Un nuevo análisis dentro del World Happiness Report revela una conexión significativa entre compartir comidas regularmente y experimentar mayor felicidad y satisfacción emocional. Este hallazgo trasciende las barreras de edad, cultura y origen. Sorprendentemente, este comportamiento social demostró ser un indicador de felicidad tan potente como el ingreso económico o la situación laboral.
Sin embargo, en Estados Unidos, la tendencia a comer solo va en aumento. Uno de cada cuatro estadounidenses reporta no compartir ninguna comida en un día promedio, representando un incremento del 53% desde 2003. Si bien no está claro si la felicidad impulsa a compartir comidas o viceversa, Micah Kaats, estudiante doctoral en políticas públicas en la Harvard Kennedy School, quien co-escribió el reporte, afirma que esta fuerte correlación subraya una forma simple y potente de comprender y potencialmente mejorar el bienestar.
Compartir la mesa como predictor de bienestar emocional
De acuerdo con el estudio publicado en el World Happiness Report, aquellas personas que comparten sus alimentos con otros tienden a estar más satisfechas con sus vidas y son más propensas a expresar emociones positivas.
Los autores del estudio encontraron que compartir comidas es un predictor de felicidad tan relevante como el ingreso o el estatus laboral, manteniéndose constante a través de diferentes edades, géneros, países, culturas y religiones.
Los datos del American Time Use Survey del Bureau of Labor Statistics, citados en la investigación, indican que los estadounidenses invierten cada vez más tiempo comiendo solos, lo cual podría ser problemático.
El informe señala que "en 2023, aproximadamente 1 de cada 4 estadounidenses reportó haber consumido todas sus comidas solo el día anterior, representando un aumento promedio del 53 por ciento desde 2003." Esta tendencia se observa en todos los grupos etarios, pero es más pronunciada entre los jóvenes.
Kaats expresa su sorpresa ante "el incremento tan claro y severo" de esta tendencia.
Si bien el estudio revela una sólida correlación entre la cantidad de comidas compartidas y la felicidad, no establece una relación causal directa. Es decir, no se puede afirmar con certeza si compartir comidas genera felicidad o si las personas felices tienden a compartir más comidas.
"Con toda probabilidad, apostaría a que ambas son ciertas," afirma Kaats, "pero determinar cuál de estos factores es más fuerte es definitivamente una tarea para futuras investigaciones."
Según Kaats, la correlación observada es significativa para el campo de estudio, en parte porque la felicidad es difícil de cuantificar. Al solicitar a alguien que se autoevalúe en una escala de felicidad del uno al diez, resulta complicado definir el significado exacto de un uno o un diez para cada individuo en un día específico.
Aunque estas mediciones subjetivas son valiosas para los científicos sociales y los formuladores de políticas, frecuentemente se recurre a factores como ingresos, tasas de seguro y otros elementos con sólidas correlaciones con el bienestar como indicadores indirectos. Sin embargo, estos factores también presentan dificultades de medición.
"Mucha gente no quiere reportar sus ingresos," señala Kaats. "Y quienes sí lo hacen, representan un grupo selecto." Además, existen dudas sobre la exactitud de los datos reportados, el tipo específico de ingreso informado (¿antes o después de impuestos? ¿familiar?) y la comparabilidad de los ingresos entre diferentes países y a lo largo del tiempo.
En comparación con estas variables complejas, la cantidad de comidas compartidas es relativamente sencilla de determinar: "¿Ayer, almorzó o cenó con alguien que conoce?"
Compartir la mesa como reflejo de la conexión social
Kaats espera que esta pregunta se incorpore a otros indicadores objetivos relacionados con la conexión social, como la densidad de organizaciones cívicas o el número de grupos políticos por condado, que se utilizan para evaluar conceptos abstractos como la felicidad y la confianza social.
En futuras investigaciones, Kaats busca determinar si el acto de compartir comidas incrementa directamente la felicidad. Sin embargo, independientemente de la causalidad, Kaats considera que la correlación entre comidas compartidas y felicidad es relevante por sí sola.
"Si quiero saber sobre tu bienestar, es mucho más informativo saber cuántas comidas has compartido con otras personas en la última semana que cuánto dinero ganas," afirma. "Así que, independientemente de la dinámica causal, esto me parece importante, interesante y digno de mayor estudio."
Implicaciones para la salud mental y el bienestar social
Ante el deterioro de la salud mental y el creciente aislamiento social, las comidas compartidas podrían ser tanto un indicador crucial de bienestar como un punto de partida para intervenciones políticas.
"No podemos resolver todos los problemas a la vez," concluye Kaats, "pero si podemos lograr que las personas compartan más comidas entre sí y eso mejora su bienestar, es un buen lugar para empezar."
Fuentes y recursos de información
De Neve, J.-E., Dugan, A., Kaats, M., & Prati, A. (2025). Sharing meals with others: How sharing meals supports happiness and social connections. World Happiness Report. DOI: 10.18724/whr-g119-bv60