¿Alguna vez has notado cómo un simple gesto amable, como una sonrisa o escuchar atentamente, puede cambiar el ambiente en una reunión de trabajo o incluso en una conversación casual? En nuestro día a día, desde la oficina hasta nuestras interacciones más fugaces en la calle, la calidad de nuestras relaciones y la capacidad de colaborar con los demás son fundamentales. Pero, ¿qué papel juegan realmente esas pequeñas muestras de cortesía en este complejo entramado social?
Ahora, una nueva investigación en el campo de la psicología social está arrojando luz sobre el poder de algo tan fundamental como la amabilidad cotidiana. Un estudio reciente, realizado por investigadores de la Universidad SWPS en colaboración con la Universidad de Tel Aviv y publicado en la revista Social Psychology, ha descubierto que gestos tan sencillos como utilizar un tono de voz cálido, ofrecer una sonrisa genuina o practicar la escucha activa no solo nos hacen sentir mejor, sino que pueden mejorar significativamente el trabajo en equipo y aumentar nuestra disposición a cooperar.
El estudio sugiere que estos actos, a menudo subestimados, fortalecen la conexión social entre las personas –un sentimiento de cercanía y pertenencia–, que actúa como un puente crucial hacia una colaboración más efectiva. Este hallazgo podría tener implicaciones importantes para mejorar las dinámicas en entornos laborales, educativos e incluso en nuestras comunidades, demostrando que la amabilidad es mucho más que un simple rasgo de cortesía: es una herramienta poderosa para construir puentes y fomentar el éxito colectivo.
Beneficios tangibles de la amabilidad
Olga Białobrzeska, doctora en Psicología de la Facultad de Psicología de la Universidad SWPS en Varsovia y coautora del estudio, señala que:
"Estudios previos han demostrado que estos actos de amabilidad, aparentemente insignificantes, ofrecen numerosos beneficios, tanto para quienes los reciben como para quienes los manifiestan. Se traducen en un mayor bienestar, una mayor satisfacción con las relaciones y una percepción más profunda del sentido de la vida."
Quienes actúan de manera amigable experimentan un mayor sentido de pertenencia y son menos propensos a luchar contra la soledad o la depresión. Además, la amabilidad puede incrementar el capital social, fortaleciendo los lazos sociales y, por ende, la inclinación a colaborar.
Amabilidad y cooperación
En el más reciente estudio, liderado por Olga Białobrzeska y Aleksandra Cisłak-Wójcik de la Universidad SWPS, junto con Ilan Roziner de la Universidad de Tel Aviv, se buscó expandir hallazgos anteriores, investigando si la práctica de la amabilidad puede construir capital social, y específicamente, aumentar la propensión a cooperar mediante el fortalecimiento de los vínculos sociales.
El documento que describe este estudio, titulado “Niceness Fosters Cooperativeness Through Social Connectedness” (La Amabilidad Fomenta la Cooperación a través de la Conexión Social), fue publicado en la revista Social Psychology.
Cómo la amabilidad se traduce en cooperación
Białobrzeska y su equipo realizaron dos estudios para examinar la conexión entre la amabilidad y la cooperación:
- En el primero, 463 participantes (entre 18 y 67 años) respondieron a afirmaciones diseñadas para evaluar su tendencia a mostrar amabilidad cotidiana. Por ejemplo, se les presentaban declaraciones como: “Al pagar en una tienda, me aseguro de usar un tono de voz cálido o dar las gracias sinceramente para que la experiencia sea agradable para la persona que trabaja allí”. También se evaluó su sentido de conexión social y sus actitudes hacia la cooperación.
- En el segundo estudio, los investigadores buscaron probar el efecto causal de la amabilidad en la disposición a cooperar, manipulando el comportamiento de los participantes. En este caso, 164 estudiantes de primer año fueron divididos en 52 equipos de trabajo y asignados aleatoriamente a una de dos condiciones: amabilidad o control.
A los participantes asignados a la condición de "amabilidad", se les pidió que actuaran de manera amable con los demás durante el trabajo en equipo. Esto implicaba:
- Preocuparse por el bienestar de los demás.
- Sonreír.
- Utilizar un tono de voz cálido.
- Escuchar activamente las ideas de los demás.
- Crear un ambiente de trabajo agradable para que todos se sintieran cómodos.
En contraste, a los participantes en la condición de "control" se les instruyó para que se centraran en la tarea en sí, en lugar del bienestar de los demás en el grupo. Esto podía manifestarse a través de:
- Una expresión facial enfocada.
- Un tono de voz neutral o asertivo.
- Una limitación en la cantidad de sonrisas y bromas.
Beneficios directos y a largo plazo
Los investigadores observaron que la amabilidad hacia los compañeros de equipo resultó en una mayor satisfacción con el trabajo en equipo y una actitud más positiva hacia la cooperación en general, en comparación con simplemente centrarse en la tarea. Esto se asoció con un sentimiento de conexión social. Estos hallazgos demuestran que la amabilidad es beneficiosa no solo de manera directa e inmediata, sino también indirectamente, al fortalecer la conexión social y, en consecuencia, aumentar la cooperación.
Białobrzeska enfatiza que:
"Resulta que gestos relativamente pequeños y simples, como sonreír a los demás o usar un tono de voz cálido, pueden traducirse en efectos a mayor escala."
Por lo tanto, esta investigación ofrece implicaciones prácticas para instituciones educativas, lugares de trabajo, organizaciones sociales, políticas y comerciales, sobre cómo mejorar el capital social.
Amabilidad vs. debilidad
Si bien la amabilidad generalmente se considera una virtud, existen algunas creencias comunes negativas al respecto. Por ejemplo, puede percibirse como un signo de debilidad, falta de confianza y, en general, un rasgo que entra en conflicto con la asertividad. Esto puede llevar a las personas a descuidar la amabilidad en situaciones que requieren eficiencia. Sin embargo, los resultados de Białobrzeska y su equipo sugieren que la amabilidad y el desempeño eficaz no son necesariamente contradictorios; todo lo contrario: ser amable puede motivar a las personas a trabajar hacia un objetivo común.
Fuentes y recursos de información
Bialobrzeska, O., Roziner, I., & Cislak, A. (2024). Niceness Fosters Cooperativeness Through Social Connectedness. Social Psychology, 55, (6), 306-315. DOI: 10.1027/1864-9335/a000568









