Un reciente estudio realizado con más de 50.000 estudiantes noruegos ha desvelado una preocupante relación entre el consumo diario de bebidas energéticas y la calidad del sueño. Los resultados, publicados en BMJ Open, indican que los estudiantes que consumían estas bebidas a diario experimentaban un sueño más corto e ineficiente, con mayor dificultad para conciliar el sueño y despertares más prolongados. En comparación, aquellos que raramente o nunca consumían bebidas energéticas presentaban una mejor calidad del sueño.
Las bebidas energéticas están diseñadas para aumentar la energía, el estado de alerta y la concentración. Suelen contener altas cantidades de cafeína, azúcar y otros estimulantes como la taurina, el guaraná y vitaminas del grupo B. Su popularidad es especialmente alta entre estudiantes, atletas y personas con jornadas laborales largas que buscan un impulso energético rápido.
Sin embargo, el consumo excesivo puede tener consecuencias negativas, incluyendo un aumento de la frecuencia cardíaca, hipertensión arterial y ansiedad. Además, el consumo regular, especialmente de bebidas con alto contenido de azúcar, puede contribuir a problemas de salud como la obesidad y las caries dentales. Por ello, diversas organizaciones sanitarias recomiendan moderar su consumo, especialmente entre los jóvenes.
Metodología y participantes
El objetivo del estudio, liderado por la Dra. Siri Kaldenbach y su equipo, era investigar la frecuencia de consumo de bebidas energéticas entre estudiantes y su asociación con las características del sueño. Si bien estudios previos habían sugerido una relación entre un mayor consumo de estas bebidas y una peor calidad del sueño, estos contaban con grupos de participantes relativamente pequeños. Los autores destacaron el alto contenido de cafeína en estas bebidas, sustancia conocida por su efecto estimulante que dificulta la conciliación del sueño tras un consumo elevado.
Para llevar a cabo la investigación, se analizaron datos del "Estudio sobre la Salud y el Bienestar de los Estudiantes", una amplia encuesta nacional realizada en Noruega a estudiantes de educación superior por tres importantes organizaciones de bienestar estudiantil. La base de datos incluía información de 59.544 estudiantes que completaron cuestionarios online en 2022. La edad media de los participantes fue de 24 años, con un 66% de mujeres.
Datos sobre hábitos de sueño y consumo de bebidas energéticas.
Los cuestionarios recopilaban información demográfica, hábitos de consumo de bebidas energéticas, horarios de sueño habituales (días laborables y fines de semana), tiempo necesario para conciliar el sueño y despertarse, frecuencia de dificultades para conciliar o mantener el sueño, despertares precoces, y sensación de cansancio o somnolencia diurna.
Aproximadamente el 50% de las mujeres y el 40% de los hombres declararon nunca haber consumido bebidas energéticas. Por el contrario, alrededor del 6% de las mujeres y el 8% de los hombres reportaron consumir entre 4 y 6 bebidas energéticas a la semana. Alrededor del 3% de las mujeres y el 5% de los hombres afirmaron consumirlas diariamente.
Tanto hombres como mujeres que consumían bebidas energéticas diariamente dormían, en promedio, 30 minutos menos por día que aquellos que nunca las consumían. Los consumidores diarios dormían aproximadamente 7 horas y 10 minutos, mientras que los no consumidores dormían alrededor de 7 horas y 40 minutos por noche.
Entre las mujeres consumidoras de bebidas energéticas, el 51% reportó síntomas de insomnio, en comparación con el 33% de las mujeres que rara vez o nunca las consumían. Estos porcentajes fueron del 37% y el 22% para los hombres, respectivamente. Los hombres que consumían bebidas energéticas a diario tenían el doble de probabilidades de dormir menos de 6 horas por noche en comparación con aquellos que rara vez o nunca las consumían.
Esta diferencia fue menor en las mujeres. Tanto hombres como mujeres que consumían estas bebidas a diario también tardaban más tiempo en conciliar el sueño y despertarse, y experimentaban mayores dificultades para mantener el sueño.
Implicaciones para la salud y futuras intervenciones
Los autores concluyeron que existe una sólida asociación entre la frecuencia de consumo de bebidas energéticas y diferentes parámetros del sueño. La identificación de factores de riesgo modificables para los problemas del sueño en estudiantes universitarios es vital, y los resultados sugieren que la frecuencia del consumo de bebidas energéticas podría ser un objetivo para intervenciones futuras.
El estudio arroja luz sobre los vínculos entre el consumo de bebidas energéticas y la calidad del sueño en estudiantes. Sin embargo, tanto los datos sobre el sueño como el consumo de bebidas energéticas provienen de autoinformes, dejando margen para sesgos de respuesta que pudieran afectar los resultados. Además, el diseño del estudio no permite establecer relaciones causales entre las variables analizadas.
Fuentes y recursos de información
Kaldenbach S, Hysing M, Strand TA, et al. (2024). Energy drink consumption and sleep parameters in college and university students: a national cross-sectional study. BMJ Open. 14. DOI: 10.1136/bmjopen-2023-072951