Las adversidades en la infancia atenúan la alegría y exacerban las fluctuaciones emocionales diarias

Un nuevo estudio revela el impacto sutil pero significativo de la adversidad temprana en nuestra reactividad emocional y bienestar diario.

Las adversidades en la infancia atenúan la alegría y exacerban las fluctuaciones emocionales diarias
Imagen de © Depositphotos.

Un estudio reciente revela que las experiencias adversas durante la infancia pueden intensificar la reactividad emocional en la adultez, no solo frente a sucesos negativos, sino también ante los positivos. Los individuos con un historial de abuso o negligencia son más propensos a experimentar angustia ante contratiempos cotidianos y menos capaces de disfrutar de momentos agradables.

De hecho, en algunos casos, incluso los eventos positivos desencadenan emociones negativas, poniendo de manifiesto una huella emocional perdurable. Estos hallazgos sugieren que las adversidades infantiles moldean sutilmente la vida emocional en la adultez, incluso en personas sin diagnósticos clínicos de salud mental.

Altibajos emocionales y adversidad temprana

En una investigación liderada por la Dra. Sophie Potter de la Universidad Heriot-Watt, en colaboración con colegas de la Universidad de Leicester y el Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano en Berlín, se examinó cómo la adversidad en la infancia influye en las respuestas emocionales a las vivencias diarias, tanto positivas como negativas.

Para llevar a cabo esta investigación, se estudió a cerca de 2000 adultos con edades comprendidas entre los 35 y los 86 años. Durante ocho días, los participantes registraron sus experiencias y emociones. Los resultados señalan que las personas que sufrieron abuso físico y emocional en la infancia presentaron reacciones emocionales más intensas ante los problemas cotidianos.

El impacto en la capacidad de experimentar alegría

La Dra. Potter señaló:

"La mayoría de las investigaciones se han centrado en cómo las personas con infancias difíciles reaccionan con mayor intensidad ante eventos negativos, como el estrés o los problemas."

"Pero hay poca información sobre cómo la adversidad infantil afecta la capacidad de las personas para sentir alegría o felicidad ante eventos positivos, como reírse con amigos o recibir comentarios positivos en el trabajo."

Los hallazgos de la investigación revelaron que no solo tienen una reacción más negativa ante los eventos desfavorables, sino que también son menos propensos a sentirse felices por las cosas buenas. Es más, los eventos positivos parecen desencadenar reacciones negativas.

La Dra. Potter destaca que aproximadamente el 30% de los adultos en los países occidentales han experimentado adversidades en su infancia, sin embargo, el conocimiento sobre su impacto se centra en un grupo reducido de personas.

"Gran parte de la investigación se ha llevado a cabo con personas que han desarrollado niveles clínicos de depresión o ansiedad, por ejemplo, en lugar de la población general."

Es probable que haya miles de personas en el Reino Unido y en otras naciones occidentales que no padecen un trastorno clínico importante, pero la adversidad infantil aún podría estar teniendo un efecto sutil en su vida cotidiana. Comprender que la adversidad infantil podría estar afectando la forma en que experimenta los eventos buenos y malos podría ayudar a las personas a autorregularse y adaptarse.

La investigación actual se basó en el conjunto de datos MIDUS. La Dra. Potter expresa su interés en ampliar la investigación con un grupo más grande de participantes.

"Sería interesante utilizar datos de grupos más diversos, ya sea por raza y etnia o por edad. Estaría muy interesada en averiguar si hay una edad en la que la adversidad infantil pierde sus efectos en el comportamiento de las personas, si hay una resiliencia o autoconocimiento que se activa."

Fuentes y recursos de información

Potter, S., Bridger, E., Piotrowska, P., & Drewelies, J. (2025). Emotional reactivity to daily positive and negative events in adulthood: The role of adverse childhood experiences.. Emotion. DOI: 10.1037/emo0001512