Cuando vemos una película, la forma en cómo ésta está contada influye claramente en nuestra percepción e interpretación. Lo que más cuenta es el montaje de los planos, por ejemplo, una escena puede transformarse mostrando una imagen poco feliz al principio y a continuación, la visualización de una persona llorando nos desemboca irremediablemente en un sentimiento de tristeza.
Toda esta sucesión de planos está estratégicamente planificada y trabajada desde el montaje. Así pues, es tal el poder del discurso fílmico, que, compuesto de variables narrativas potentes, es capaz de generar emociones ayudado del montaje cinematográfico.
En este artículo prestaremos atención a la forma en cómo el montaje interacciona con las emociones y los sentimientos y cómo puede transformarlos, qué papel toma la psicología y cuáles son los fundamentos psicológicos del montaje.
En este artículo encontrarás:
¿Cómo influye el montaje en la interpretación de una historia?
Los fotogramas y escenas que componen una película cuando son tratados de forma aislada pueden carecer de sentido, pero cuando se encajan con el montaje cobran plenamente sentido en la mente del espectador. Así pues, se pueden reforzar las sensaciones que desean transmitirse con una imagen o el uso de la música logrando enfatizar un sentimiento de alegría o tristeza.
Estas asimilaciones que realiza el cerebro automáticamente sin darse cuenta de que existe una manipulación a través del montaje audiovisual, son los fundamentos psicológicos del montaje.
El montaje tiene un carácter dialéctico: cada toma presenta un elemento que tiene su respuesta en la toma siguiente. Se genera una tensión psicológica en el espectador que debe ser satisfecha por la continuidad de tomas posteriores; funcionando cada toma en sí misma como una unidad, pero incompleta. Es por lo que el montaje le da forma a cada una de esas partes, creando una línea argumental de conjunto.
Entre la información que nos aporta el montaje en una película y que puede “condicionar” la interpretación de la película por parte de espectador se encuentra la siguiente:
- La historia: con el montaje se puede cambiar la composición de las tomas, cambiando el orden temporal de tal forma que incluso se pueden cambiar las posibles consecuencias de los eventos que se cuentan.
- La trama: el montaje puede alterar esta historia de forma que se distorsiona el guion o la idea original, dando una nueva significación a las escenas. Este punto es en los que más juego da el montaje.
- El espacio: el lugar donde se desarrollan las escenas en particular y la película se pueden cambiar, alterando la ubicación en la mente de la audiencia. Por ejemplo, los giros en los espacios pueden causar sorpresa o confusión al espectador…
- El sonido: este recurso es de los que más pueden condicionar la interpretación de la película al tener mucho poder de persuasión. Por ejemplo, en una película de terror, un sonido aterrador nos puede hacer estremecer antes incluso de que aparezca la escena que causará esa emoción. Del mismo modo que el silencio puede causar sentimientos de angustia o desolación.
En todo caso, continuamos prestando atención a uno de los recursos del montaje audiovisual que más pie ha dado en la sintaxis fílmica y en la interpretación psicológica de las escenas.
Efecto Kuleshov
El efecto Kuleshov es uno de los experimentos más famosos a nivel internacional que demostró la importancia del montaje cinematográfico. Lev Kuleshov, demostró como la manipulación del contexto puede alterar la percepción de la audiencia sobre la expresión facial del actor a través de pensamientos y sentimientos.
Así pues, al ver una película el espectador participa activamente en el proceso de creación de significados con su propia interpretación de las imágenes, de forma que cuando ve una película no se limita al visionado simplemente, sino que proyecta sus propias emociones en la cara del actor basándose en cánones de representación de las expresiones.
La interpretación que la audiencia da a esa sucesión de imágenes es rápida, inconsciente y casi automática. En relación con cómo se interpretan, la psicología perceptual explica cómo la yuxtaposición consecutiva de imágenes, indica para la gran mayoría que las tomas están relacionadas.
A continuación, se puede ver como el montaje de negativos de Lev Kuleshov en tres combinaciones diferentes, provocó tres sentimientos enfrentados entre el público que visualizó su experimento:
La primera representa el hambre. En un primer plano se muestra un plato de sopa, seguidamente, aparece la cara del protagonista. En la sucesión de ambos planos se sobreentiende que el actor tenía hambre al observar el plato.
La segunda representa la tristeza. De primeras se muestra una niña en un ataúd, a continuación, se repite el mismo plano con la cara del protagonista y el espectador interpreta que le ha surgido un sentimiento de tristeza.
La tercera es la alegría. En ella se utiliza la toma de una niña jugando con un oso de peluche, la cara del actor protagonista, Iván Mozzhujin, protagonista de las escenas en los tres montajes, se interpreta como feliz al presenciar la escena tierna.
En el siguiente vídeo, se puede visualizar cómo fueron las consecuciones de los montajes.
Del mismo modo, el director británico Alfred Hitchcock, explica el efecto Kuleshov.
¿Se pueden crear emociones a través del montaje?
Para poder transmitirle al espectador la realidad o los sentimientos de un personaje se debe trabajar su trama interna mediante el trabajo de las propias emociones. Esto quiere decir que si un especialista en montaje busca plasmar la tristeza entonces debe aproximarse primero a ese sentimiento para poder representarlo mediante los recursos adecuados. A veces, el montaje consigue transmitirle al espectador lo que siente el personaje, pero, en otras ocasiones, no.
Cada persona al ver una película reacciona de distinta manera a determinadas imágenes, algo que resulta evidente puesto que cada uno de nosotros es diferente.
El director puede transmitirnos a través de imágenes y sonidos una serie de impresiones que serán interpretadas de distinta manera en función de cómo sea la psicología de quien mira.
Resulta interesante como analizando películas, podemos llegar a entender qué partes de ellas son las que nos provocan un determinado placer o sentimiento, pero no solo a nosotros como seres individuales sino a miles de personas de forma generalizada. Esto quiere decir que quizás puede llegar a haber determinados patrones que pueden ser utilizados en determinadas secuencias y que no se limiten únicamente a transmitir un mensaje, sino que consigan hacer reaccionar a quien mira de una determinada manera.
Y es aquí donde el montaje cinematográfico, con la Edición y Postproducción de vídeo, toma especial importancia porque al saber qué reacciones provoca, puede ser extrapolable a la composición de otra película, anuncio…sabiendo de primeras que reacción mayoritaria se obtendrá del espectador.
El cine y las emociones del espectador
Las emociones que nos provoca una determinada obra de arte ya llevan a sus espaldas una larga trayectoria, ya que desde los tiempos clásicos la emoción asociada con lo estético era objeto de debate para filósofos como Platón y Aristóteles. Platón manejaba un concepto muy amplio de la belleza, no solo siendo bello aquello que causa admiración a los ojos o a los oídos, sino que abarcaba junto a los valores estéticos, lo cognitivo, lo moral, lo justo… Consideraba que la agitación que provocan las obras de arte podía alterar de forma irracional las respuestas humanas, ya que la belleza no la limitaba únicamente con lo sensorial, y una respuesta emocional a un sentido podía ser no sincera.
Por otra parte, Aristóteles consideraba que las emociones y pasiones a un determinado estímulo conllevaban alteraciones fisiológicas por lo que podríamos sentir dolor y placer.
En definitiva, Platón casi “negaba” esta emoción y Aristóteles la consideraba como la causa de una aflicción o un disfrute.
Pero ¿cómo es la evaluación de los efectos emocionales de las películas, hoy en día?
Existen diferentes análisis para su evaluación en función de en que aspectos se centren, algunos de ellos son los siguientes:
- Los que conceden prioridad a las condiciones subjetivas y ambientales en las que se produce la recepción de la película siguiendo un protocolo hermenéutico .
- Los que centran el foco en el texto postulando un abordaje de la emoción fílmica que atienda a las instrucciones previas que la película propone al espectador.
- Los que comparan la experiencia fílmica con una simulación de la vida en donde se tienen en cuenta los mecanismos psicológicos de cada individuo. (Psicoanalistas).
Ahora bien, para poder comprender los diferentes análisis en profundidad, es preciso comenzar por un acercamiento al concepto de emoción desde el punto de vista de la psicología.
Según la psicología, una emoción se caracteriza por ser una alteración del ánimo con corta duración, pero de mayor intensidad que un sentimiento. Son las causantes de diversas reacciones orgánicas de tipo fisiológico, psicológico o conductual; pudiendo ser innatas o estar influenciadas por experiencias o conocimientos previos. Sin embargo, los sentimientos son las consecuencias de las emociones, siendo más duraderos y pudiendo ser verbalizados.
Desde el punto de vista psicológico, la emoción fílmica, aquella que surge cuando vemos una película, es intransferible siendo plenamente personal. Si bien el montaje puede provocar mediante la planificación una respuesta concreta como hemos visto anteriormente, la emoción en sí que siente cada persona es única.
Así pues, cada persona puede emocionarse de una manera determinada y completamente diferente a otra, por la trayectoria emocional que esta presente, sus estímulos del pasado, clase social…etc. Veamos a continuación, algunas de las teorías utilizadas.
Teoría Psicológica y Teoría Psicoanalítica.
Según el filósofo francés, Edgar Morin, el espectador puede experimentar el visionado de una película como si fuese una regresión, ya que puede identificarse con algunos de sus personajes como un alter ego con el que cree vivir su experiencia.
Es tal el deseo de meterse en la piel del héroe, que el espectador podría mostrar los mismos sentimientos que el protagonista de la película, a través de una identificación plena.
Según el estudio Identificación, Conexión e Influencia en la Experiencia Cinematográfica, de
Josep Sanmartín Cava, cabe distinguir entre la identificación primaria, que se da
cuando el espectador se mimetiza con la cámara, haciendo suya su mirada,
como si estuviera frente a un “espejo”, y la identificación
secundaria, que es la que sucede entre el espectador y los personajes.
Estas ideas surgidas de los estudios sobre psicoanálisis de Freud y Lacan, recogen dos procesos que son necesarios para entender cómo sucede la identificación en el cine. Entonces, respondemos a la siguiente pregunta. ¿Qué nos mueve cuándo sentimos que queremos unirnos con la cámara para percibir el sufrimiento de otros, vivir éxitos y fracasos que además son ficción?
Según Sanmatín Cava, Freud y Lacan recogieron la necesidad de querer ver y oír como la exigencia de satisfacer dos pulsiones: una, la que nos lleva a desear
ver, la pulsión escópica (voyeurismo); y otra, la que nos lleva a desear oír,
la pulsión invocante. Según estos autores, el deseo de oír y ver es algo que está presente en la psique de toda persona; porque, por naturaleza, somos personas curiosas.
A estas pulsiones percibientes se le suman otras pulsiones: la cognitiva y la empática.
La pulsión cognitiva, engloba el deseo de analizar, de deducir, comprender, saber o aprender. Con ella, se satisfarían necesidades intelectuales relacionadas con lo social, el ego y la autorrealización.
La otra pulsión destacada es la empática, y es resultado de las neuronas espejo. Con la empatía nos identificamos con las experiencias emotivas de los demás.
Por ello, uno de los motivos cuando acudimos al cine, es la voluntad de identificarnos con los personajes, de sentir sus tragedias, reír, sufrir sus miedos y enfrascarnos en sus sentimientos. Siendo pues las emociones las que conectan a todos los espectadores de manera conjunta con la película.
Sin duda, las películas son el mejor modo de satisfacer nuestras pulsiones: el deseo de oír y ver sobre otras personas, pero desde la butaca del anonimato del cine y ahí es donde el montaje audiovisual nos ayuda a verlas y comprenderlas de otro modo.
Fuentes y recursos de información
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- Chóliz, M. (2005) Psicología de la emoción: el proceso emocional. Psicopedia. Disponible en: https://psicopedia.org/1510/psicologia-de-la-emocion-el-proceso-emocional-pdf/
- Sanmartín, J. (2017). Identificación, Conexión e Influencia en la Experiencia Cinematográfica. SCIO. Revista de Filosofía, n.º 13, noviembre de 2017, 189-226, disponible en: https://riucv.ucv.es/handle/20.500.12466/365
- Arteseros, J. (2013). La creación de emociones a través del uso de patrones de montaje en las secuencias de clímax narrativo. Trabajo final de Máster. Gandia: Universitat Politécnica de Valencia. Disponible en: https://riunet.upv.es/bitstream/handle/10251/33937/Memoria%20tfm.pdf.pdf