Una investigación ha demostrado una consistente asociación entre la supresión de emociones positivas, pero no de las negativas, y un menor bienestar, independientemente de la cultura. Esto sugiere que el impacto de la supresión emocional en nuestro bienestar podría depender del tipo de emoción reprimida. La investigación fue publicada en Affective Science y arroja luz sobre este complejo fenómeno.
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El impacto silencioso de reprimir la alegría
Muchas personas reprimen habitualmente la expresión externa de sus emociones. Diversas culturas desaconsejan mostrar ciertas emociones en público, considerándolas inapropiadas. Los hombres, en particular, a menudo se enfrentan a la expectativa de evitar mostrar sus emociones, asociándose a menudo la expresión emocional masculina, especialmente la negativa, con cualidades negativas.
Tradicionalmente, la supresión de la expresión emocional se ha considerado perjudicial para la salud mental y se ha asociado con un menor bienestar. Se argumenta que esta supresión puede generar sentimientos de inautenticidad, contradiciendo el deseo de ser genuino y expresar libremente nuestro yo auténtico. Además, requiere un considerable esfuerzo cognitivo, lo que lleva a muchos investigadores a considerarla un indicador de un mal funcionamiento emocional.
Estudios que exploran la supresión de emociones positivas y negativas
Sin embargo, el Dr. Chen-Wei Yu y sus colegas plantean una hipótesis más matizada: podría ser específicamente la supresión de las emociones positivas la que disminuye el bienestar, no la de las negativas. Para investigar esto, llevaron a cabo tres estudios que exploraron si las tendencias a suprimir emociones negativas y positivas son características personales distintas y cómo estas tendencias se relacionan con diversos aspectos del bienestar.
El primer estudio analizó tres conjuntos de datos taiwaneses con información de 479 jóvenes adultos. Se utilizaron el Cuestionario de Regulación Emocional (una evaluación de las estrategias de regulación emocional) y diversas medidas de bienestar.
El segundo estudio analizó dos conjuntos de datos de contextos culturales diferentes: uno del Estudio Nacional de Desarrollo en la Vida Media de Estados Unidos (MIDUS) y otro del Estudio del Resfriado de Pittsburgh, que examina los efectos de la exposición al virus del resfriado común en adultos estadounidenses sanos.
Estos conjuntos de datos también incluían respuestas al Cuestionario de Regulación Emocional y una variedad de medidas de bienestar. Finalmente, el tercer estudio incluyó 250 participantes estadounidenses reclutados a través de Prolific y 205 de Taiwán, utilizando el mismo cuestionario de regulación emocional (con modificaciones menores para mejorar la redacción) y una evaluación del bienestar.
La supresión de lo positivo, un factor clave
Los resultados del primer estudio mostraron que los individuos tienden a suprimir sus emociones negativas con más frecuencia que las positivas. Si bien existe una asociación entre la supresión de emociones positivas y negativas, esta es moderada, indicando que los individuos a menudo aplican diferentes niveles de supresión a cada tipo de emoción.
Sorprendentemente, la supresión de emociones positivas, pero no la de las negativas, se asoció con un menor bienestar. El segundo estudio confirmó estos hallazgos, mostrando solo una asociación moderada entre la supresión de emociones positivas y negativas.
Nuevamente, solo la supresión de emociones positivas se relacionó con un menor bienestar. El tercer estudio replicó estos resultados tanto en Taiwán como en Estados Unidos, mostrando la consistencia de los hallazgos a través de diferentes culturas.
En resumen, el estudio concluyó que: la supresión de emociones positivas se realiza con menor frecuencia y es menos integral a las tendencias generales de supresión; ambas formas de supresión están moderadamente correlacionadas; y solo la supresión de emociones positivas, no la de las negativas, predice un menor bienestar.
Más allá de los autoinformes
Este estudio arroja luz sobre los vínculos entre la supresión emocional y el bienestar. Sin embargo, es importante destacar que se basa únicamente en autoinformes, lo que deja margen para sesgos en los resultados.
Además, el diseño de los estudios no permite establecer conclusiones causales. Se requiere investigación futura para comprender completamente la compleja interacción entre la supresión emocional, el tipo de emoción suprimida y el bienestar subjetivo.
Fuentes y recursos de información
Yu, C.-W. F., Haase, C. M., & Chang, J.-H. (2023). Habitual Expressive Suppression of Positive, but not Negative, Emotions Consistently Predicts Lower Well-being across Two Culturally Distinct Regions. Affective Science, 4(4), 684–701. DOI: 10.1007/s42761-023-00221-1