Cómo fomentar la perseverancia en la infancia

La infancia es una etapa clave en el desarrollo de la perseverancia, la cual es una fortaleza que ayuda a alcanzar el camino para conseguir los objetivos.

Silvia Escribano, Beatriz Mirón y Eva Clavaín

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Cómo fomentar la perseverancia en la infancia
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Woody Allen.

Tradicionalmente, la psicología, así como otras ciencias de la salud, han establecido su punto de mira en estudiar la salud desde un modelo patogénico, es decir, desde la enfermedad y por tanto, en desarrollar intervenciones y medidas efectivas para combatir aquello que se considera patológico.

A pesar, de que ya en 1974, el Informe Lalonde remarcaba la idea de que era esencial realizar un mayor esfuerzo en promocionar hábitos saludables en la población para mejorar la salud; no es hasta hace relativamente poco cuando esta idea comienza a tener mayores seguidores.

En los últimos años, se hacen patentes los esfuerzos de autores reconocidos en el ámbito científico, como Seligman o Csikszentmihalyi, en situar el foco de atención en aquellos aspectos psicológicos que promueven las fortalezas de las personas.

Ellos han impulsando la creación de una nueva rama dentro de la psicología, la psicología positiva, la cual se fundamenta en una orientación preventiva donde se estudian cualidades y características positivas, como la esperanza, el optimismo, la perseverancia, la creatividad, la resiliencia… entre otros, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y el bienestar del ser humano.

Además, algunas investigaciones recientes, como la llevada acabo por Richards y Huppert en 2011, con el título “Do positive children become positive adults? Evidence from a longitudinal birth cohort study”, remarcan la etapa de la infancia como clave en el desarrollo de las mismas.

Por ello, este artículo pretende reflexionar y centrarse en la Perseverancia, así como la importancia de su fomento durante la infancia. Peterson y Seligman, en su manual Character Strengths and Virtues: a handbook and classification, identifica una serie de virtudes y fortalezas, siendo la perseverancia una de las 24 fortalezas (o rasgos positivos), la cual es definida como “Acabar algo que se ha empezado. Concluir una tarea a pesar de los obstáculos”.

Pero, ¿por qué es importante la perseverancia? Podríamos decir que es una cualidad o fortaleza que ayuda a seleccionar el camino correcto para conseguir los objetivos planteados aunque encuentre dificultades, frustraciones o no se logren resultados de manera inmediata, estando directamente relacionada con el logro académico y en un futuro con el éxito laboral.

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A continuación proponemos cuatro claves sobre cómo fomentarla en la etapa infantil:

1. Fomentar la autonomía.

Ofrecerle espacio y tiempo para que realicen las actividades por sí mismos desde pequeños. Debemos dejarles hacer, equivocarse, que vuelvan a intentarlo... Nosotros como adultos tenemos la función de acompañarles en este proceso y de ayudarles en lo que necesiten hasta que finalicen la tarea, pero sin caer en la tentación de realizarlo por ellos.

Un ejemplo muy representativo suele ser cuando comienzan a comer con cuchara. Las primeras veces manchan todo, incluso a veces utilizan las manos. Sería más cómodo, rápido y limpio darles nosotros la comida, pero en el proceso de aprendizaje debemos de darles tiempo a experimentar y a que repitan la acción hasta que adquieran mayor habilidad.

Con ello, les mostraremos que es necesario ser constantes y practicar las actividades hasta lograr nuestros objetivos. Por otro lado, es un ejercicio muy práctico aprender a tolerar la frustración, ya que se les enseña a manejar los sentimientos de impotencia y a volver a intentarlo cuando no se obtienen los resultados que se desean en un primer momento.

2. Educar en la inmediatez es un error.

Debemos de trabajar la paciencia y ello se consigue no satisfaciendo todos los deseos de manera inmediata. Los primeros meses de vida es necesaria la inmediatez en el cuidado, cuando nos reclaman es porque necesitan de nuestra atención de manera instantánea.

Pero a medida que van creciendo, debemos de diferenciar las necesidades de los deseos, pudiendo ser demorados estos últimos sin causar sufrimiento al niño. La vida exige realizar acciones que no van a ser recompensadas de manera inmediata, como ejemplo el estudiar durante muchos años para lograr un trabajo.

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3. Es importante reforzar los procesos de las actividades y no únicamente recompensar y premiar el resultado.

De esta manera les hacemos conscientes de que las metas se logran a partir de acciones intermedias organizadas y que no aparecen de la nada. Todo ello, es necesario para que aprendan a planificar el día a día y así lograr objetivos a largo plazo.

Podemos ayudarles a planificar los estudios con metas a corto plazo, a organizar y cuando se equivoque repasar el proceso… Incluso un niño muy pequeño se puede llevar a cabo este ejercicio explicándole los pasos de cómo papa ha llegado a ocupar el puesto en su trabajo o los pasos para elaborar una comida que le gusta mucho.

4. Cuando se equivoque no desanimarlo, normalizar el error.

Transmitirles que errar es normal y bueno, ya que de todos los errores se aprende y eso es lo importante. Animarle a que vuelva otra vez a intentarlo y que siga adelante.

Todos deseamos hijos perfectos, que realicen las cosas a la primera; para ello deberíamos de revisar nuestras propias exigencias y recordar que cuando nos equivocamos aprendemos.

Seguro que han hecho algo bien durante el proceso, ¡díselo!. Y por último, enséñales que todos nos equivocamos, los adultos también. No nos debemos olvidar que somos sus referentes y ellos aprenden observándonos. Ellos hacen lo que ven.

Por último os proponemos algunos juegos que ayudan a fomentar la perseverancia:

  • Puzzles y juegos de construcciones.
  • Realizar juegos de estrategia, como una gymcana,. Ejemplo: hacer una busqueda del tesoro donde ponemos obstáculos acordes a su edad y donde hay que ir planificando metas cortas para llegar a la meta final.
  • Plantar con ellos, donde se ve el proceso de crecimiento de un ser vivo, desde la semilla hasta que comienza a dar frutos o florece.
  • Contar cuentos donde se fomenten los valores de la paciencia, el esfuerzo, la perseverancia, la constancia…