Una investigación realizada con mujeres con cáncer de mama a las cuales se les ofreció la oportunidad de aprender técnicas de manejo del estrés al comienzo de su tratamiento, demostró que después de varios años mantenían un estado de ánimo más positivo y tenían una mejor calidad de vida, él estudió fue publicado en la revista CANCER (Antoni et al., 2015).
Las sobrevivientes de este tipo de cáncer experimentan por lo general secuelas tanto físicas como psicológicas a largo plazo luego del tratamiento primario, las cuales influyen negativamente en su calidad de vida y aumentan los síntomas depresivos.
Las estrategias de Manejo del Estrés Cognitivo-Conductual basado en Grupos, impartida después de la cirugía contra el cáncer de mama en etapas tempranas se ha asociado con una mejor calidad de vida y menores síntomas depresivos después de 12 meses de seguimiento.
El Dr. Michael Antoni, Ph.D. de la Universidad de Miami dijo al respecto:
"Debido a que los síntomas depresivos se han asociado con procesos neuroendocrinos e inflamatorios que pueden influenciar en la progresión del cáncer, nuestro trabajo consiste en examinar los efectos del manejo del estrés en la depresión y los biomarcadores inflamatorios, por un lado y la recurrencia de la enfermedad y la supervivencia por el otro."
El estudio incluyó a 240 mujeres con un diagnóstico reciente de cáncer de mama. El objetivo del ensayo fue evaluar los efectos de un Programa de Intervención de Manejo del Estrés desarrollado por el Doctor Antoni.
La investigación comparó un grupo de control de pacientes que asistieron a un seminario de un día de educación sobre el cáncer de mama con pacientes que aprendieron estrategias de Manejo del Estrés Cognitivo-Conductuales basado en Grupos a lo largo de más de 10 semanas, los resultados revelaron que este segundo grupo experimentó una mejor calidad de vida y menos síntomas de depresión durante el primer año de tratamiento.
Trascurridos quince años desde el inicio del estudio y en el último reporte, los investigadores hallaron que las mujeres que recibieron la intervención de manejo del estrés todavía poseían menos síntomas depresivos y una mejor calidad de vida.
La efectividad de esta intervención se debe a que las técnicas de manejo del estrés permiten afrontar los desafíos del tratamiento del cáncer de mama en sus inicios reduciendo la angustia, además brindan a las mujeres herramientas para combatir sus temores de recurrencia y progresión de la enfermedad, los resultados indicaron que dichas habilidades fueron utilizadas para reducir la angustia y el estado de ánimo deprimido lo que les permitió optimizar la calidad de vida a lo largo de todo el período de supervivencia que lograron estas mujeres.
De hecho, la calidad de vida de las sobrevivientes del grupo de manejo del estrés reportaron niveles de depresión y calidad de vida después de 15 años de seguimiento similares a lo reportado por mujeres sin cáncer de mama.
Teniendo en cuenta que las tasas de supervivencia para el cáncer de mama aumentan, la capacidad para mantener una salud mental positiva adquiere una importancia cada vez mayor, se abre la posibilidad para los psicólogos para inocular a las mujeres con habilidades para el manejo del estrés al iniciar un tratamiento que les ayude a mantener su salud psicosocial a largo plazo.