La terapia de activación conductual: un enfoque conductual integrado para el tratamiento de la depresión

Terapia de Activación Conductual: una técnica de psicoterapia basada en la reestructuración cognitiva para el tratamiento de la depresión y otros trastornos emocionales.

Por: Mario Arrimada Fernández

Terapia de activación conductual
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Las personas, cuando se encuentran con un estado de ánimo bajo, tienden a perder el placer o el interés por actividades que antes suponían una fuente de gratificación, siendo necesario que un profesional de la salud mental les guíe para retomar aquellas actividades que han dejado de hacer o que realizan con menor frecuencia.

La terapia de activación conductual se utiliza en psicoterapia con el fin de ayudar a personas en su estado de ánimo a través de la programación de diferentes tareas y ejercicios (por ejemplo, planificación de actividades reforzantes, solución de problemas, etc.).

En el presente artículo, vamos a explicar más detalladamente en qué consiste esta terapia y para ello veremos cuáles son las técnicas más utilizadas en esta modalidad de psicoterapia.

¿En qué consiste la terapia de activación conductual?

Los orígenes de la terapia de activación conductual se remontan a las investigaciones llevadas a cabo por Neil Jacobson y sus colaboradores (1996), a través de las cuales pudieron observar que los pacientes obtenían mejorías gracias a las tareas realizadas por medio de la activación conductual.

Estos resultados fueron similares a los obtenidos mediante la terapia cognitiva (Rodríguez, 2019). Por otro lado, cabe mencionar que la terapia de activación conductual fue también investigada por Lejuez y sus colaboradores en sus inicios.

Una de las premisas de la terapia de activación conductual es que, para mejorar el estado de ánimo de las personas que se encuentran decaídas, necesitarán llevar a cabo actividades que puedan resultarles agradables y gratificantes, con el fin de que el contexto en el que se desarrollan pueda brindarles un reforzamiento positivo.

Desde esta visión, la depresión no sería vista básicamente como una entidad diagnóstica, sino como el resultado de unos patrones de aprendizaje previos que fueron desadaptativos o una manera de responder ante la falta de estímulos, incentivos y refuerzos en el ambiente en el que dichos aprendizajes se fueron desarrollando.

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Por lo tanto, los profesionales que han desarrollado esta modalidad terapéutica parten de la hipótesis de que las personas que desarrollan depresión utilizan a largo plazo diferentes estrategias poco adecuadas o incluso erróneas a la hora de afrontar retos o cambios importantes a lo largo de su vida.

De esta manera, lo que acaba ocurriendo es que terminan por evitar cualquier contexto o situación que consideren que podría llegar a causar malestar.

Técnicas más utilizadas desde la terapia de activación conductual

En base a lo que se ha comentado anteriormente sobre la visión que se tiene del desarrollo de la depresión desde la perspectiva de la terapia de activación conductual, sus investigadores proponen como principio fundamental de esta terapia que para poder mejorar el estado de ánimo, hay que moverse y actuar.

En otras palabras, si una persona se encuentra con un estado de ánimo decaído, debe actuar y no esperar a estar bien para llevar a cabo las tareas del día a día. De esta forma, se logran cambios positivos desde fuera hacia dentro (Martell, Dimidjian & Herman-Dunn, 2013).

Por ello, desde la activación conductual se empieza por tratar de motivar a los pacientes para de que aumenten sus niveles de actividad con el fin de que mejore su estado de ánimo a través de la puesta en práctica de actividades agradables y, sobre todo, reforzantes.

También es importante entrenar a los pacientes en habilidades que permitan solucionar sus problemas del día a día para que en adelante sean capaces de enfrentarse de manera adecuada a situaciones estresantes y/o problemáticas.

Para conseguir esos objetivos, el psicoterapeuta o psicólogo debe encargarse de construir una buena relación terapéutica que permita que los pacientes se muestren colaborativos y para ello utiliza la aceptación, la sinceridad, la validación y la cordialidad, actuando como si fuera un entrenador que se encarga de ayudar a su paciente a trabajar en diferentes objetivos.

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En el camino hacia la consecución de los objetivos planteados, el psicólogo servirá de apoyo al paciente para que pueda enfrentarse a cualquier percance que pueda surgir y solucionarlo de la mejor manera posible (Rodríguez, 2019).

Por lo tanto, algunas de las técnicas más utilizadas desde el modelo de terapia de la activación conductual serían las siguientes:

  • Planificación de actividades diarias.
  • Solución de problemas.
  • Manejo de contingencias.
  • Trabajo de conductas de evitación.
  • Trabajo con las rumiaciones mentales.

Fuentes y recursos de información

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  • Feixas, G. y Miró, M. T. (2002).  Aproximaciones a la psicoterapia. Barcelona: Paidós.
  • Martell, C., Dimidjian, S. & Herman-Dunn, R. (2013). Activación conductual para la depresión: una guía clínica. Bilbao: DDB.
  • Rodríguez, A. (2017).  Introducción a las psicoterapias: modelos clásicos y contemporáneos. España: publicación independiente.
  • Rodríguez, A. (2019).  Manual de psicoterapias: teoría y técnicas. Barcelona: Herder.
Mario Arrimada Fernández

Graduado en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) y con un Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX). También cuenta con formación especializada en diversas áreas de la salud mental, cabiendo destacar el Máster en Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental (UDIMA), y varios cursos como el de Experto Universitario en Trastornos de la Conducta Alimentaria (UEMC), Experto en Mindfulness para profesionales de la salud (UDIMA), Experto en CIE-11 y DSM-5 (UDIMA) o Experto en Trastornos de la Personalidad (AEFDP), entre otros.