La conexión entre la postura corporal y la personalidad

Una reciente investigación sugiere que la postura corporal en que una persona se mantiene puede ser un indicador de sus rasgos de personalidad.

Por: Redacción

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Un reciente estudio, publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, ha establecido una fascinante conexión entre la postura corporal natural y los rasgos de personalidad. Los investigadores descubrieron que la manera en que una persona se mantiene de pie habitualmente, sin la influencia de factores externos, refleja sus actitudes hacia la dominancia, la sumisión y la jerarquía social. Sorprendentemente, esta relación parece ser estable en el tiempo, sugiriendo que la postura natural podría ser un reflejo consistente de la personalidad subyacente.

Una mirada a la postura habitual

Durante siglos, la postura corporal se ha considerado un elemento esencial en la comunicación emocional y social. Charles Darwin, por ejemplo, enfatizó el rol del lenguaje corporal en la expresión emocional. Si bien muchos estudios se han centrado en el lenguaje corporal transitorio, cómo alguien se para o se mueve durante una interacción específica, se ha investigado menos si la postura corporal habitual, cotidiana, contiene información significativa sobre la personalidad de una persona. Los autores de este estudio se propusieron responder esta pregunta investigando si la postura natural se correlaciona con rasgos de personalidad estables.

Los autores del estudio, Soren Wainio-Theberge y Jorge L. Armony de la Universidad McGill, explicaron: "Muchos estudios han investigado cómo la adopción de una postura específica (por ejemplo, expansiva versus contractiva en el paradigma de 'power posing') puede cambiar las percepciones sociales, las interacciones e incluso el estado de ánimo y el comportamiento de las personas.

En psicología, llamamos a esto una variable de 'estado' —algo que cambia de momento a momento o de día a día, como tu estado de ánimo. Las personas también varían en términos de características de 'rasgo' estables, como la personalidad. Nos interesaba evaluar si, además de sus efectos sobre las variables de estado, la postura corporal natural (es decir, la postura cuando no están haciendo nada en particular) también podría reflejar un rasgo que se relacionara con características de personalidad específicas".

Cinco estudios para desentrañar el misterio

Para examinar si la postura corporal natural es un rasgo estable que refleja características de personalidad más profundas, los investigadores realizaron una serie de cinco estudios.

1. Postura y cuestionarios de personalidad

En el primer estudio, se reclutó a 421 participantes, aunque después de los controles de calidad, se analizaron los datos de 369. Se les pidió que se tomaran cuatro fotos en una posición de pie natural: de frente, de espaldas, de izquierda y de derecha. Estas fotos se analizaron utilizando una herramienta de aprendizaje automático llamada OpenPOSE, que detectó puntos corporales clave y calculó ángulos relacionados con su postura, incluyendo los ángulos del cuello, los hombros, la columna vertebral y las caderas.

Junto con la evaluación de la postura, los participantes completaron un conjunto completo de cuestionarios de personalidad. Estos incluían escalas que medían rasgos como la orientación a la dominancia social, la psicopatía, la empatía, el control de la ira y otras dimensiones socioafectivas relevantes.

Los resultados revelaron una relación significativa entre una postura erguida y ciertos rasgos de personalidad. Los participantes que naturalmente se mantenían con una postura más erguida, caracterizada por un cuello recto y una postura corporal abierta, tenían más probabilidades de exhibir rasgos de personalidad asociados con la dominancia, la competitividad y las tendencias antisociales.

Específicamente, estos individuos obtuvieron puntuaciones más altas en orientación a la dominancia social y psicopatía primaria, mientras que obtuvieron puntuaciones más bajas en empatía y control de la ira.

"Nos sorprendió que los rasgos antisociales fueran los más consistentemente asociados con la postura, en lugar de la depresión y las emociones negativas", comentaron Wainio-Theberge y Armony. "Estudios previos sobre depresión clínica han encontrado posturas más encorvadas en pacientes deprimidos, y aunque vimos alguna evidencia de eso en nuestros datos, los rasgos antisociales fueron mucho más consistentes".

2. La estabilidad de la postura en el tiempo

El segundo estudio tuvo como objetivo comprobar si la relación postura-personalidad observada en el Estudio 1 reflejaba un comportamiento estable, similar a un rasgo, o si variaba con el tiempo. Para ello, realizaron un estudio de seguimiento con un subgrupo de 107 participantes de la muestra original. Estos participantes repitieron la evaluación de la postura cinco semanas después de la sesión inicial.

Los resultados mostraron que las posturas de los participantes se mantuvieron estables durante el intervalo de cinco semanas. Los ángulos de su cuello, hombros y otros puntos corporales clave se mantuvieron constantes en ambas sesiones, lo que indica que la postura natural no es solo un estado transitorio sino un rasgo individual estable. La relación postura-personalidad observada en el Estudio 1 también se replicó en este estudio de seguimiento.

3. Decodificando la postura dominante

El tercer estudio buscó probar directamente si las posturas naturales erguidas observadas en el Estudio 1 podían interpretarse como posturas dominantes. En este estudio, se pidió a 104 participantes que adoptaran posturas específicas dominantes y sumisas. No se les dieron instrucciones adicionales, solo se les dijo que adoptaran una postura "dominante" y una postura "sumisa", con el orden equilibrado entre los participantes.

Los investigadores utilizaron la regresión logística para desarrollar un clasificador que pudiera distinguir entre las posturas dominantes y sumisas en función de los ángulos posturales medidos en las fotos. Este clasificador se aplicó luego a los datos de postura natural del Estudio 1 para clasificar las posturas naturales de los participantes como dominantes o sumisas.

Los resultados confirmaron que las posturas erguidas observadas en el Estudio 1 se interpretaron efectivamente como posturas dominantes. Las poses dominantes de los participantes se caracterizaron por posiciones corporales abiertas y erguidas, con el cuello recto y las caderas inclinadas hacia adelante, mientras que las poses sumisas eran más cerradas, con los hombros encorvados y la cabeza baja.

El clasificador pudo distinguir las posturas dominantes de las sumisas con una precisión promedio de aproximadamente el 75%, con un 76.3% de precisión para las posturas dominantes y un 73.8% para las sumisas.

Cuando se aplicó a las posturas naturales del Estudio 1, el clasificador confirmó que aquellos clasificados como con posturas dominantes también obtuvieron puntuaciones más altas en los rasgos de personalidad antisociales identificados en el primer estudio. Este hallazgo reforzó la interpretación de que la postura erguida habitual está asociada con la dominancia social y los rasgos de personalidad relacionados con la jerarquía.

4. La perspectiva fisiológica

El cuarto estudio tuvo como objetivo explorar los fundamentos fisiológicos de la relación postura-personalidad midiendo la actividad muscular en los participantes mientras se evaluaba su postura natural. El estudio incluyó a 129 participantes, y los investigadores se centraron en dos músculos clave del cuello: el esternocleidomastoideo (un músculo involucrado en el movimiento de la cabeza y el cuello) y el trapecio superior (que ayuda a estabilizar los hombros y el cuello).

Se utilizó electromiografía de superficie (EMG) para registrar la actividad muscular mientras los participantes estaban sentados y en reposo. Estos datos se correlacionaron luego con los componentes de la postura identificados en el Estudio 1. Además, los participantes completaron los mismos cuestionarios de personalidad que antes, y sus posturas naturales se volvieron a evaluar utilizando el enfoque fotogramétrico.

Las mediciones fisiológicas revelaron que las personas con posturas más erguidas mostraron un aumento de la actividad muscular en el esternocleidomastoideo, el músculo del cuello responsable de mantener la cabeza elevada. Sin embargo, no hubo una correlación significativa entre la postura y la actividad del músculo trapecio superior. Esto sugiere que la postura erguida asociada con los rasgos de personalidad dominantes puede mantenerse activamente a través del compromiso muscular específico, particularmente en el cuello.

Es importante destacar que los investigadores también replicaron la relación postura-personalidad observada en estudios anteriores, confirmando que las personas con posturas más erguidas continuaron obteniendo puntuaciones más altas en rasgos de personalidad relacionados con la dominancia, incluso en un entorno presencial.

5. Ampliando el espectro de la personalidad

Para su estudio final, los investigadores buscaron explorar más a fondo la relación entre la postura natural y los rasgos de personalidad ampliando el rango de medidas de personalidad utilizadas. Reclutaron a 125 participantes. Se les pidió que se tomaran fotos de su postura de pie natural, y estas imágenes se analizaron utilizando las mismas técnicas fotogramétricas que en estudios anteriores. Además de las escalas de personalidad utilizadas en estudios previos, este estudio incluyó medidas de maquiavelismo, narcisismo y agresión para explorar una gama más amplia de rasgos antisociales.

Los hallazgos mostraron que las personas con posturas más erguidas obtuvieron puntuaciones más altas en rasgos como el maquiavelismo, la psicopatía primaria y la arrogancia desmedida, todos los cuales se relacionan con el deseo de poder y el uso de estrategias manipuladoras o agresivas para lograr la dominancia social. Los resultados del Estudio 5 reforzaron la idea de que la postura corporal natural refleja características de personalidad estables, particularmente aquellas relacionadas con la dominancia y la jerarquía.

Limitaciones y futuras investigaciones

Sin embargo, los investigadores señalaron que "es importante enfatizar que nuestro estudio es observacional; es decir, observamos una correlación entre la postura corporal y la personalidad y, por lo tanto, no podemos hacer inferencias sobre la causalidad. En otras palabras, la gente NO debe concluir que pararse erguido cambiará su personalidad (para bien o para mal)".

"Un mensaje clave de nuestro estudio es que la postura corporal no solo es importante para la salud física, sino que también refleja (como se mencionó, si juega un papel causal o no aún está por determinarse) aspectos relevantes de nuestra personalidad, particularmente aquellos relacionados con las interacciones sociales. Por lo tanto, junto con los hallazgos de estudios sobre los efectos psicológicos de las posturas corporales transitorias, destaca la importancia y los beneficios de prestar atención a nuestros cuerpos en nuestra vida diaria".

Como en cualquier estudio, existen algunas limitaciones. La muestra se extrajo predominantemente de un entorno universitario en Canadá. No está claro si los mismos patrones se mantendrían en una población más diversa, particularmente entre adultos mayores o personas de diferentes entornos culturales. Las investigaciones futuras deberían tratar de replicar estos hallazgos en poblaciones más variadas para asegurar su generalización.

"La salvedad habitual en este tipo de investigación es la muestra: estudiamos a adultos jóvenes, la mayoría de los cuales eran estudiantes universitarios y la gran mayoría de los cuales se autoidentificaron como mujeres", dijeron Wainio-Theberge y Armony "Si bien recientemente extendimos esto a un rango de edad más amplio (hasta 80 años), hay mucha variabilidad en la población en general que no estamos captando en este estudio".

Además, si bien los investigadores encontraron una conexión entre la postura y la personalidad, sus mediciones se centraron principalmente en posturas relacionadas con la dominancia y la sumisión. Los estudios futuros podrían explorar si otras características posturales, como encorvarse o inclinarse, están asociadas con diferentes rasgos de personalidad, como la introversión o la ansiedad.

"El objetivo a largo plazo sería extender esta investigación a otros aspectos de la personalidad", dijeron los investigadores. "El lenguaje corporal es multifacético y transmite muchas señales además de la dominancia y la sumisión, por lo que no hay razón para esperar que las relaciones postura-personalidad deban limitarse a esta dimensión. Con métodos más avanzados, que estamos desarrollando actualmente, podríamos ser capaces de captar otras relaciones postura-personalidad".

Fuentes y recursos de información

Wainio-Theberge, S., & Armony, J. L. (2024). Differences in natural standing posture are associated with antisocial and manipulative personality traits. Journal of Personality and Social Psychology. Advance online publication. DOI: 10.1037/pspp0000515

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