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Luchando frente a la huella psicológica del COVID-19

La salud mental durante el COVID-19

La pandemia ha provocado una gran incertidumbre en todos nosotros debido a las consecuencias imprevisibles de una enfermedad totalmente desconocida hasta ahora. El COVID-19 ha influido además directamente en el plano psicológico afectando, sin ninguna duda, en el aspecto emocional, tanto como los que lo han vivido en primera persona en hospitales y centros de salud, como los que nos hemos quedado en casa viendo a través de la televisión datos aterradores sobre el número de fallecidos día a día.

Síntomas psicólogos provocados por el COVID-19

La salud mental en la población se ha visto claramente mermada mostrando una serie de síntomas, los cuales son comunes en la mayoría de los pacientes que acuden a un gabinete psicológico. A continuación, contamos cuáles son los más comunes:

Aumento de los síntomas depresivos

El largo confinamiento, la preocupación por nuestra propia salud o por la de nuestros queridos y que la pandemia haya afectado de alguna manera a nuestra situación económica han sido los factores que han aumentado los casos de depresión. Además, las personas que no han podido despedirse estos días de sus familiares o amigos genera una ansiedad máxima ante la impotencia provocada por la situación. No hay que olvidar que, una vez más, la situación social implica grandes fronteras entre unos pacientes y otros implicando distinta sintomatología.

Incremento de la ansiedad

Este síntoma consecuencia de la depresión ha sido otro factor que ha incrementado durante la pandemia en pacientes que han tenido contacto con infectados y/o por una sobreexposición a las terribles noticias durante estos Es importante vigilar que la ansiedad no se cronifique pudiendo generar otras enfermedades mentales graves.

Aparición del estrés postraumático

Han aparecido ciertos síntomas relacionados directamente con este estrés tan característico que se asociaba con víctimas o veteranos de guerra que habían experimentado una experiencia o situación muy grave. Ahora se asocia con aquel personal de hospital que lucha a diario con el virus, lo que le acarrea insomnio, síntomas disociativos de la realidad… Además, sufren lo que se llama el miedo altruista que tiene que ver con el entono laboral y el que lleva a preguntarse a estos médicos si han hecho o no todo lo posible por ayudar a pacientes y compañeros al acabar la jornada. En definitiva, cuentan con una pesada carga emocional de la que no han sido capaces de librarse debido a las sucesivas olas.

Fuerte incertidumbre ante el futuro

Sobre todos los jóvenes lo sufren, debido a que han sido los más afectados por las repercusiones económicas, los efectos del paro… Ya visto en otras crisis

Miedo a la infección

Ello ha provocado más síntomas como una rutina obsesiva de higiene de uno mismo y de todos los objetos. Y consecuencia aún más directa y terrible, el conocido como síndrome de la cabaña convirtiendo el hogar en el único lugar seguro y sintiendo un miedo atroz a

Carencia de sueño

Debido a la fuerte incertidumbre por el fuerte y las consecuencias desconocidas de la enfermedad, se tiende a dormir menos por todas las preocupaciones que por la noche nos

Aumento del consumo de alcohol y tabaco

Ante la evidencia de que esta pandemia escapa de nuestro control, muchos han decidido aumentar su consumo en ciertas sustancias que, no solo agravan el problema, sino que están generando que aumenten las adicciones a estas sustancias. También el pasar mucho tiempo en casa, ha hecho que, sobre todo la población más joven, se enganche de una manera muy perjudicial a juegos online, aumentando de igual manera la adicción al

Soluciones a estos problemas: Acudir al psicólogo

Hay que ponerse manos a la obra para mejorar nuestro sistema sanitario en relación a la salud mental. Lo primero de todo mejorar el acceso a psicólogos a la población adulta, y más grupos de riesgo, con el fin de paliar las consecuencias de la pandemia.

Los expertos aseguran que a nivel individual también podemos cuidar nuestra salud mental, realizando pequeñas acciones como descansar, mantener hábitos de alimentación saludables, limitar las noticias que consumimos día a día, y, sobre todo, saber cuándo hay que acudir a un profesional.

Puedes incluir en tu rutina diaria, además, el objetivo de mejorar tu capacidad de resiliencia, es decir, intentar ser más flexible e ir adaptándose a la situación, por ejemplo, practica actividades de ocio que te gusten o retoma los hobbies que tenías abandonados, en lugar de estar 24/7 pegado a la televisión o a las redes sociales. Centrándote más en los aspectos positivos de la situación, en vez en una continua información.

También gracias al acceso a las tecnologías pacientes que no podían acudir a sus correspondientes terapias, han visto una salida en las visitas telefónicas o gracias a distintas aplicaciones en el ordenador para seguir teniendo ese apoyo psicológico que tanto necesitan en estos momentos complicados.

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El contenido de este artículo presenta la opinión o punto de vista de su autor(a), ha sido sometido a revisión editorial para que se ajuste a la realidad y seriedad del tema tratado, se publica en aras de la libertad de expresión y del conocimiento y no necesariamente reflejan la opinión o punto de vista de actualidadenpsicologia.com.