El malestar mas difundido junto con la distimia
La soledad podría ser fácil el mayor miedo de nuestra actual especie, somos seres sociales que quieran o no necesitan de la compañía y la retroalimentación de los demás, pero ¿Cuándo puedes considerarse que estamos solos?
Estar solo podría considerarse una mera casualidad en el espacio y el tiempo, sin embargo, donde arraiga ese profundo miedo es en el sentimiento, sentirse solo es fácil el nuevo miedo más extendido después de la muerte, y, los cuales ignoramos porque es más fácil anularlos que convivir con la disonancia que provoca aguantarlos.
Sentirse solo aun si estas rodeado de gente, miedo a no encajar, es un miedo que automáticamente siempre se va respondiendo a sí mismo, es difícil encontrarte a una persona que no lo ha sentido, camuflado de miedo al rechazo, todos en algún momento de la vida nos hemos visto en esa situación:
- Cuando en la clase al pedir un trabajo en grupos nadie te coge como compañero
- Cuando te mudas a un sitio nuevo y no conoces a nadie
- El despido en un trabajo en el que te estas esforzando por dar lo mejor de ti
- Un divorcio
Estas situaciones, se vuelven mucho más agresivas con la adultez y es que es muy complicado hacer amigos cuando eres mayor, la mayoría de círculos ya están cerrados y aunque alguno preste su mano para aparentemente darte una posición, la realidad es que difícilmente vas a poder engranar con las particularidades de ese grupo de amigos, es un rechazo de buenos modales. Aun así, el ser humano es adaptativo y estas situaciones se acaban superando, a no ser que sean muy impactantes.
El grueso de este contexto está en el momento en que no se supera, ese momento en el que entramos en un círculo vicioso en el que puedes llegar a la conclusión de que todos estamos de alguna u otra forma solos, en el fondo, solo puedes saber cómo piensas tú mismo y como buscamos asociaciones similares a nosotros, acabamos confirmando nuestra teoría con otro “chalao” que piensa igual que nosotros, aunque sea una construcción psicológica irreal.
Últimamente, comentando esto con varias personas de mi entorno todos me dan esa misma respuesta. ¿Acaso estamos solos? Si interiorizamos tanto ese concepto, (que incluso uno me ha llegado a comentar que es normal) la soledad que se siente es opresiva.
Si analizamos un poco los ejemplos que he puesto antes nos daremos cuenta que comparten el sentimiento de ser rechazado, y este, en definitiva, es la semilla que desencadena nuestro mayor miedo, estar solos y olvidados.
Sentirse solo es uno de los males más frecuentes entre los jóvenes, se podría decir que es como una epidemia psíquica, es curioso como los más jóvenes empiezan a sentirse más solos que los ancianos, es como si el mundo estuviera plegándose.
Es como estar en una habitación en la que ni quieres ni puedes salir, no queremos exponernos a los demás porque eso nos hace vulnerable y no nos gusta el sentimiento que nos provoca eso, la idea de lo que es relacionarse con otros empieza a distorsionarse y ser ambigua porque no quieres que te deje indefenso, podría parecer un método de defensa pero a la larga carece de sentido, puede que esta sea la clave, empezamos a ver nuestras relaciones como vacías, artificiales o, en el mejor de los casos, superficiales.
Una señal de que no se está siendo sinceros son las típicas personas que siempre muestran su mejor cara y siempre están de risa, que por otra parte somos todos, acostumbrados a convertir nuestra vida en una fachada, lo único que se consigue es tratar tus relaciones de forma artificial, y a la larga, desatar conexiones y generar el sentimiento de soledad, capaz de destruirte por dentro.
Físicamente la soledad también puede ser devastadora, llegando a somatizar generando varias patologías tales como, enfermedades cardiovasculares, efectos inmunosupresores, aumento de la tensión y por último puede aumentar el riesgo de una muerte prematura.
Cuando el sentimiento de soledad se intensifica, la persona puede sentir un caldo de emociones como vergüenza, asco, odio...
Especialmente esta última emoción se dará en forma de respuesta al odio que la persona víctima de su propio yo cree percibir, esto genera una ansiedad que se resolverá aislándote más y más del mundo.
La idea que queremos transmitir es que, en la mayoría de casos, la soledad es una construcción propia que nos hemos hecho a base de limitar nuestras propias emociones, quizás víctimas de una sociedad que se configura de esa forma, para nada reprochable en cualquier caso, pero muy pernicioso para la salud, física y mental.
Para nada digo que tengas que ir con el lirio en la mano, socialmente ir a cara descubierta es un suicidio, solo se sugiere que deberíamos acceder mas a menudo a mostrarle al mundo que somos mas vulnerables de lo que nos gustaría, pero ¿a quien no?