No tienes un hijo raro, ni enfermo, tienes un HIJO. Una de cada cien personas tiene un trastorno del espectro autista (TEA).
La felicidad de un niño autista es lo más difícil de conseguir, porque viven en un mundo en donde no son comprendidos, y poca gente se dedica a la tarea de comprenderlos, sino simplemente de quejarse.
Cuando un padre se entera de que su hijo tiene un TEA le nacen muchísimas interrogantes “¿Qué debe comer?”, “¿Cómo capto su atención?”, “¿En dónde puedo recibir ayuda?”, “¿Cómo puedo entretenerlo?”. Todas las preguntas tienen respuestas, soluciones y te dejan un montón de aprendizajes.
Por supuesto, el autismo tiene diversas variaciones y lo primero que debes hacer es ir a un especialista, ya sea médico, psicólogo o psiquiatra que se desenvuelva en el terreno del espectro autista. Algunos casos son más graves que otros y es por esto que los especialistas deben diagnosticarlo para saber cómo abordar en un primer momento.
Si aún no has ido a tocarle la puerta a un experto en el tema, leer esto puede abrirte un poco la mente antes de escuchar a uno.
También te puede interesar: 10 síntomas para identificar el síndrome de Asperger en niños
¡No tengas miedo!
Cuando los padres están en el camino de la crianza de un hijo autista y sobreponen su autoridad sobre la lógica, sólo encuentran conflictos. ¿Qué quiere decir esto? Si le dices a tu hijo “debes hacerlo porque yo lo digo”, jamás será una razón lógica para él y sencillamente no obtendrás resultados.
El autismo es un trastorno del desarrollo y este afecta sus conexiones cerebrales, impidiendo la interacción social y la comunicación.
A pesar de eso, un niño autista tiene un cerebro brillante y envidiable, solamente que sus conexiones dentro del cerebro no están del todo bien, es por esto que situaciones como el sarcasmo y emociones fuertes son difíciles de comprender para ellos, pero suelen ser maravillosos en tareas con una respuesta establecida y única que solamente la deban poner en práctica. Con esto podemos entender que su cerebro procesa la información de manera distinta (no es una enfermedad, sencillamente es una falla), solo debemos entender cómo lo hace.
¿Te ha ocurrido que tu hijo no quiere salir?
Los niños autistas suelen ser obsesivos y muy estructurados, por lo que un cambio de rutina para ellos es lo peor que les puedes dar. Pero calma, hay forma de abordarlo, con anticipación y comunicación. Si hablas con tu hijo sobre lo que pasará y cómo ocurrirá, cuando se dé esta situación no le tomará por sorpresa y podrá saber cómo enfrentarse al “problema” (si, porque para ellos el cambio es un problema).
La tolerancia ante las dudas es otra de las cualidades que un niño autista no posee. Si se le presenta una pregunta en su cabeza, debes darle una respuesta, puesto que dejarlo con la duda podría causarle nervios, ansiedad e incluso desesperación, dependiendo de su tipo o grado de autismo.
Un aspecto importante a saber, es que no les gusta estar en sitios donde hay demasiada gente y mucho ruido. Al momento de elegir una escuela, mientras más pequeña sea, mejor adaptación tendrá en ella. Y recuerda, debes decirle que irá a la escuela y cómo es la escuela, antes de dejarlo sólo en ese lugar.
¡Mi hijo no me presta atención!
Si deseas entablar una conversación, háblale de lo que le gusta: un juego, dibujos, origami, o de lo que observes que llamó su atención. No invadas su espacio y poco a poco él te dará confianza, ya que el necesita desenvolverse por sí solo pero también de tu apoyo.
Una característica de una persona autista es que no mantienen el contacto visual. Si intentas enseñarle algo a tu hijo o darle alguna instrucción y no te mira, no quiere decir que no te esté prestando atención.
Un niño autista es hiperlógico, es decir, todo lo entiende de forma completamente literal. Debes explicarle todo detalladamente para que tus palabras puedan ser entendidas, sin embargo, esto no quiere decir que vayas a tratarlo como un niño no entiende nada porque si lo hace, solo no pierdas la paciencia.
COSAS QUE NO DEBES HACER
- Decir frases con doble sentido porque él no te entenderá.
- Discutir, mejor explica.
- Forzarlo a una situación.
- Decir mentiras a él u otra persona porque recordará las palabras perfectamente cuando quiera refutar lo que has dicho.
- Darle de comer alimentos que contengan gluten o embutidos. Puedes saber más al respecto leyendo el libro de la nutricionista Eva Defilippis, “Alimentación para pacientes con Síndrome Autista”.
COSAS QUE SI DEBES HACER
- Establecer rutinas en sus tareas y lugares frecuentes.
- Enséñale visualmente: imágenes, videos e incluso dibujos. Ellos conectarán las palabras y los objetos si estos se presentan juntos, esto es considerado una terapia diaria para un niño autista.
- Enfócate en reforzar lo que hace muy bien.
- Dale órdenes sencillas.
- Imítalo, en vez de ordenarle que deje de hacer algo. Enfocará su atención en ti si haces lo mismo que él.
Por último, recalco que lo más importante es explicarles todo, hasta lo más tonto como un breve “todo lo que tocas está sucio y por eso debes bañarte todos los días”, porque simplemente él no va a analizar esa situación solo y si no quiere entrar a la ducha porque es una orden vacía, no lo hará.
Cada caso es distinto, cada niño es distinto y cada padre es distinto y tu tendrás tu propia historia, solo quiero decirte que tengas mucha energía y empatía con tu hijo, él necesita de ti y sólo tu podrás darle la felicidad que él merece.
Nunca dejes de acudir a un sitio especialista para saber cuál es la mejor terapia para tu hijo, esto es sólo una pequeña guía para aquel que no sabe nada. Espero que de ahora en adelante mires tus días con otros ojos y trasmitas la felicidad que deseas ver en tu hijo.