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El caos familiar puede afectar el desarrollo de la función ejecutiva en los niños

La función ejecutiva puede verse afectada negativamente por los riesgos contextuales del ambiente familiar, incluidos el desorden y los problemas de crianza. Además, el caos doméstico influye negativamente en las prácticas de crianza, según un estudio publicado en BMC Psychology . Los hallazgos revelaron que este efecto se debió en parte a una menor capacidad de respuesta de los padres en familias conflictivas.

La función ejecutiva comienza a desarrollarse desde la primera infancia, lo que ayuda a orientar los procesos mentales, las emociones y los comportamientos de los niños. Estas funciones incluyen inhibición, flexibilidad cognitiva y memoria de trabajo. Dado que estos procesos son susceptibles a la influencia ambiental, se deduce que un entorno infantil adverso podría afectar su desarrollo.

La investigación fue realizada por la doctora Krysta Andrews y su equipo, los cuales llevaron a cabo un estudio para explorar cómo un entorno hogareño caótico podría influir en el funcionamiento ejecutivo en un grupo de niños de un jardín de infantes.

También exploraron el papel potencial de la capacidad de respuesta de los padres, partiendo de la hipótesis de que los hogares caóticos tienden a ser menos favorables para las interacciones positivas entre padres e hijos.

La muestra del estudio estuvo conformada por 128 niños y sus respectivas madres, los niños tenían una edad promedio de cinco años y la mayoría (88%) de las madres estaban casadas o tenían pareja.

Los investigadores realizaron visitas domiciliarias de dos horas de duración aproximadamente, las madres participantes completaron varios cuestionarios, los cuales incluían temas sobre el nivel de caos en su hogar, cambios de residencia del hijo durante el último año, cambios en el estado de la relación parental (por ejemplo, divorcio, nuevo matrimonio) y síntomas de depresión en la madre.

Tanto las madres como los niños completaron una batería de tareas las cuales estaban enfocadas en medir varios aspectos del funcionamiento ejecutivo tales como: atención / inhibición, flexibilidad cognitiva y memoria de trabajo. Las madres también fueron filmadas mientras realizaban recorridos por sus hogares y mientras interactuaban con sus hijos.

Luego, los investigadores codificaron las transcripciones de los recorridos por el hogar para el recuento de la frecuencia de palabras relacionadas con la desorganización y la inestabilidad, dos dimensiones del caos en el hogar.

También codificaron el comportamiento de las madres mientras interactuaban con sus hijos, calificándolos según la capacidad de respuesta de los padres.

Se encontró que la capacidad de respuesta de los padres se asoció positivamente con las puntuaciones de los niños para cada tarea de función ejecutiva.

El caos en el hogar, una puntuación compuesta que tuvo en cuenta las respuestas al cuestionario de las madres y el recuento de la frecuencia de palabras de los recorridos por el hogar, se asoció negativamente con la capacidad de respuesta de los padres.

A continuación, se descubrió que el caos doméstico estaba relacionado con el funcionamiento ejecutivo de los niños, a través de la capacidad de respuesta de las madres. Específicamente, los niños de hogares más caóticos tenían madres menos receptivas y, a su vez, un funcionamiento ejecutivo más bajo.

Cuando los investigadores analizaron las dos dimensiones del caos en el hogar por separado, encontraron que la inestabilidad del hogar, pero no la desorganización del hogar estaba relacionada negativamente con el desempeño de los niños en las tareas de la función ejecutiva, tanto por sí solo como a través de la capacidad de respuesta de los padres.

Un hogar inestable puede ser particularmente impactante porque requiere que los padres se adapten a un entorno cambiante, dejándolos con menos energía y concentración para participar en interacciones de apoyo con sus hijos.

Los autores del estudio sugieren que un hogar inestable también podría llevar a los niños a retraerse o sentirse indefensos, lo que puede limitar sus posibilidades de recibir las interacciones positivas necesarias para nutrir el funcionamiento ejecutivo.

Según Andrews: “Con apoyo adicional a través de la replicación y diseños causalmente sensibles, tanto la paternidad como la estabilidad dentro del hogar son objetivos potenciales para intervenciones que podrían actuar para promover trayectorias de desarrollo más saludables de las funciones ejecutivas en los niños”, un estudio futuro debería utilizar un diseño longitudinal para evaluar la causalidad y explorar los posibles efectos acumulativos del caos doméstico.

Referencia

Andrews, K., Dunn, J.R., Prime, H. et al. Effects of household chaos and parental responsiveness on child executive functions: a novel, multi-method approach. BMC Psychol 9, 147 (2021). https://doi.org/10.1186/s40359-021-00651-1

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