Hoy en día, gracias a las tecnologías de la información y comunicación, tenemos acceso a un mundo virtual que nos permite realizar infinidades de actividades, las cuales pueden ser de entretenimiento, aprendizaje, trabajo, etc.
Dentro de esas actividades con las cuales nos divertimos está el uso de las redes sociales.
El uso de las redes sociales en estos últimos años ha ido en aumento, cada vez son más las personas que crean perfiles online, comparten sus fotografías e historias y mantienen comunicación con familiares y amigos.
En las redes sociales compartimos cualquier tipo de información e imágenes relacionados con algún contenido en específico, el cual puede ser actividades que realizamos en nuestro trabajo, en casa, cuando realizamos algún viaje o expresar cualquier opinión en relación a algún tema.
Y no solo eso, sino que interactuamos con nuestros allegados a través de las respuestas que recibimos por nuestras publicaciones.
Si bien es cierto que las redes sociales tienen las funciones de compartir las actividades diarias que realizamos e interactuar por medio de los comentarios y mensajes expresados por los demás, hay una pregunta a plantear que ha generado la realización de diversas investigaciones y es ¿Cómo afectan las redes sociales la autoestima de las personas?
Esta pregunta surge debido a que se ha podido apreciar una gran dependencia que manifiestan muchas personas por las redes sociales. Esta dependencia puede tener repercusiones en su estado de ánimo ya que este está basado en la cantidad de comentarios y “likes” que reciba una foto, en la cantidad de seguidores que puede tener, comparar su estilo de vida con los demás llegando al punto de querer plasmar de manera virtual un mundo que es, en muchos casos, una paradoja con la realidad de la persona.
Estos comportamientos que afectan la autoestima de las personas pueden venir de un simple deseo de aceptación.
Como seres humanos tenemos la necesidad de sentirnos reconocidos, que pertenecemos a un grupo o a una comunidad y, muchas veces, cuando de una manera u otra la persona ve o se siente que no pertenece, recurre a la modificación de ciertas conductas para sentirse que encaja y, sobre todo, sentirse bien consigo mismo, lo que lo lleva a formarse una autoestima falsa.
Esta falsa autoestima se seguirá alimentando de la cantidad de comentarios, “likes” y seguidores que una persona consiga.
Para que nuestra autoestima no se vea afectada por la avalancha de publicaciones "perfectas" que vemos a diario en nuestras redes, en donde exista la necesidad de aprobaciones inmediatas a través de "likes" y comentarios, es importante autoevaluarnos y conocernos más a fondo.
Identificar quienes somos y que está bien no ser perfectos. Nadie es perfecto, todos tenemos aspectos positivos y aspectos a reforzar en nuestra forma de ser y actuar, y cuando somos conscientes de ello, buscar la aceptación de los demás pasa a un segundo plano.
Debemos de ser conscientes de que las redes sociales solo son un mundo virtual, donde existen personas que tienen formas de actuación distintas a como plasman en sus imágenes y videos, que la esencia de un ser humano va más allá de una simple fotografía.
En la sociedad de hoy, donde la tecnología tiene gran presencia y el mundo virtual forma parte de muchas actividades de nuestro diario vivir, hay que recordar que las redes sociales pueden estar presentes en nuestra vida, pero no son la base.
Disfrutemos la vida, aceptémonos con nuestras virtudes y defectos y aprendamos a reconocer las cosas importantes de las que no tienen tanta importancia.
Nuestra forma de ser y actuar no depende de las cosas que publiquemos en nuestras redes y tampoco de lo que los demás expresen.
Como seres humanos tenemos la capacidad de entender de que somos personas que valemos por lo que somos y que lo más importante que una persona tiene por delante es ser feliz, pero ser verdaderamente feliz.