¿Por qué tendemos a creer más las mentiras de los amigos según la neurociencia?

La actividad cerebral compartida entre amigos predice el éxito del engaño, sugiriendo que las relaciones cercanas influyen en la evaluación de la verdad.

¿Por qué tendemos a creer más las mentiras de los amigos según la neurociencia?
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Investigadores han explorado cómo procesamos el engaño proveniente de amigos en comparación con el de desconocidos. Empleando neuroimágenes, examinaron la toma de decisiones en escenarios de ganancia y pérdida. Los voluntarios fueron más propensos a creer las falsedades en situaciones que prometían recompensas. Esta inclinación se vinculó con la actividad cerebral en circuitos relacionados con el riesgo, la recompensa y la comprensión de intenciones.

La actividad cerebral compartida entre amigos predijo el éxito del engaño, lo que subraya cómo las relaciones cercanas influyen en la evaluación de la verdad. Los hallazgos sugieren que la amistad puede sesgar al cerebro a creer las mentiras, especialmente cuando existen beneficios potenciales.

El procesamiento de la información social y la detección del engaño

Detectar las mentiras implica procesar información social compleja. Un estudio se propuso investigar los mecanismos detrás del procesamiento de la información social y la evaluación de la honestidad. Además, se buscó determinar si el cerebro procesa esta información de manera diferente según si proviene de un amigo o de un desconocido.

Yingjie Liu, de la Universidad del Norte de Ciencia y Tecnología de China, dirigió un estudio para examinar cómo las personas evalúan diferentes tipos de información proveniente de amigos o extraños.

Neuroimágenes y comunicación interpersonal

Tal y como se presenta en su artículo del Journal of Neuroscience, los investigadores utilizaron una técnica de neuroimagen en 66 voluntarios sanos. Estos voluntarios se comunicaron a través de pantallas de ordenador, sentados uno frente al otro.

Cuando la información comunicada conducía a beneficios para la pareja, esto se consideró una "ganancia". Del mismo modo, una consecuencia negativa para ambos se catalogó como una "pérdida".

Rui Huang, autor colaborador, explicó: "La razón principal por la que elegimos los contextos de 'ganancia' y 'pérdida' es que ilustran cómo las personas ajustan la toma de decisiones en respuesta a posibles recompensas o castigos." Es decir, las personas modulan sus decisiones dependiendo de si hay algo que ganar o perder.

La influencia del contexto en la credibilidad

Los participantes creyeron las mentiras con mayor frecuencia en los contextos de "ganancia". Esto se vinculó a la actividad en las áreas cerebrales asociadas con la evaluación del riesgo, la recompensa y la comprensión de la intención del otro.

Curiosamente, cuando el emisor de la información era considerado un amigo, se observó una actividad cerebral compartida que variaba según el contexto. Los contextos de "ganancia" incrementaron la sincronía en una región cerebral relacionada con la recompensa, mientras que los contextos de "pérdida" aumentaron la sincronía en una región de evaluación del riesgo. Esta sincronía indicaba una mayor conexión entre los cerebros de los amigos.

De hecho, los investigadores pudieron utilizar esta actividad cerebral compartida entre pares amistosos para predecir si una persona sería engañada con éxito.

Según los investigadores, este trabajo sugiere que las personas pueden ser más propensas a creer las mentiras cuando prometen el potencial de una "ganancia".

Además, apunta a la actividad cerebral involucrada en el procesamiento de la información social entre amigos, lo que puede hacer que las evaluaciones de la veracidad sean menos precisas. En resumen, la amistad, aunque valiosa, puede nublar nuestro juicio y hacernos más susceptibles al engaño, especialmente cuando se vislumbran recompensas.

Fuentes y recursos de información

News, N. (2025, September 15). Brain Circuits Show Why Friends’ Lies Are Easier to Believe - Neuroscience News. Neuroscience News.