Sueños fragmentados, el enigma de la disociación y los sueños incoherentes

La falta de coherencia en los sueños puede estar relacionada con experiencias de disociación, lo que podría tener implicaciones importantes para comprender y tratar esta condición.

Imagen generada por IA representa el concepto de un sueño y la disociación del yo.

Un estudio reciente, publicado en la revista Consciousness and Cognition, ha revelado una fascinante conexión entre las experiencias oníricas y los síntomas disociativos. Este trabajo arroja luz sobre cómo la alteración de los patrones del sueño y la coherencia de los sueños pueden influir en el sentido de sí mismo de una persona.

Los investigadores descubrieron que el contenido y la estructura de los sueños, particularmente la estabilidad de la perspectiva en primera persona y la coherencia narrativa, pueden predecir las tendencias disociativas. Estos hallazgos sugieren que las alteraciones en el sueño REM podrían contribuir a las experiencias disociativas, con implicaciones potenciales para la comprensión y el tratamiento de los síntomas relacionados.

La Desconexión con la Realidad

La disociación, a menudo descrita como un desapego de la realidad o del propio sentido del yo, es un fenómeno complejo que puede manifestarse como despersonalización, lacunas de memoria o un sentido fragmentado de la identidad. Suele asociarse con traumas, pero sus mecanismos subyacentes siguen siendo poco conocidos.

Investigaciones previas han sugerido una posible relación entre la disociación y las alteraciones del sueño REM, la fase del sueño asociada con los sueños vívidos. Las alteraciones del REM, como las pesadillas, la parálisis del sueño o la actuación de los sueños, son frecuentemente reportadas por individuos con altos niveles de disociación.

Sin embargo, el papel específico de las características de los sueños en la predicción de los rasgos disociativos no se había examinado a fondo. El autor principal, John Balch, y sus colegas, se propusieron investigar si la coherencia del contenido de los sueños y otros aspectos fenomenológicos del soñar podrían ofrecer información sobre los síntomas disociativos.

El estudio reclutó a 219 participantes adultos a través de plataformas en línea, asegurando una muestra diversa en términos de edad, género y nivel socioeconómico. Para evaluar los síntomas disociativos, los participantes completaron la Escala de Experiencias Disociativas (DES), una medida ampliamente utilizada de la disociación. Según sus puntuaciones, los participantes se dividieron en grupos de alta y baja disociación. El grupo de alta disociación obtuvo una puntuación superior a 30 en la DES, un umbral a menudo asociado con síntomas disociativos clínicamente significativos.

Además de completar encuestas sobre la calidad del sueño, la angustia por pesadillas y las creencias paranormales, un subconjunto de participantes participó en un estudio domiciliario de dos semanas. Esto implicó usar una diadema equipada con sensores de EEG para registrar los patrones del sueño REM y llevar un diario de sueños. A los participantes se les pidió que describieran sus sueños en detalle cada mañana, y el contenido se analizó en busca de coherencia, estructura narrativa y uso de la perspectiva en primera persona.

Balch y sus colegas emplearon herramientas lingüísticas computacionales para evaluar los informes de los sueños, centrándose en la coherencia dentro de los sueños individuales y entre noches consecutivas. Las medidas incluyeron el uso de pronombres en primera persona, el flujo lógico de las narrativas y la consistencia semántica. Al examinar estos factores, los investigadores buscaron identificar patrones que pudieran distinguir a las personas con alta disociación de aquellas con niveles más bajos de disociación.

Un Sueño que Refleja la Fragmentación del Yo

Los resultados mostraron varias diferencias clave entre los grupos de alta y baja disociación en términos de patrones de sueño y experiencias oníricas. Los participantes del grupo de alta disociación informaron de una mayor angustia por las pesadillas y exhibieron niveles más altos de alteraciones relacionadas con el REM, como comportamientos de actuación de sueños y sueños lúcidos. Cabe destacar que sus sueños se caracterizaron por una menor agencia en primera persona, narrativas fragmentadas y menor coherencia entre informes de sueños consecutivos.

Uno de los hallazgos más significativos fue que la coherencia onírica, tanto dentro de un solo sueño como a lo largo de varias noches, predijo las tendencias disociativas. Los participantes cuyos sueños mostraban una estructura fragmentada o caótica tenían más probabilidades de informar síntomas disociativos. Por ejemplo, la falta de continuidad en los temas de los sueños y un uso inconsistente de la perspectiva en primera persona se asociaron fuertemente con puntuaciones más altas en la DES. Estos patrones sugieren que la disociación puede implicar una interrupción en la capacidad del cerebro para mantener un sentido estable del yo, tanto durante el sueño como durante la vigilia.

El estudio también identificó tiempos de inicio del sueño prolongados en el grupo de alta disociación, lo que los investigadores atribuyeron a comportamientos de evitación del sueño impulsados por el miedo a los sueños angustiosos. Curiosamente, aunque los participantes con alta disociación mostraron porcentajes ligeramente más altos de sueño REM, la diferencia no fue estadísticamente significativa. Este hallazgo desafía las suposiciones sobre la duración del REM y destaca la necesidad de centrarse en la calidad y la fenomenología de las experiencias REM, en lugar de solo en la cantidad.

Conclusiones

Investigaciones futuras podrían ampliar estos hallazgos incorporando muestras más grandes y diversas, así como diseños longitudinales para rastrear los cambios en la disociación y las características de los sueños a lo largo del tiempo. Los investigadores también sugirieron explorar intervenciones que se dirijan a la coherencia onírica, como el entrenamiento en sueños lúcidos o las terapias cognitivo-conductuales, como posibles tratamientos para los síntomas disociativos.

Fuentes y recursos de información

Balch, J., Raider, R., Keith, J., Reed, C., Grafman, J., & McNamara, P. (2024). Sleep and dream disturbances associated with dissociative experiences. Consciousness and Cognition122, 103708–103708. DOI: 10.1016/j.concog.2024.103708