Desde peleas con los mejores amigos a comentarios de odio en aplicaciones anónimas, los adolescentes a menudo se dejan llevar por sus enérgicas reacciones emocionales.
Por mucho que los adultos significativos en sus vidas intenten, es imposible protegerlos completamente de las situaciones de enojo o perturbadores que inevitablemente conlleva el crecimiento.
Sin embargo, algunos adolescentes parecen gestionar mejor sus emociones negativas durante tiempos difíciles mientras que otros cavilan y cavilan, la pregunta obvia es ¿por qué? Una nueva investigación revela que todo depende en gran medida en como el adolescente enfoca la situación (White et al., 2015).
Los investigadores querían saber por qué algunos jóvenes aprenden a gestionar sus emociones más eficientemente, encontraron que aquellos que mentalmente eran capaces de dar un paso atrás de su propio punto de vista cuando piensan en algo preocupante pueden hacerles frente a sus emociones negativas con mayor eficacia y por tanto resultan menos molestas para ellos.
El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Pennsylvania y la Universidad de Michigan, fue publicado en la revista Child Development.
Los investigadores encuetaron a 226 adolescentes entre los 11 a 20 años de edad acerca de un evento reciente que los enfureció extremamente, tal como una pelea.
Estos adolescentes luego reflexionaron sobre sus experiencias y por qué consideraron que sintieron tanta ira.
Ellos les dijeron a los investigadores lo que sucedió y compartieron sus sentimientos acerca del evento.
Los investigadores estaban interesados en cómo estos adolescentes se distanciaban de la situación ahora que ellos reflexionaban acerca de ella en retrospectiva.
Realizaron preguntas tales como: “Cuándo viste de nuevo la pelea en tu imaginación hace unos minutos, ¿cómo te sientes si la ves desde tus propios ojos, en comparación si lo ves a la distancia (como verte a ti mismo en una película)?” Y ¿cuándo viste la pelea de nuevo en tu imaginación hace unos momentos a que distancia te sentiste de esta?
Observar la experiencia desde otra perspectiva como si fuera una película, permitió a los jóvenes sentirse menos molestos que los que simplemente experimentaron el conflicto desde su propia óptica.
Los adolescentes que dieron un paso atrás desde su propio punto de vista fueron capaces de reconsiderar su experiencia con una nueva visión, fueron más propensos a reflexionar y recapacitar sobre lo sucedido de una manera significativa y además disminuyo la tendencia a recavilar sobre los acontecimientos perturbadores en sus mentes, aunque ello no implicó que fueran más proclives a perdonar.
En comparación quieres solo reflexionaban desde su propia perspectiva eran más dados a culpar a las otras personas involucradas los que les generaba más angustia emocional.
Investigaciones realizadas previamente con adultos evidencian que el auto-distanciamiento ayuda a la autoreflexión adaptativa, sin embargo no existían investigaciones con adolescentes sobre si estos espontáneamente se involucraban en dicho proceso o si al realizarlo lograban algún resultado.
La autora principal del estudio la doctora Rachel E. White afirmo al respecto:
"Mentalmente dar un paso atrás desde un evento no significa que los jóvenes evadan sus problemas. De hecho, ellos están tratando sus dificultades de una manera más adaptativa. Los resultados muestran que los adolescentes pueden emplear estrategias de auto-distanciamiento de la misma manera que los adultos. También sugiere que la adolescencia es crítica para el desarrollo de esta forma de regular las emociones."
En conclusión la enseñanza de estrategias de auto-distanciamiento en adolescentes podría ayudarles a manejar mejor situaciones difíciles en esta etapa de la vida.
Así que la próxima vez que ellos se estén sintiendo enojados por algo, solicíteles que se salgan de sus propios zapatos por un momento y consideren la situación como un observador externo lo haría.
Un tiempo de espera emocional de la experiencia puede darles la capacidad de pensar más lógica y marcar la diferencia.
Fuentes y recursos de información
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White, R. E., Kross, E., & Duckworth, A. (2015). Spontaneous Self‐Distancing and Adaptive Self‐Reflection Across Adolescence. Child Development, 86(4), 1272–1281. DOI: 10.1111/cdev.12370