Apego desmedido: una mirada desde las relaciones interpersonales

A veces, nuestras inseguridades pueden causar reacciones negativas hacia nuestros seres queridos, lo que podría resultar en conflictos.

Por: Filanderson Castro Bedoya

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Apego desmedido: una mirada desde las relaciones interpersonales
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Las relaciones interpersonales siempre han sido un tema difícil de tratar, de agarrar con pinzas, de andar con cuidado cuando se habla al respecto, influyen en sus diferentes puntos de vista, tantas variables que sería casi imposible tener un concepto generalizado de como deberían desarrollarse estas con “normalidad”.

Así mismo, crear un concepto de relación interpersonal sana es toda una abstracción, sin embargo, es evidente que en ocasiones dichas relaciones crean algunos patrones de conducta en los individuos que, si bien pueden llegar a ser socialmente normalizados, en el fondo crean un sinfín de reacciones emocionales adversas que se pasean desapercibidas por el día a día y que al final acaban o colaboran en la construcción de trastornos depresivos o de ansiedad.

Este elemento constituye la base de las relaciones interpersonales y puede contrastarse de múltiples maneras, de ahí que sea tan difícil visualizar líneas de conducta establecidas por las parejas además de lo problemático que resulta para los profesionales identificar los puntos de quiebre que permitan encontrar los motivos y las soluciones a aquellas dificultades por las que usualmente se consulta.

Así pues, le daremos un repaso breve a este aspecto con algunas historias cortas donde este elemento ha desbordado la funcionalidad de la relación interpersonal y que, aunque suene algo paradójico, se han convertido en una constante de las consultas en terapia de pareja.

Apego

Todos generamos apego hacia las personas que nos rodean, el apego es la base fundamental de las interacciones emocionales con los demás, en algún momento cada individuo existente ha sentido miedo por no volver a ver a quine ama, sea su pareja, su mejor amigo, sus padres o sus hijos.

El apego, factor indispensable en las relaciones interpersonales y podríamos considerar, la base de estas mismas, consiste en la creación de una relación emocional y afectiva entre dos o más individuos por medio de la interacción y las acciones mutuas, el apego es el elemento clave que nos hace pensar constantemente en alguien, extrañar, querer, soñar y amar, aunque en un primer momento la atracción física sea un factor esencial que la sociedad busca negar, es en el apego cuando surge el verdadero sentido emocional hacia otro individuo.

La principal función del apego es la creación de redes de colaboración y afectividad que perduren en el tiempo, el ser humano, quizás por filogenia, sabe que la forma más útil de crear dicho apego en los individuos que le rodean es interactuando, ayudando, expresando su voluntad explicita de crear un lazo emocional con el otro y es aquí, en este punto, donde las cosas pueden resultar mal.

Veamos que sucede cuando este elemento emocional se desborda y empieza a tonarse patológico.

Camilo y Sara

Camilo es un chico de 24 años, hace 2 años conoció a Sara, su compañera de trabajo y sintió una muy fuerte atracción hacia ella, así que emprendió toda una estrategia de conquista que al final funcionó, hoy llevan año y medio de ser pareja pero las cosas no pintan bien para ninguno de los dos, Camilo ha caído en una tormenta de apego desmedido que ahora, aunque en su mente todo lo que haga sea para mantener a su pareja a su lado, lo que ha hecho es distanciarla cada vez más.

La situación ha ido incluso un poco más allá ya que Camilo siente una necesidad obsesiva por realizar todas sus actividades al lado de Sara y que al mismo tiempo Sara le dedique todo el tiempo posible, esto ha generado en Camilo una imposibilidad de afrontar su día a ida individualmente y además ha creado un circulo constante de peleas por los celos que surgen sin razones válidas cuando Sara no está disponible para él, evitando que Sara pueda desarrollar una vida con normalidad, desdibujándola completamente de su vida.

Este, aunque suene un poco descabellado, es un caso común en las consultas psicológicas y muestra como el apego desmedido por nuestra pareja puede coartar totalmente la personalidad y la vida de los implicados, podemos así deducir del caso que tomando Sara la decisión de finalizar la relación las cosas serían aún mucho más delicadas.

Apego y emocionalidad negativa

Uno de los principales signos para detectar un apego poco sano hacia alguien es determinando la cantidad de ansiedad que ciertas situaciones generan en nosotros respecto a las conductas de quien queremos, si amamos estar al lado de nuestra pareja, pero cuando no está ¿Cómo nos sentimos? ¿estamos alegres de que salga con sus amigos y amigas? ¿Con su familia? ¿Haciendo algo que le gusta y que no necesariamente debes o puedes estar para verlo?

cSi todo esto te genera reacciones negativas (angustia, enojo, tristeza, desconfianza) es muy probable que la configuración de tu relación vaya en mal camino.

Constantemente estas situaciones de apego desmedido surgen a partir de la inseguridad de uno o más de los involucrados en la relación, la sensación constante de peligro y posible perdida de la otra parte hacen que la ansiedad se convierta en conductas nefastas para llevar una relación con normalidad, de ahí la importancia de que cada individuo pueda mantener primero un nivel de autoestima y seguridad en si mismo lo suficientemente fuertes previo a la generación de lazos sentimentales.

En muchas ocasiones mencionan que hay que aprender a estar solo y esto es subestimado como una típica frase de autoayuda, pero hay todo un proceso indispensable detrás de todo ello, aprender a manejar nuestras emociones estando solos, querernos, aceptarnos tal y como somos, ver el valor que tenemos como individuos a pesar de los defectos, disfrutar el dedicarte tiempo y dedicarle tiempo a lo que te gusta es el paso más importante para crear relaciones sanas y controlar los niveles de apego.

Cuando una persona convierte a su pareja en una solución para su soledad, en un refuerzo para su autoestima o un objeto de desahogo de todas sus reacciones emocionales es evidente que rápidamente creara un lazo dañino tanto para si mismo como para la otra persona, solo puede crear una relación sana quien tiene a los demás como complemento, como un plus, como elementos que le dan un valor agregado a nuestra vida, pero que aun en su ausencia podemos estar llenos de seguridad y felicidad.

En conclusión.

El apego es natural, un elemento indispensable para la creación de relaciones emocionales con los demás, sin embargo, cuando a través de este canalizamos una serie de emociones negativas propias y las depositamos en los demás, creamos un efecto totalmente contrario a lo esperado, arruinando nuestras relaciones y nuestra salud mental, llevándonos incluso a trastornos ansiosos y depresivos, de ahí la importancia de aprender a controlar nuestras emociones, de identificarlas y construir toda una imagen de nosotros mismos aún en la soledad, para que cuando llegue alguien a nuestra vida, sea el complemento perfecto con quien compartir y construir a partir de dos individuos valiosos, completos y con mucho para dar.

Filanderson Castro Bedoya

Psicólogo de la Universidad de Antioquia – Colombia con énfasis en el desarrollo personal y empresarial, relaciones de pareja y psicología en general, me desempeño como columnista aficionado de algunos medios de comunicación colombianos, soy un fiel amante de la música, la tecnología, los viajes y la fotografía.