Para muchos, la paternidad se considera un componente clave para una vida plena. Sin embargo, con un número creciente de adultos que optan por no tener hijos, han surgido preocupaciones con respecto a su bienestar a largo plazo.
Laura Buchinger y sus colegas investigaron cómo las metas de vida al inicio de la edad adulta predicen el bienestar en la mediana edad, tanto en aquellos que se convierten en padres como en los que no. Esta investigación fue publicada en Psychology & Aging.
La importancia de las metas vitales
Las metas de vida juegan un papel crucial en la formación de las emociones, pensamientos y comportamientos de los individuos a lo largo de su vida. Según las teorías del desarrollo del ciclo vital, las personas ajustan sus aspiraciones en función de las expectativas sociales y las circunstancias personales.
Investigaciones anteriores sugieren que no lograr metas de vida significativas, como la paternidad, puede afectar negativamente el bienestar. El estudio de Buchinger y su equipo buscó determinar si priorizar el objetivo de tener hijos entre los 20 y 30 años se asocia con diferentes trayectorias de bienestar en la mediana edad, particularmente para aquellos que nunca se convierten en padres.
Buchinger y sus colegas utilizaron datos del Panel Socioeconómico Alemán (SOEP), un extenso conjunto de datos representativo a nivel nacional que rastrea a los individuos a lo largo del tiempo. El estudio siguió a 562 participantes desde el inicio de la edad adulta (entre 18 y 30 años) hasta la mediana edad (40 años para las mujeres y 50 años para los hombres).
Para minimizar las diferencias preexistentes entre los individuos que eventualmente se convirtieron en padres y aquellos que permanecieron sin hijos, los investigadores emplearon una técnica de correspondencia de puntaje de propensión. Este método les permitió comparar dos grupos cuidadosamente equilibrados: 281 padres y 281 no padres, controlando factores como los ingresos, la educación, el empleo, el estado civil y los niveles de bienestar iniciales.
Evaluación del bienestar y las metas
Se evaluó el bienestar subjetivo de los participantes en ocho dominios: satisfacción con la vida (incluida la satisfacción general, la satisfacción con la salud, el trabajo y la vida familiar), salud mental, afecto positivo y negativo, y soledad. Además, calificaron la importancia de nueve metas de vida en sus 20 años, centrándose particularmente en las aspiraciones de paternidad y éxito profesional.
Estas prioridades de la edad adulta temprana se examinaron posteriormente en relación con los resultados de bienestar en la mediana edad. Los investigadores analizaron las respuestas de los participantes en casi 25 oleadas de recopilación de datos, lo que la convierte en una de las investigaciones longitudinales más extensas sobre las metas de vida y la paternidad.
Un aspecto clave del estudio fue su consideración del ajuste de las metas, particularmente si los individuos que no se convirtieron en padres se desligaron del objetivo de tener hijos en la mediana edad y cómo este cambio influyó en su bienestar.
Similitudes y diferencias en el bienestar
Los hallazgos desafían las suposiciones comunes sobre la paternidad y el bienestar. En promedio, los adultos con y sin hijos mostraron trayectorias de bienestar en la mediana edad notablemente similares. Sin embargo, hubo algunas diferencias notables.
Los adultos jóvenes que no se convirtieron en padres informaron una mejor salud mental y niveles más bajos de afecto negativo en comparación con aquellos que eventualmente tuvieron hijos. Sin embargo, también informaron niveles más bajos de afecto positivo y mayor soledad, lo que sugiere una experiencia más estable pero emocionalmente moderada en comparación con la mayor variabilidad emocional asociada con la paternidad.
Con el tiempo, estas diferencias disminuyeron, y ambos grupos mostraron trayectorias de bienestar convergentes en la mediana edad.
El impacto de las metas no alcanzadas
Uno de los hallazgos más sorprendentes fue que los individuos que priorizaron mucho tener hijos en sus 20 años, pero no se convirtieron en padres, experimentaron una disminución en la salud mental, el bienestar cognitivo y el bienestar afectivo en la mediana edad.
En contraste, aquellos que se desligaron del objetivo de tener hijos más adelante en la vida mostraron aumentos en la satisfacción con la vida, lo que sugiere que ajustar las expectativas juega un papel crucial en el bienestar a largo plazo.
También hubo diferencias de género, con los padres que informaron niveles significativamente más bajos de soledad en la mediana edad en comparación con las madres y los individuos sin hijos, lo que sugiere que la paternidad puede ofrecer beneficios sociales únicos.
Estos resultados resaltan la complejidad de las metas de vida y el bienestar, enfatizando que no es simplemente la paternidad en sí misma lo que influye en la felicidad a largo plazo, sino más bien cómo los individuos establecen, persiguen y, en última instancia, adaptan sus metas a lo largo de la vida.
Una limitación de este estudio es que no pudo distinguir entre los individuos que eligieron permanecer sin hijos y aquellos que querían tener hijos pero no pudieron tenerlos. Esta distinción puede haber afectado los resultados de bienestar.
Fuentes y recursos de información
Buchinger, L., Wahring, I., Ram, N., Hoppmann, C., Heckhausen, J., & Gerstorf, D. (2024). Kids or no kids? Life goals in one’s 20s predict midlife trajectories of well-being.. Psychology and Aging, 39, (8), 897-914. DOI: 10.1037/pag0000862