Qatar 2022 u Occidente; los cuerpos femeninos siempre en disputa

Los cuerpos femeninos como significantes políticos, una lectura crítica feminista desde el paradigma occidental a partir de Qatar 2022

Por: Gisela Sabuquillo

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Una lectura crítica feminista desde el paradigma occidental a partir de Qatar 2022

Ya lo dijo Flora Tristán en el siglo pasado ¨hay alguien todavía más oprimido que el obrero, y es la mujer del obrero¨ para agregar aún más y mejor ¨la prostitución es la más horrible de las aflicciones producidas por la distribución desigual de los bienes del mundo¨. Por eso su regulación a través del estado se ha considerado históricamente como un antídoto contra las prácticas sexuales no legitimadas y para la protección de la vida familiar siguiendo los mandatos hegemónicos. (Federici S 2015)

En Qatar, con 2.9 millones de habitantes, el 25 % son mujeres que siguen viviendo bajo el permiso y la tutela masculina, respondiendo al mandato del Islam como religión oficial. En Qatar las mujeres deben tener un hombre de referencia (padre hermano o marido), no pueden decidir solas sobre casarse, estudiar, salir del país, recibir servicios de salud, o tomar un taxi; tampoco tienen los cuidados personales de sus hijos, deben cubrir sus cabellos con la shayla, y vestir de negro con un abayha.

Pero no estamos aquí para sorprendernos sobre la alienación y vulneración de derechos que culturas lejanas no occidentales ejercen sobre las mujeres, sino para repensar nuestra propia realidad, que aunque aparentemente estaría en lejana contradicción con lo antes expuesto, sigue con amplias similitudes.

Los cuerpos femeninos como significantes políticos

En lo que a occidente respecta, hablar de los cuerpos femeninos nos sugiere una biopolítica que yendo más allá de los mandatos patriarcales de ¨parir o morir¨ nos señalan que las políticas sexuales sobre los cuerpos femeninos desde la caza de brujas en adelante delatan  un paralelismo extractivista opresor entre la tierra y los cuerpos femeninos, colonialismo mediante, indicando en esta lectura la importancia que adquieren el control del estado sobre los cuerpos femeninos, y si no es el estado es el mercado

Hablamos del cuerpo individual y del cuerpo social, porque la primera máquina desarrollada por el capitalismo no fue la máquina de vapor ni tampoco el reloj, sino el cuerpo humano mecanizado cual pieza tecnológica. Si la tarea del estado o del mercado es gobernar el cuerpo social, la de la hegemónica subjetividad soberana cartesiana es el control de la carne, así se fuerza al cuerpo a cumplir especificaciones externas independientes de sus deseos, institucionalizando una relación jerárquica y dual entre la mente y el cuerpo.

Pretender desconocimiento sobre lo antes expuesto condena a nuestras prácticas en salud mental a reproducir órdenes generadores de locura y opresión, en tanto seria perverso no registrar los significantes atribuidos a la corporalidad para considerarse femenina; nos dice Esther Pineda ¨la mayoría de las mujeres que se someten a procedimientos estéticos continúan afirmando que su elección es autónoma, un medio para sentirse bien con su cuerpo y aumentar su autoestima. Desconocen que lo que consideran belleza ha sido construido e impuesto con fines políticos¨ (Pineda E 2020)

Un sujeto político que forja su identidad a partir de su corporalidad o sin escindirse de ella, necesariamente estará atravesado por estos sentidos.

El sujeto sexuado mujer que para un psicoanálisis rancio ha sido histórica e histéricamente definido como el que no puede gozar con su cuerpo, en una cultura falo céntrica donde solo el pene es procurador de goce, puede habilitarse otros posicionamientos a partir de la categoría de lo político como instancia posibilitadora de la articulación del deseo.

Nada en este artículo pretende focalizar allí, sino alimentar miradas interseccionales y emancipatorias que nos permitan regresar al terreno del cuerpo femenino para leer allí en clave critica resiliente y desalienante, ¨visibilizar La Belleza como un instrumento de dominación patriarcal que aleja a las mujeres de los espacios de poder, organización y liderazgo político, económico y social¨ (Pineda E 2020), de la misma manera que los mandatos de amor romántico e instinto maternal lo hacen.

Todo deseo es político, y gracias a eso nuestra condición de mujeres en esta sociedad cosificante capitalista globalizada puede ser trasformada. No negando los vejámenes que sobre nosotras pesan sino visibilizándoles.

Lo personal es político es la operación de la desnaturalización de la opresión, sosteniendo al cuerpo como terreno de contacto entre lo biológico y lo social, en un entrecruzamiento paradigmático de la microfísica del poder y la dimensión subjetiva. Tanto desde los fundamentalismos religiosos como desde los fundamentalismos del mercado el cuerpo de las mujeres ha sido objeto y nunca sujeto de políticas de todo tipo.

Para contrastar; mientras Ivana Knoll conocida como Miss Croacia es fotografiada para ser denunciada por su vestimenta en un estadio durante un partido, y mientras los jugadores de Irán son amenazados por no cantar el himno de su país como reacción de protesta ante el femicidio de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini a manos de la policía de la moral por no llevar velo;  Stephanie  Frappart se convirtió en Qatar 2022 en la primera mujer en dirigir un mundial como árbitro de football masculino, el 1 de diciembre de 2022 en el partido entre Alemania y Costa Rica; a la francesa la acompañaron tres asistentas mujeres Neuza Back de Brasil, Karen Díaz de México y Said Martínez de Honduras. La misma organización mundialista que prohíbe el uso del brazalete lgtbq+ so pena de sanción.

Para finalizar ¨vivir una vida feminista, es vivir con las consecuencias de ser feminista que están dispuestas a llamar a los problemas por su nombre ¨ (Ahmed S 2017); en eso estamos.

Referencias bibliográficas:
  • Ahmed Sara (2021). Vivir una vida feminista. Ed Caja Negra, Bs As.
  • Federici Silvia (2015). Calibán y la bruja: Mujeres Cuerpo y Acumulación Originaria,  Ed Tinta Limón.
  • Foucault Michel. Nacimiento de la biopolítica: curso en el Collage de France 1978-1979. Ed Fondo de Cultura Económica, Bs As, Arg.
  • Gamba (Coord) Diz, Barrancos, Giberti, Maffia (2009). Diccionario de Estudios de Género y Feminismos. Ed Biblos, Bs As.
  • Pineda Esther (2002). Bellas para morir: estereotipos de género y violencia estética contra la mujer. Ed Prometeo, Bs As.
  • Valdes Vargas, Cometa Stange, Caceres Diaz, Sotomayor Van Rysseghem (2021). La Tesis: Antología Feminista, Ed Penguin Random House, Bs As.

Gisela Sabuquillo

Gisela es psicóloga desde el año 2004, graduada en la Universidad Nacional de Córdoba.
Se ha desempeñado como residente en salud pública; actualmente cursa su especialidad en Violencias en el Ministerio de La Mujer, y se desempeña en el Polo Integral de la Mujer.