La calidad de la relación terapéutica y las habilidades interpersonales del terapeuta han sido reconocidas como factores cruciales que influyen en los resultados del tratamiento. Una reciente investigación ha arrojado luz sobre la relevancia de estas habilidades y cómo pueden impactar en la efectividad de la psicoterapia (van Thiel et al, 2024).
Los resultados de la investigación revelaron la existencia de seis grupos de psicoterapeutas con perfiles únicos en términos de sus habilidades facilitadoras interpersonales. Estos perfiles incluyen desde terapeutas con un enfoque equilibrado en todas las habilidades evaluadas hasta aquellos que destacan en áreas específicas como la empatía, la persuasión, la expresión emocional y la capacidad de establecer alianzas terapéuticas.
Estas diferencias en las habilidades interpersonales sugieren la existencia de una diversidad de estilos terapéuticos que pueden influir en la efectividad de la psicoterapia.
En este artículo encontrarás:
¿Qué son las habilidades interpersonales facilitadoras?
Son las capacidades y competencias que un psicoterapeuta posee para establecer y mantener una relación terapéutica efectiva con sus pacientes. Estas habilidades son fundamentales y pueden influir en la calidad de la relación terapéutica, así como en los resultados del tratamiento.
Además, ayudan a establecer una conexión significativa, fomentar un ambiente de confianza y apoyo, y facilitar el proceso de cambio y crecimiento personal del consultante.
Las habilidades interpersonales facilitadoras incluyen:
Habilidad | Definición | |
---|---|---|
1. | Fluidez verbal: | Capacidad del terapeuta para comunicarse de manera clara, coherente y efectiva, expresando sus ideas y pensamientos de forma fluida y comprensible. |
2. | Esperanza y expectativas positivas: | Habilidad para fomentar un sentido de esperanza y optimismo, promoviendo la confianza en el proceso terapéutico y en la posibilidad de cambio y crecimiento personal. |
3. | Persuasión: | Capacidad para influir de manera efectiva, motivándolo a considerar nuevas perspectivas, opciones o comportamientos que puedan ser beneficiosos para su bienestar emocional y mental. |
4. | Expresión emocional: | Habilidad para comunicar y manejar de manera adecuada las emociones propias y del consultante, permitiendo una expresión auténtica y empática de los sentimientos presentes en la interacción terapéutica. |
5. | Calidez, aceptación y comprensión: | Capacidad para demostrar empatía, aceptación incondicional y comprensión, creando un ambiente de apoyo, seguridad y confianza en la relación terapéutica. |
6. | Empatía: | Habilidad para comprender y compartir emocionalmente la experiencia, mostrando sensibilidad y conexión emocional con sus sentimientos, pensamientos y vivencias. |
7. | Capacidad de establecer alianzas: | Habilidad para construir y mantener una alianza terapéutica sólida y colaborativa, basada en la confianza, el respeto mutuo y la cooperación en el proceso de cambio. |
8. | Reparación de rupturas en la alianza: | Habilidad para identificar y abordar de manera efectiva las rupturas o conflictos en la relación terapéutica, promoviendo la resolución de problemas y la restauración de la confianza y la colaboración. |
9. | Reformulación: | Capacidad para reinterpretar o dar un nuevo significado a las experiencias, pensamientos o emociones, facilitando una comprensión más amplia y constructiva de su situación. |
10. | Agencia: | Habilidad para promover la autonomía, la toma de decisiones y la responsabilidad del paciente en su proceso de cambio y crecimiento personal, empoderándolo para ser agente activo en su propia vida. |
11. | Congruencia: | Coherencia entre las palabras, acciones y emociones del terapeuta, mostrando autenticidad, transparencia y consistencia en su forma de ser y actuar en la relación terapéutica. |
Sobre el estudio
La premisa central del estudio de van Thiel fue que la congruencia, la capacidad de transparencia y la capacidad de reformulación son elementos clave en la efectividad terapéutica. La congruencia, descrita por Carl Rogers, se ha asociado con mejores resultados terapéuticos. El estudio plantea la hipótesis de que una puntuación revisada y extendida del FIS (Prueba de Desempeño de Habilidades Interpersonales Facilitativas) puede conducir a una estructura bidimensional que represente orientaciones hacia el afecto y el cambio en la alianza terapéutica.
El estudio incluyó a 93 terapeutas de habla holandesa con formación en terapia cognitivo-conductual, todos ellos con al menos una maestría en psicología clínica y algunos con formación adicional como psicólogos de atención médica o psicoterapeutas.
Se utilizaron siete clips en holandés del FIS para evaluar las respuestas de los terapeutas en diversas situaciones interpersonales, abarcando desafíos posicionados en el espacio circumplejo interpersonal de control y afiliación.
La versión extendida del FIS incluyó tres nuevos ítems: "agencia", "reformulación" y "congruencia", que evalúan la capacidad del terapeuta para gestionar la responsabilidad del cliente, poner la situación del cliente en un contexto diferente, y ser transparente y genuino en sus respuestas, respectivamente.
Las respuestas de los terapeutas fueron grabadas en video y analizadas para identificar patrones comunes. El análisis reveló la existencia de seis subgrupos de terapeutas.
Los seis grupos de psicoterapeutas según sus habilidades facilitadoras
En el estudio mencionado, los grupos de psicoterapeutas identificados a través del análisis de perfil latente en función de sus respuestas interpersonales fueron nombrados de la siguiente manera:
- Perfil Promedio (A-Profile): Este grupo representa aproximadamente el 36.7% de la muestra y se caracteriza por tener puntuaciones promedio en todas las habilidades evaluadas. Estos terapeutas muestran un equilibrio general en su enfoque terapéutico.
- Perfil Promedio Expresivo Persuasivo (AEP-Profile): Compuesto por alrededor del 26.0% de la muestra, este grupo también tiene puntuaciones promedio, pero se destacan por ser menos enfocados en la calidez y la empatía. En su lugar, tienden a tener conversaciones fluidas y a gestionar activamente la responsabilidad del consultante en la terapia.
- Perfil de Apoyo Persuasivo de Alto Promedio (HASP-Profile): Conformado por aproximadamente el 17.9% de la muestra, este grupo se caracteriza por tener puntuaciones ligeramente más altas, especialmente en empatía y congruencia. Aunque se centran menos en confrontar al paciente, muestran un enfoque más empático y de apoyo.
- Perfil de Apoyo de Bajo Promedio (LAS-Profile): Compuesto por alrededor del 14.5% de la muestra, este grupo muestra un rendimiento ligeramente inferior en todas las áreas. Se centran en la relación terapéutica, siendo amables y comprensivos con el paciente, pero evitando el conflicto y la confrontación.
- Perfil de Apoyo Expresivo Persuasivo Alto (HSEP-Profile): Representado por solo el 2.4% de la muestra, este grupo se destaca por tener puntuaciones altas en todas las habilidades evaluadas. Son cálidos, empáticos, expresivos, persuasivos, congruentes y tienen excelentes habilidades de reparación de rupturas en la alianza terapéutica.
- Perfil Bajo Expresivo (LE-Profile): Este grupo representa el 2.4% de la muestra y se caracteriza por ser menos cálido y no centrarse en construir y mantener un buen vínculo terapéutico. En cambio, se enfocan fuertemente en gestionar la responsabilidad del cliente para la acción y el cambio. Este perfil se distingue por su falta de inversión en un fuerte vínculo afectivo, centrándose en motivar a través de la acción directa.
Cada perfil representa un estilo único de práctica terapéutica basado en las fortalezas y debilidades identificadas en las respuestas de los terapeutas en el estudio.
Gráfico: Distribución de los Grupos de Psicoterapeutas
Diversidad de Estilos Terapéuticos
El estudio de van Thiel destaca una revelación crucial: las habilidades facilitadoras interpersonales de los psicoterapeutas pueden ser determinantes en la efectividad de la psicoterapia.
Al identificar seis perfiles distintos basados en sus respuestas interpersonales, se plantea la posibilidad de que ciertos estilos terapéuticos sean más efectivos que otros para ciertos tipos de pacientes.
Por ejemplo, un terapeuta cálido y empático trabajando con un paciente que necesita apoyo emocional y comprensión. Este tipo de terapeuta podría ser ideal para ayudar al paciente a abrirse y sentirse seguro.
Por otro lado, algunos pacientes pueden beneficiarse más de un terapeuta que fomente activamente su responsabilidad y autonomía, promoviendo un cambio más directo y proactivo.
Los hallazgos del estudio sugieren que emparejar a los pacientes con terapeutas que se alineen mejor con sus necesidades y estilos de interacción puede mejorar significativamente los resultados terapéuticos. Por ejemplo:
- Pacientes pasivos e ineficaces: Podrían beneficiarse de terapeutas orientados al cambio (Perfil AEP), que les motiven a tomar acción y asumir la responsabilidad de su proceso de recuperación.
- Pacientes dominantes y agresivos: Podrían responder mejor a terapeutas orientados a la afectividad (Perfil HSEP), quienes puedan manejar mejor su comportamiento y establecer una relación terapéutica efectiva.
- Pacientes que necesitan apoyo y empatía: Los pacientes que requieren un ambiente terapéutico cálido y comprensivo pueden beneficiarse de terapeutas del perfil HASP que son más empáticos y congruentes en su enfoque.
- Pacientes que buscan una relación terapéutica equilibrada: Para pacientes que buscan un equilibrio entre el apoyo emocional y la orientación hacia el cambio, terapeutas del perfil-A pueden ser una buena opción, ya que muestran un enfoque promedio en todas las habilidades evaluadas.
Este enfoque subraya la importancia de considerar las habilidades interpersonales del terapeuta en la práctica clínica. Las 11 habilidades facilitadoras interpersonales identificadas en los perfiles de los terapeutas, como la empatía, la congruencia y la capacidad de reformulación, pueden influir significativamente en la calidad de la relación terapéutica.
Conclusiones
La investigación de Van Thiel et al. logró diferenciar a los terapeutas en seis subgrupos en función de sus respuestas interpersonales, lo que contribuye a una mayor comprensión del papel de las habilidades interpersonales en el entorno terapéutico.
Sin embargo, se identificaron limitaciones importantes en el estudio, como una muestra homogénea de terapeutas y un tamaño de muestra reducido, lo que podría afectar la generalización de los resultados y su robustez.
Fuentes y recursos de información
van Thiel, S. J., de Jong, K., Misset, K. S., Joosen, M. C. W., van der Klink, J. J. L., Vermunt, J. K., & van Dam, A. (2024). Determining differences between therapists using an extended version of the facilitative interpersonal skills performance test. Journal of Clinical Psychology, 80, 1698–1710. DOI: 10.1002/jclp.23687