Las personas estamos toda una vida buscando, día tras día, una sola cosa: La felicidad. Queremos momentos memorables, historias con luz, con pasión.
Deseamos que todo mejore, que algún día cambie y que, por fin, vivamos aquello que nos merecemos.
Esta búsqueda implacable se ve mermada (y a veces incluso ignorada, noqueada o vapuleada) por diferentes razones que nos impiden avanzar a buen ritmo, a ritmo de jazz, de folk, o incluso de rock.
Esas mañanas, tardes y noches, marcadas por las agujas de un reloj que ni siquiera tiene tiempo para regalarnos minutos inventados, que todo está determinado por los horarios y las prisas, lo demás y lo material, hacen que no reparemos en lo más importante, necesario y útil que tenemos: NOSOTROS MISMOS.
¿Qué tenemos en común todos nosotros? Que nos cuesta mirarnos hacia dentro y preguntarnos "¿Qué quiero?".
Tenemos miedos que nos agarran muy fuerte que consiguen que no nos atrevamos a salir de la comodidad.
Nos perdemos en excusas fáciles y cuando hay que tomar decisiones que implican renuncias ... provocan temblores en la barbilla, y sobretodo, en el corazón.
Nos cuesta preguntamos "¿Cuánto cambiaría mi vida si ... ? " y "¿Qué significaría para mi este cambio?" porque tenemos miedo de la respuesta, o más bien de querer hacerla realidad esa respuesta, porque no sabemos lo que hay detrás, y preferimos lo conocido, lo calentito, lo seguro.
El crecimiento personal, todo lo que conlleva emociones y aprendizajes y todo lo que te haga más feliz, merece la pena. El Coaching ha estado siempre presente para conseguir esto, y aunque ahora esté de moda y se haya expandido a muchas áreas de nuestra vida, esta profesión es muy antigua.
El Coaching
El Coaching es un proceso de transformación. La transformación de una persona que quiere cambiar algo, que desea llevar su vida a un estado diferente y mejor. La palabra coach nace entre los siglos XV y XVI en la ciudad de Kocs, lugar de paso obligatorio en el trayecto de Viena a Budapest.
Se empezó a utilizar un carruaje con un sistema de suspensión más cómodo que hacia el viaje más agradable, llamado “kocsi szekér" o "carruaje de Kocs". Kocsi derivó en coach en inglés, kutsche en alemán, cocchio en italiano o coche en español. Por lo tanto, la palabra coach deriva de un medio de transporte.
Y es que el coaching es un proceso que facilita que una persona "viaje" de un lugar a otro, en la que el conductor o "coach" es el que facilita este trayecto y el cliente o "coachee" el que realiza el viaje.
A partir de 1950, la palabra "coach" en Inglaterra también empieza a aparecer en las universidades como "entrenador" académico o deportivo, y no es hasta 1980 cuando empieza a poder hablarse de una profesión con formación y credenciales específicas.
Premisas con las que trabaja un coach en sus sesiones de coaching
- Un coach trabaja con el cliente desde el presente al futuro: nunca el pasado (con pasado me refiero experiencias que hayan hecho que hoy por hoy tengas algo más profundo que trabajar). Si el coach percibe que hay algo más para tratar que escapa a sus conocimientos, el código ético del coaching obliga a derivarlo a un especialista.
- Un coach nunca da consejos ni hace mentoring.
- Un coach no da su opinión.
- Un coach escucha más que habla.
- Un coach no es tu amigo, es una persona que trabaja para ayudarte a que tomes conciencia de tu presente y des pasos hacia delante.
- Un coach te anima y motiva.
- Un coach te refleja lo que no ves, te dice lo que no oyes, y te pregunta sobre emociones que dejas pasar.
- Un coach te reta.
- Un coach está trabajando continuamente para estar al 100% en esa hora y media que dura una sesión y no dejarse llevar por sus pensamientos ni su estado de ánimo.
- Un coach practica constantemente la escucha a nivel 3, una escucha de energía que dice mucho aunque no hable nadie.
- Un coach hace que observes tus avances y reconozcas tus habilidades. Y lo celebra contigo.
- Un coach te otorga la responsabilidad de dirigir tu vida, comprometiéndote con ella, contigo mismo y con el proceso de transformación.
- Un coach, como una buena amiga dice, es el acomodador en una sala de butacas, en la que tú le dices dónde te quieres sentar, y él te aporta la luz que necesitas con la linterna para que avances hasta tu lugar.
¿Para qué podría servirte un proceso de coaching? Las horas con mis clientes me han dicho que:
- Te conoces mejor
- Te quieres más
- Tomas conciencia de tus actos y tus pensamientos, entiendes muchas más cosas que te ocurren.
- Aprendes qué es lo que te importa de verdad y cuales son los pilares en los que quieres construir tu camino.
- Te sorprende de lo que eres capaz.
- Te pasan cosas cuando te pones en acción, se activa un flujo de energía.
- Conoces cuáles son las herramientas que necesitas y las que quieres crear para llegar a tu destino.
- Aprendes a gestionar tus emociones.
- Te deshaces de temores y te responsabilizas de la dirección y sentido de tu vida.
- Consigues objetivos que antes no habías podido.
- Identificas aquellos saboteadores que han estado impidiendo que avanzaras.
Y todo esto no quiere decir que no haya otras especialidades, carreras, profesiones, métodos etc, que utilicen técnicas parecidas, en mi opinión, veo estos conflictos conceptuales como un campo verde, con sus montañas, con sus ríos, con sus árboles y en el que cada área tiene su parcela compartida y su parcela particular.
No deben compartir todo, sería un caos, pero sí permitir que haya parcelas en los que se unan puntos y se compartan conocimientos para que, todo aquel que busque su felicidad, solo encuentre soluciones, y no más tropezones.
¿Cómo salir a jugar un partido sin haber entrenado antes, sin haber encontrado tus puntos fuertes y aquellos que necesitas seguir trabajando? ¿Cómo salir sin saber para qué sales a jugar? ¿Desde qué perspectiva sales a jugar, de medio-centro, de defensa, de delantero? ¿Para qué quieres jugar?
En un entrenamiento deportivo, como personal, las preguntas y el sentido es la base del éxito, y los valores y la actitud las premisas más importantes para que consigas lo que quieres.