáridos (FOS) y los galactooligosacáridos (GOS), se consideran efectivos para promover la salud psicobiótica.

A medida que avanzamos en la comprensión de la relación entre los microorganismos intestinales y la salud mental, se vislumbra un futuro prometedor para los tratamientos psicobióticos.

Los psicobióticos representan una emocionante frontera en la investigación de la salud mental. Su capacidad para mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad y la depresión los convierte en una opción prometedora para el tratamiento de trastornos psiquiátricos.

El camino por delante es prometedor, y es de esperar que sigamos descubriendo más sobre cómo estos microorganismos influyen en nuestra salud mental.

Fuentes y recursos de información

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Recursos adicionales

Cheng, L.-H., Liu, Y.-W., Wu, C.-C., Wang, S., & Tsai, Y.-C. (2019).  Psychobiotics in mental health, neurodegenerative and neurodevelopmental disorders. Journal of Food and Drug Analysis, 27(3), 632–648.  DOI: 10.1016/j.jfda.2019.01.002

En este artículo proporciona visión general del estado actual de la investigación sobre los psicobióticos y sus beneficios potenciales para la salud mental, los trastornos neurodegenerativos y los trastornos del neurodesarrollo.

Oroojzadeh, P., Bostanabad, S.Y. & Lotfi, H. (2022) Psychobiotics: the Influence of Gut Microbiota on the Gut-Brain Axis in Neurological DisordersJ Mol Neurosci 72, 1952–1964. DOI:  10.1007/s12031-022-02053-3

Este estudio revisó los efectos de las cepas probióticas en algunos trastornos del SNC en cuanto al control de los síntomas de la enfermedad. Los hallazgos sugieren que los psicobióticos pueden aliviar eficazmente los síntomas de varios trastornos del SNC, como los trastornos del espectro autista, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, el insomnio, la depresión, la neuropatía diabética y la anorexia nerviosa.

Sharma, R., Gupta, D., Mehrotra, R. et al. (2021).  Psychobiotics: The Next-Generation Probiotics for the BrainCurr Microbiol 78, 449–463 (2021).  DOI: 10.1007/s00284-020-02289-5

Revisión que destaca el alcance y los avances realizados en el campo, enumerando numerosos productos psicobióticos.  Analiza las inquietudes con respecto a los psicobióticos, como los efectos debidos a la abstinencia, la compatibilidad con pacientes inmunodeprimidos y el mercado de probióticos relativamente desregulado.

Carlos Vergara Cano

Psicólogo y Administrador en Servicios de Salud graduado en la Universidad de Antioquia, con experiencia en intervención individual y grupal con niños, adultos y familias. Experiencia en investigación cuantitativa, evaluación, diagnóstico e intervención psicológica con niños, adultos y familias. Intervención grupal con niños, adolescentes y padres de familia, Planeación y formulación de Políticas Públicas en Salud