7 formas de aplicar primeros auxilios emocionales

El psicólogo Guy Winch expone siete formas útiles aplicar los primeros auxilios emocionales y mejorar la calidad de vida inmediatamente.

Por: Carlos Vergara Cano

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7 formas de aplicar primeros auxilios emocionales
Imagen creada con canva.

Cuando alguien sufre una herida inmediatamente desinfectamos y cubrimos con una venda o se prescriben antibióticos para evitar cualquier infección todo esto sin ser cuestionado, de hecho, se discute cuando no se aplican los primeros auxilios cuando son necesarios.

¿Por qué no sucede lo mismo con nuestra salud mental?,   se cree que solo hay que esperar para superar las heridas psicológicas, cuando cualquiera que haya experimentado el rechazo o agonizado a causa de un fracaso, sabe muy bien que las heridas emocionales pueden ser tan paralizantes como las físicas.

Tenemos que aprender a utilizar herramientas en estos casos, a continuación se abordan siete formas de aplicar los primeros auxilios emocionales según el psicólogo Guy Winch.

1. Preste atención al dolor emocional

Reconocer el dolor emocional cuando acontece y ayudar a aliviarlo antes que el sentimiento lo inunde todo.

La sensación de dolor evolucionó en el cuerpo para advertirnos de que algo anda mal y tenemos que enfrentarlo, este mismo principio aplica igualmente para el dolor emocional.

Si no superamos un rechazo, fracaso o mal humor, es síntoma que se ha sufrido una herida psicológica y hay que tratarla.

Por ejemplo, la soledad puede ser devastadoramente perjudicial para la salud psicológica y física, de modo que cuando un amigo, un ser querido o nosotros se siente social o emocionalmente aislado, es necesario brindarle apoyo.

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2. Redirigir la reacción visceral cuando se falla.

La naturaleza de las heridas psicológicas facilita priorizar ciertos aspectos.

El fracaso nos puede llevar tratar de corregir lo que ya no se puede cambiar en lugar de centrarnos en lo que verdaderamente si se puede.

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Esta tendencia posiblemente hará que no se rinda al máximo, nos centramos en las deficiencias y entramos en un ciclo repetitivo.

Para detener este tipo de espiral emocional, hay que aprender a ignorar las reacciones “viscerales” post-fracaso de indefensión y desmoralización, realizar una lista de factores que se pueden controlar para intentarlo de nuevo.

Por ejemplo, pensar en la preparación y planificación y cómo se pueden mejorar.  Este tipo de ejercicios reducen los sentimientos de impotencia y mejoran las posibilidades de éxito futuro.

3. Monitorear y proteger la autoestima

Cuando los ánimos bajan es necesario la autocompasión.

La autoestima es como un sistema inmunológico emocional que amortigua el dolor emocional y fortalece la capacidad de recuperación emocional.

Por tal motivo es importante monitorear y evitar decaer en particular cuando ya se está sufriendo.

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Una forma de “curar” la autoestima lesionada es practicar la autocompasión.   Cuando surgen los sentimientos de autocrítica, realizar el siguiente ejercicio: imaginar que un amigo querido se siente mal de sí mismo por razones similares, escribir un mensaje expresando compasión y apoyo hacia él.

Luego leer el mensaje, estas palabras son las que deberían darse a sí mismo.

4. Interrumpir los pensamientos negativos

Cuando los pensamientos negativos empiezan a dominar, es necesario interrumpir con distracciones positivas.

Al repetir acontecimientos dolorosos en la mente sin buscar una nueva visión o tratar de resolver un problema, se está encubando, en especial cuando se convierte en algo habitual, un dolor psicológico más profundo.

La mejor forma de interrumpir la rumiación insana es distraerse mediante la participación en tareas que requieran concentración (por ejemplo, realizar un Sudoku, completar un crucigrama, tratar de recordar los nombres de compañeros del grado 5).

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Los estudios revelan que incluso los dos minutos de distracción reducen la necesidad de centrarse en pensamientos insanos.

5. Encontrar significado en la perdida

Las pérdidas son parte de la vida, pero pueden dejar cicatrices que nos impiden avanzar si no tratamos las heridas emocionales que genera.

Si ya ha trascurrido suficiente tiempo y todavía se está luchando para continuar adelante después de una pérdida, es necesario introducir una nueva forma de pensar acerca de ello.

Específicamente, lo más importante que se puede realizar para aliviar el dolor y recuperarse es encontrar un sentido en la perdida y los propósitos que de ella se derivan.

Puede ser difícil, pero se puede pensar en lo que se ha obtenido después de la pérdida (por ejemplo, “he perdido a mi esposo, pero me he acercado mucho más a mis hijos”).

Considerar como podría beneficiar o ayudar a otros a obtener una nueva apreciación de la vida o imaginar los cambios que se podría realizar para ayudarle a vivir una vida más acorde con sus propios valores y propósitos.

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6. No permitir que la culpa excesiva persista

La culpa puede ser útil, en pequeñas dosis, alerta a tomar medidas para reparar un problema en la relación con otra persona.

Pero la culpa excesiva es tóxica, ya que malgasta las energías emocionales e intelectuales, distrae de otras tareas e impide disfrutar de la vida.

Una de las mejores formas de afrontar la culpa persistente consiste en ofrecer una disculpa eficaz.  O sea, aunque se halla disculpado con anterioridad, disculparse es un poco más complejo de lo que solemos realizar.

El ingrediente crucial que requiere una disculpa eficaz y del que suelen carecer, es de una “declaración de empatía”,  En otras palabras, las disculpas debería centrarse menos en la explicación de por qué se hizo lo que se hizo y más en cómo las acciones (o inacciones) afectaron a la otra persona.

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Es más fácil perdonar a alguien cuando se siente que realmente entiende lo que se siente.  Al disculparse (aunque sea por segunda vez), la otra persona  es mucho más probable que trasmita un auténtico perdón y ayuda a que la culpabilidad se disuelva.

7. El aprendizaje emocional

Aprender cuales son los tratamientos efectivos para las heridas emocionales, prestar atención a sí mismo y aprender como personalmente afrontamos las heridas emocionales comunes.

Por ejemplo, encogerse de hombros, estar muy molesto, pero recuperarse rápidamente, disgustarse y recuperarse lentamente, aplastar los sentimientos, ¿o…?

Utilice estos conocimientos para ayudarse a entender como los primeros auxilios emocionales pueden funcionar mejor para usted en diferentes situaciones (es como identificar cuales medicamentos para el dolor del botiquín funcionan mejor para uno), lo mismo ocurre con la construcción de la resiliencia emocional.

Probar diferentes técnicas y averiguar cuáles son más fáciles de poner en práctica y cuales son más eficaces para sí mismo.

Pero sobre todo, adquirir el hábito de tomar nota de la propia salud psicológica de forma regular en particular después de una situación estresante, difícil o dolorosa emocionalmente.

La práctica de la higiene emocional toma algo de tiempo y esfuerzo, pero aumentara realmente la calidad de vida.

Pueden ver la charla completa de  Guy Winch de TED acá.

Guy Winch: por qué todas necesitamos practicar primeros auxilios emocionales
Carlos Vergara Cano

Psicólogo y Administrador en Servicios de Salud graduado en la Universidad de Antioquia, con experiencia en intervención individual y grupal con niños, adultos y familias. Experiencia en investigación cuantitativa, evaluación, diagnóstico e intervención psicológica con niños, adultos y familias. Intervención grupal con niños, adolescentes y padres de familia, Planeación y formulación de Políticas Públicas en Salud