Nuestro estilo de vida actual genera muchas presiones a las cuales nuestros niños se ven sometidos de una u otra manera. Algunos logran afrontar estas situaciones de manera adecuada, mientras que otros pueden presentar dificultades.
Estas dificultades pueden surgir debido a la sensación de no recibir el suficiente apoyo necesario para sentirse seguros, confiados y felices, entre otras razones.
Cuando un niño se siente angustiado o preocupado, puede manifestar su malestar de diversas formas.
Es normal que los niños enfrenten problemas de vez en cuando. Se ven sometidos a diversas tensiones, como la llegada de un nuevo hermanito o hermanita, el primer día de escuela, cambios en sus vidas como mudarse de residencia o conflictos con sus compañeritos de estudio.
Ante estas situaciones, los niños pueden experimentar dificultades para expresar sus emociones, tales como ira, tristeza, frustración o ansiedad.
Como padres, es importante reconocer y abordar las dificultades emocionales de nuestros hijos desde el principio. Esto se debe a que una vez que un trastorno mental se desarrolla, comienza a afectar su conducta, pensamientos y sentimientos, y se vuelve más difícil de tratar.
12 preguntas sobre la salud mental de niños/as y adolescentes
1. ¿Con frecuencia se muestra triste, cansado, inquieto o de mal humor?
Cuando nuestros hijos muestran cambios drásticos en su estado de ánimo, puede ser una señal de que algo no está bien en su salud mental.
Si observas que tu hijo está frecuentemente triste, cansado, inquieto o de mal humor, es importante prestar atención. Estos cambios pueden indicar la presencia de ansiedad, depresión u otros trastornos emocionales.
Habla abiertamente con tu hijo y bríndale un espacio seguro para expresar sus sentimientos. Escucha atentamente y valida sus emociones. Si la tristeza o la angustia persisten, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo infantil, quien podrá evaluar y ofrecer las intervenciones adecuadas.
2. ¿Pasa mucho tiempo solo/a?
El tiempo a solas puede ser beneficioso para el desarrollo de un niño, pero si tu hijo pasa demasiado tiempo solo y de manera constante, es importante investigar más a fondo.
El aislamiento social puede indicar problemas como depresión, ansiedad o dificultades para relacionarse con los demás.
Como padre puedes fomentar la interacción social de tu hijo. Organiza actividades en las que pueda interactuar con otros niños de su edad, como juegos en grupo o actividades extracurriculares.
También es fundamental mantener una comunicación abierta con tu hijo, brindándole apoyo emocional y alentándolo a compartir sus experiencias y preocupaciones.
3. ¿Tiene una baja autoestima?
La autoestima juega un papel crucial en la salud mental, si observas que tu hijo tiene una baja autoestima, como una percepción negativa de sí mismo, falta de confianza o tendencia a menospreciarse, es importante abordar este problema de inmediato.
Ayuda a tu hijo a desarrollar una imagen positiva de sí mismo. Elogia sus logros y fortalezas, y anímalo a establecer metas realistas y alcanzables.
Fomenta actividades en las que pueda tener éxito y sentirse orgulloso de sí mismo. Además, enséñale habilidades de afrontamiento para manejar críticas o fracasos, y demuéstrale que su valía no está determinada únicamente por los resultados.
4. ¿Experimenta dificultades para relacionarse con la familia, amigos y compañeros de estudio?
La capacidad de establecer y mantener relaciones saludables es fundamental para el bienestar emocional. Si observas que tu hijo tiene dificultades para relacionarse con la familia, amigos o compañeros de estudio, es importante prestar atención a este aspecto.
Algunas estrategias que puedes emplear es fomentar un ambiente de apoyo y comprensión en el hogar. Establece momentos regulares para la comunicación familiar y promueve la empatía y el respeto mutuo.
También puedes alentar a tu hijo a participar en actividades extracurriculares que le interesen, lo cual puede facilitar la formación de amistades basadas en intereses comunes.
Si los problemas de relación persisten, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental que pueda brindar orientación específica.
5. ¿Suele tener pataletas, estallidos de gritos, quejas o llanto sin razón aparente?
Los estallidos emocionales frecuentes, como pataletas, gritos, quejas o lloros sin motivo aparente pueden indicar problemas subyacentes en la salud mental de tu hijo.
Estas reacciones excesivas pueden ser un reflejo de frustración, ansiedad o dificultades para manejar las emociones.
Enséñale a tu hijo habilidades de regulación emocional. Explícale que las emociones son normales, pero que existen formas saludables de expresarlas. Fomenta la comunicación abierta, donde pueda hablar sobre sus sentimientos y encontrar soluciones juntos.
También es importante establecer límites claros y consistentes, así como reforzar las conductas positivas.
Si los estallidos emocionales persisten y afectan la vida cotidiana de tu hijo, es recomendable buscar la ayuda de un profesional.
6. ¿Presenta problemas de rendimiento o comportamiento en la escuela?
Si notas que tu hijo tiene dificultades para concentrarse, falta de motivación, bajo rendimiento o problemas de conducta en el entorno escolar, es importante investigar más a fondo.
Comunícate con los profesores y personal escolar para obtener una perspectiva más completa sobre el desempeño y comportamiento de tu hijo en la escuela.
Trabaja en colaboración con ellos para identificar posibles desafíos y desarrollar estrategias de apoyo. Además, asegúrate de establecer rutinas y hábitos de estudio adecuados en casa, y brinda el apoyo necesario para facilitar el éxito académico.
Si los problemas persisten, considera buscar la ayuda de un psicólogo escolar u otro profesional de la salud mental para una evaluación más detallada y recomendaciones específicas.
7. ¿Ha experimentado cambios repentinos en sus hábitos de alimentación, como comer en exceso o dejar de hacerlo?
Los cambios abruptos en los hábitos de alimentación pueden ser señales de posibles problemas de salud mental. Observar si tu hijo experimenta cambios en su apetito, como comer en exceso o dejar de hacerlo, es importante para evaluar su bienestar emocional.
Mantén una comunicación abierta con tu hijo, anímalo a expresar cualquier preocupación o inquietud relacionada con la alimentación. Fomenta una relación saludable con la comida al promover una alimentación equilibrada y la importancia de escuchar las señales de hambre y saciedad.
Si los cambios en los hábitos alimentarios persisten y afectan la salud física y emocional de tu hijo, es recomendable buscar la ayuda de un profesional de la salud, como un nutricionista o un psicólogo especializado en trastornos alimentarios.
8. ¿Duerme en exceso o no lo suficiente?
El sueño juega un papel crucial en la salud mental de los niños. Si observas que tu hijo duerme en exceso o no lo suficiente, esto puede indicar desregulación emocional, estrés o problemas de salud mental.
Como padre puedes tratar de establecer una rutina de sueño consistente para tu hijo. Crea un ambiente propicio para el descanso, con una habitación tranquila y cómoda.
Promueve hábitos saludables antes de dormir, como evitar la exposición a pantallas antes de acostarse. Si los problemas de sueño persisten y afectan el bienestar general de tu hijo, es recomendable buscar la ayuda de un profesional de la salud para una evaluación y posibles intervenciones específicas.
9. ¿Tiene dificultades para prestar atención o concentrarse en actividades como las tareas?
La capacidad de prestar atención y concentrarse es fundamental para el rendimiento académico y el funcionamiento diario de un niño. Si notas que tu hijo tiene dificultades para mantener la concentración en actividades como las tareas escolares, esto puede ser un indicador de posibles problemas como el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).
Comunícate con los profesores y profesionales de la educación para obtener una perspectiva más amplia sobre el rendimiento académico de tu hijo. Considera la posibilidad de una evaluación profesional para determinar si hay un trastorno subyacente. Además, establece un ambiente propicio para la concentración, minimizando las distracciones y estableciendo metas realistas.
Si se confirma un problema de atención, un enfoque multimodal que incluya intervenciones psicoeducativas, terapia y, en algunos casos, medicación, puede ser beneficioso.
10. ¿Ha perdido el interés en pasatiempos como la música o el deporte?
Cuando un niño o adolescente pierde el interés en actividades que solían disfrutar, puede ser una señal de alerta para su salud mental.
Observar si tu hijo muestra desinterés repentino en pasatiempos como la música o el deporte es importante para evaluar su bienestar emocional. Intenta hablar abiertamente con tu hijo sobre su falta de interés en estas actividades.
Trata de comprender las razones detrás de este cambio y bríndale apoyo emocional.
Explora nuevas opciones de pasatiempos que puedan despertar su interés y motivación. Si la pérdida de interés persiste y afecta el bienestar general de tu hijo, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental, quien podrá evaluar y ofrecer estrategias de intervención adecuadas.
11. ¿Muestra señales de haber consumido drogas o alcohol?
La experimentación con drogas o alcohol puede ser un signo preocupante en un niño o adolescente. Observar si tu hijo muestra signos de consumo de sustancias es esencial para abordar cualquier problema de manera temprana.
Mantén una comunicación abierta y honesta con tu hijo sobre los riesgos asociados con el consumo de drogas y alcohol.
Establece límites claros y conversa sobre las consecuencias negativas de su uso. Si observas signos evidentes de consumo, busca ayuda de inmediato.
Puedes acudir a un profesional especializado en adicciones o buscar programas de tratamiento adecuados.
Es importante abordar este tema con seriedad y buscar apoyo profesional para guiar el proceso de intervención.
12. ¿Habla acerca de la muerte o el suicidio?
Cuando un niño o adolescente comienza a hablar frecuentemente acerca de la muerte y el suicidio, es fundamental tomarlo en serio.
Estas expresiones pueden indicar problemas emocionales y requieren atención urgente. No minimices ni ignores sus palabras.
Toma en cuenta que hablar sobre la muerte y el suicidio puede ser una señal de angustia emocional profunda. Busca la ayuda de un profesional de la salud mental de inmediato.
El suicidio es un tema delicado y debe ser tratado por profesionales capacitados.
Si consideras que tu hijo está en peligro inminente, comunícate con una línea de ayuda de emergencia o llévalo a una sala de emergencias.
Recomendaciones finales
Si respondió afirmativamente a cuatro o más de estas preguntas, y estos comportamientos persisten durante más de dos semanas, es recomendable buscar ayuda profesional para su hijo/a.
Recuerde que como padre/madre, usted juega un papel importante en el bienestar de sus hijos. Si está preocupado/a acerca de la salud mental de ellos, no dude en solicitar ayuda. Esté atento/a a los cambios inexplicables en su comportamiento y/o estado de ánimo, ya que pueden ser los primeros signos de una condición de salud mental y nunca deben ser ignorados.
Existen muchos tipos diferentes de enfermedades mentales, y no es fácil resumir la amplia gama de desafíos a los que se enfrentan los niños hoy en día.
Por esta razón, una forma de comenzar a obtener una idea sobre este tema es mediante una evaluación de su hijo/a adolescente realizada por un profesional de salud mental debidamente acreditado.
Fuentes y recursos de información
Staff, H. (2022, January 11). 12 Questions You Should Ask About Your Child's Mental Health, HealthyPlace. Disponible en: https://www.healthyplace.com/parenting/child-mental-health/twelve-questions-childs-mental-health